Indio hace historia

Los 70 están aquí: la edición de Indio, un disco fundamental
de nuestro rock, y la vigencia de Virgem.
Por Juan Almará
Es un hecho histórico para la cultura santafesina. Después
de 42 años de dar sus primeros pasos, Virgem edita Indio, la obra conceptual de
rock que el tecladista Horacio Bidarra y el fallecido cantante y letrista
Miguel Bertolino empezaron a vislumbrar en 1972. Luego de la muerte de
Bertolino en 1975, Indio sobrevivió por décadas en la mente y el corazón de
Bidarra, cambiando de forma y creciendo. Con el esquema final terminado, un
seleccionado de músicos locales le dio vida, grabando los instrumentos y las
voces entre 2012 y 2013.
La obra
Indio nació de la conjunción de Horacio con el sensible
poeta y vocalista Miguel Bertolino. En 1973, los músicos afirmaron que la obra
“habla de cómo el blanco y su civilización asesinaron al Indio, de cómo el
progreso ahogó la naturaleza”. Pero el planteo excedía esa lucha histórica,
hacia cómo vive “el hombre explotando al hombre, marginándolo, negándole
derechos, siendo esclavo de su propia civilización y egoísmo”.
La formación original y su actual juventud: Virgem suena con una nueva camada de músicos locales. Más fotos en: comarcabeat.com.ar
Indio se divide en escenas definidas por colores y
escenarios, como Progreso, Ciudad, Guerra, Prisión, Los últimos días... Cada
una cuenta con una anunciadora: “La
Voz del Tiempo” a cargo de Itatí Barrionuevo. Los
protagonistas centrales son “Indio”, representado por Agustín Ferrero, cantante
de Astro Bonzo y el “Amigo del Indio”, a cargo de Gustavo Angelini de
Carneviva. Gustavo Cortez de Sig Ragga, Pablo Ferreira de Infusión Kamachui y
Tato Pastor de Nitroplan se cuentan entre las numerosas voces invitadas. Para
conocer del proyecto, hablamos con Horacio Bidarra, su mentor y máximo
responsable.
Los orígenes
—¿Cómo nació la idea de hacer una ópera rock local?
—Surgió cuando en 1969 ingresé a un grupo que se llamaba
Alma Pura. Entré simultáneamente con Miguel Bertolino. Miguel escribía mucho y
en el 71 armó algo referido a la figura del indio. Se llamaba “Rescata tu
tierra”. Era un llamado que un fulano le cantaba al indio, pidiéndole que
rescate a su propia tierra y al hombre, que está perdido en el sistema en que
vivimos. A esa letra le pusimos música y la tocábamos con nuestro guitarrista,
Cato Lovotti. En el 72 le insistí a Miguel para que compongamos temas propios,
porque en Alma Pura hacíamos versiones de bandas inglesas. Nos juntamos Miguel,
Cato y yo, y buscamos baterista y bajista. A la vez, le pedí que escribiera más
sobre la temática de “Rescata tu tierra”. Quería hacer una ópera rock que se
llamara Indio. Él me traía las letras y ahí empezaba la estructuración de la
obra: acomodarlas, definir quién las cantaba, ponerle nombre a los personajes y
ordenar la historia. En 1972, ya como Virgem, mostramos en el Paraninfo ocho
temas que formaban parte de Indio. Para ese entonces se habían sumado Rubén
Tucci en voces y los ex Bichos de Candy, Pedro Céliz en bajo y voz y Guillermo
Gervasoni  en batería. La tocamos por
primera vez en 1973. La obra estaba incompleta, en el sentido de que vivía
mutando y yo le introducía cambios. El 20 de diciembre de 1974 presentamos
Indio en vivo por última vez, con Eduardo Rogatti en guitarra. El 24 de marzo
de 1975 Miguel falleció en un accidente de trenes en Entre Ríos. Después, Céliz
y Rogatti se fueron a vivir a Buenos Aires y tuve que rearmar el grupo.
Un largo camino
—¿Cuál fue el devenir de Virgem e Indio después de la muerte
de Miguel?
