Dos pasiones con la misma ilusión

Sabaleros y tatengues compartirán temporada en el Nacional
B, pero no se cruzarán.
Allá por 1995 el país se encaminaba al suicidio económico y
social con el comienzo del segundo mandato del menemismo. La muerte del hijo
del “riojano”, su reelección y la explosión de la Fábrica Militar de
Río Tercero fueron las tres noticias del año. En Santa Fe, la noticia más
destacada era la vuelta de Colón a Primera División. Pasaron 19 años de aquel
29 de julio: Unión y Colón no militan junto en la Primera B Nacional desde
aquel día en que los Negros le ganaron 3 a 1 a San Martín de Tucumán.
Madelón y Osella continúan al frente de las escuadras santafesinas, camino al ascenso.
Durante 19 años, Colón se mantuvo en Primera, mientras que
Unión subió y bajó de categoría en dos oportunidades. El descenso del Tate en
2013, y del Sabalero en mayo, provocaron que ambos clubes se vuelvan a
encontrar en el ascenso.
Así se juega
Al desgraciado reencuentro en el Nacional B se le puede ver
un lado positivo: en la reestructuración que tendrá el nuevo torneo de Primera
División, a partir de marzo de 2015, se sumarán diez equipos; ascenderán desde
el Nacional y no descenderá ninguno de Primera.
Con esa disposición, Colón y Unión, como el resto de los
habitantes de la máxima categoría del ascenso, aumentan notablemente sus
chances de jugar en 2015 contra River y Boca, por ejemplo. La B Nacional –comienza
este fin de semana [actualización: por la muerte de Julio Grondona se suspendió la fecha]– tendrá como novedad organizativa la incorporación de dos
zonas. Tanto en la zona “A” como en la “B” habrá 11 equipos, y al cabo de dos
rondas (ida y vuelta, todos contra todos y con una fecha libre cada equipo),
los que finalicen entre los primeros cinco lugares ascenderán. Y si la campaña
es muy mala, tampoco habrá que desesperar, porque la AFA también escribió en el
reglamento de este torneo que no habrá descensos.
Caminos separados
Lo curioso de este torneo para Colón y Unión es que por
primera vez no se verán las caras jugando en la misma categoría. El motivo es
simple: los de Diego Osella serán parte de la zona “A” y los de Leonardo
Madelón de la “B”.
Colón deberá enfrentar a Aldosivi, Argentinos Juniors, Boca
Unidos, Douglas Haig, Ferro, Gimnasia de Jujuy, Guaraní Antonio Franco,
Instituto, Nueva Chicago y San Martín de San Juan. Los viajes del Sabalero
incluirán una visita a Mar del Plata, Corrientes, Pergamino, Jujuy, Misiones,
Córdoba, San Juan y tres viajes a la ciudad de Buenos Aires (a los barrios de La Paternal, Caballito y
Mataderos).
En la otra vereda futbolera de la ciudad, Unión jugará ante
All Boys, Atlético Tucumán, Crucero del Norte, Huracán, Independiente
Rivadavia, Patronato, Santamarina de Tandil, Sarmiento de Junín, Sportivo
Belgrano y Temperley. Esto quiere decir que el Tate viajará una vez a Tucumán,
Misiones, Mendoza, Paraná, Tandil, Junín, San Francisco, zona sur del conurbano
bonaerense (Temperley) y dos veces a la ciudad de Buenos Aires (a los barrios
de Floresta y Parque Patricios).
Con GPS en mano (y un fibrón también), entre idas y vueltas
los muchachos de Osella recorrerán cerca de 12.892 kilómetros por las rutas de
nuestro país, mientras que los de Madelón dejarán marcado en el velocímetro el
número 12.090. Entre el primer fin de semana de agosto y mediados de diciembre
(cuatro meses y medio) los clubes de nuestra ciudad habrán recorrido 25.000
kilómetros, visitado nueve provincias y la CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), y jugado
en 20 canchas rivales.
La preparación
Los antecedentes de Colón y Unión tienen demasiados
componentes opuestos como para tratarlos de igual a igual en la previa a un
torneo tan importante. Los puntos de coincidencia pasan por la obligación de
ascender y la continuidad de los entrenadores.
El Sabalero llega a esta categoría luego de habitar durante
casi dos décadas en Primera, pero con una realidad institucional y económica
absolutamente deteriorada. Las secuelas de la era Germán Lerche terminaron con
un descenso deportivo, aunque ese costo le valió a Colón la resurrección del
valor de la identidad sabalera. Esa resurrección significó el armado de una
Comisión Directiva con más amor al club que dinero en los bolsillos, el
compromiso de pocos jugadores con experiencia y muchos pibes de las inferiores,
y el trabajo a destajo de un cuerpo técnico sin pergaminos que estuvo a un
partido de mantener la máxima categoría. Y si hablamos del hincha, desde las
tribunas Colón volvió a ser un auténtico grande que sostuvo la ilusión hasta
caer de pie en Rosario.
Hoy Colón está en un lugar que alguna vez habitó, pero que
ya nada tiene que ver con aquel pasado tan oscuro de la década del 80 y
principios de los 90. Aunque ya nadie gane con esa chapa que dice “yo soy de
Primera”, el Sabalero sabe que el peso de su historia no le deja otra opción
más que la de ascender, y por eso que la dirigencia se la jugó por un DT que
mamó en corto tiempo el ADN rojinegro, los llenó de pertenencia a los más
chicos y supo manejar a los más grandes para que sean líderes adentro y afuera
de la cancha. Con poco dinero, vendiendo jugadores a la fuerza para poder
afrontar el presente y apostando a un mix de experiencia y juventud, el nuevo
Colón de Osella afrontará este torneo como una verdadera revancha por lo que no
pudo concretar en la primera etapa del año.
La realidad del Tate parece estar alejada de lo que fueron
las últimas dos temporadas deportivas. La de 2012-2013 terminó con un descenso
inesperado al comienzo de ese ciclo y la última fue una triste película que
tenía un final cantado: otro año en el Nacional. Lo que había sido un descenso
(2013) en paz, y con aplausos, un año después se convirtió en un final de
silbidos e insultos a jugadores y dirigentes. El hincha de Unión reaccionó
luego de soportar una campaña que nunca terminó de entusiasmarlo, y mucho menos
de ilusionarlo con la idea de volver a Primera.
Hoy Madelón carga en sus espaldas con la responsabilidad de
comandar este barco y subir a los tripulantes que él mismo mandó a buscar. Esta
vez, el armado del plantel para el ascenso tiene nombre y apellido, la
dirigencia rojiblanca actuó con velocidad y el DT tuvo a sus jugadores
apuntados en tiempo y forma. El ídolo tatengue no tendrá excusas para el armado
del equipo, y desde este fin de semana deberá demostrar que es uno de los planteles
más competitivos de la categoría y que tiene el peso de ser uno de los primeros
en conseguir el ascenso.
Caras frescas