—Desde el 75 y hasta el 85 pasaron numerosas formaciones de
Virgem. En los shows, siempre tocábamos temas de Indio. Después de editar
Buenos días rock en 1983, me decidí a rearreglar la obra para grabarla. Armé
temas nuevos e introduje personajes, con la finalidad de darle una estructura
coherente. Estuve laburando en eso hasta 1985. La teníamos ensayada de punta a
punta. Íbamos a grabarla en Buenos Aires, en el estudio de Lito Vitale. Pero
unos días antes de viajar, tuvimos que cancelar todo porque lo operaron de
urgencia por una peritonitis a Rodolfo Paraván, nuestro baterista. En el 85,
después de tocar en el Chateau Rock, no volví a convocar a los músicos. Estaba
muy cansado. Puse un estudio de grabación que comenzó a funcionar en el 86.
Estuve mucho tiempo sin encarar nada concreto. En el 93 compré una PC. Empecé a
usar un software para grabar mis teclados y en el 2001 llegué al tema veinte.
Por otro lado, ya tenía todas las letras armadas, las 36 actuales. Ese año
empecé con la edición digital a través de Pro Tools. Ahí pude grabar todas las
voces guía.
Horacio Bidarra, hoy: "Concretar este proyecto es el sueño del pibe".
—El software había evolucionado…
—Sí, con Pro Tools era mucho más fácil y me permitió avanzar
más rápido. De todas maneras, hacía las cosas muy tranquilamente. Para el 2007
terminé todos los temas. Entre 2008 y 2009 los pasé a audio e hice la primer
pre-mezcla con mi voz de guía. Ahí pude escuchar la obra completa por primera
vez.  Le seguí haciendo cambios hasta que
en el 2011 cerré el proyecto.
—¿Cómo fue la grabación definitiva?
—En el 2011, gracias al documental Sesentaycinco-Setentaycinco
Comarca Beat
de Marea Doc y al recital que organizaron en el Patio Catedral, me
puse en contacto con una pila de músicos y les dije: “tengo esta obra”: el Mono
Farelli (baterista de Astro Bonzo), Matungo Deicas y el Fede Teiler para las
guitarras. Sebastián Casis en los bajos. Si bien él no tocó en el evento del
Patio Catedral, desde el 93, cuando tenía 15 años, venía a casa y me decía: “yo
voy a tocar en Indio”. Músicos que están bandas actuales se sumaron al proyecto
y eso me ayudó a nivel ánimo. La grabación se hizo entre 2012 y 2013 y la
mezcla definitiva se terminó hace un mes y medio. Para la masterización me
conecté con Andrés Mayo, un tipo muy grosso que trabaja en Buenos Aires.
Mientras, yo trabajaba en la gráfica, que incluye un estuche tríptico con dos
discos, de una hora de duración cada uno. En el booklet se encuentran todas las
letras y la historia completa de Indio. En el 2014 quiero encarar una
presentación en vivo, posiblemente para mediados de marzo, con todos los
músicos que puedan estar.
Sueño realizado
—Después de tantos años ¿qué significa darle un fin a esta
obra?
—Fueron muchos años de soñar con la edición. Un laburo largo
y solitario, minucioso, de mil horas. Rodolfo Paraván, que además de músico fue
un gran amigo, siempre escuchaba lo que hacía. Él falleció en el 2003 y lamenté
mucho su ausencia en estos últimos años, porque no tenía a quién mostrarle los
avances. Nadie escuchó nada hasta el 2011. Como es un proceso de elaboración,
quería exhibirlo cuando esté terminado.
Escuchá acá: Hombre, hermano, amigo (con las voces de Gustavo Angelini y Agustín Ferrero)
—¿Qué expectativas tenés respecto a la edición del disco?
—Concretar este proyecto es el sueño del pibe. Estoy súper
feliz de editarlo de esta forma, con una presentación muy buena a nivel audio y
gráfica y con este plantel de músicos. Estimo que la obra va a quedar como una
referencia importante. Va a ser una experiencia a tener en cuenta en la
historia del rock argentino. No sé qué trascendencia pueda tener a nivel
masivo, pero los fanáticos del rock, de la búsqueda creativa y progresiva, se
van a enganchar. A esta altura, no me importa lo que pueda pasar. Mi laburo
está hecho. Después si lo presentamos en vivo, si lo tocamos completo o no, es
otro asunto que ni lo pienso. Tengo ganas de hacer una primera audición, en la
que además se proyecten diapositivas con imágenes de toda la historia de la
obra. La idea es que sea antes de fin de año con entrada libre y gratuita. Que
la gente vaya, escuche el disco y tome algo, mientras disfruta de ese momento.
Publicada en Pausa #127, miércoles 4 de diciembre de 2013

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