Los nuevos jugadores de Diego Osella, a pocos días de
comenzar el torneo, son:
Arqueros: Jorge Broun (Dep. Antofagasta).
Defensores:
Franco Lazzaroni (Newell´s), Guillermo Ferracuti (Newell's) y Wilfredo Olivera
(Quilmes).
Volantes: Facundo Callejo (vuelve del préstamo a Gimnasia de Jujuy),
Yamil Garnier (Sarmiento), Matías Ballini (Rosario Central), José David Leudo
(Estudiantes) y David Ramírez (Millonarios).
Delanteros: Fernando Telechea
(Quilmes), Raúl Becerra (Argentinos) y Cristian Pavón (Boca).

Las nuevas figuras que revisten en el plantel de Leonardo
Madelón son:
Arqueros: Nereo Fernández (Argentinos Jrs.).
Defensores: Juan
Avendaño (vuelve del préstamo a Talleres), Diego Barissone (vuelve del préstamo
a Argentinos Jrs.) y Marcelo Cardozo (Aldosivi).
Volantes: Martín Fabro (Brown
de Adrogué), Matías Soto Torres (vuelve del préstamo a Aldosivi), Fausto
Montero (vuelve de préstamo a Arsenal) y Manuel De Iriondo (Atlético Rafaela).
Delanteros: Claudio Guerra (Defensa y Justicia), Enrique Triverio (Defensa y
Justicia), Lucas Gamba (Independiente Rivadavia de Mendoza) y Franco Soldano
(Unión de Sunchales).

En Pausa #138, miércoles 30 de julio de 2014. Conseguilo en estos kioscos.

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