Varones por vínculos igualitarios

Repensar prácticas y privilegios que la sociedad patriarcal
les otorga pero también les impone, es uno de los objetivos de este colectivo
de varones de nuestra ciudad.
Hasta hace unos pocos años, hablar de grupos que luchaban
por temas de género y contra las lógicas del patriarcado era hablar de grupos
feministas, donde las mujeres, viendo sesgados sus derechos y en posición de
inferioridad frente al sistema, alzaban sus voces, sus puños, sus cuerpos. Hoy
a estos grupos de mujeres también se han sumado, y cada vez más, los varones.
Varones Santa Fe. Colectivo Antipatriarcal por Vínculos
Igualitarios”, es el nombre del grupo que desde hace un año se reúne en la
ciudad para debatir y reflexionar sobre las masculinidades y las imposiciones
que la cultura patriarcal también les impone a ellos. “La idea del grupo es
cuestionarnos, desde nuestro lugar de varones, todos los privilegios que este
sistema nos da sólo por ser varones”, explica Lisandro.
En el Centro Cultural Ochava Roma, unos 14 varones se
reúnen, cada 15 días, para preguntarse qué es ser varones en la sociedad de
hoy. Sensibilizarse primero, antes de salir a la acción directa en las calles,
es una de las aristas en las que trabajan. “No es fácil sostener esto de ser
antipatriarcales”, dice Franco, “y en realidad no creo que seamos
antipatriarcales, creo que somos varones patriarcales que estamos intentando
cuestionarnos algo y repensar, romper y reconstruir un montón de estructuras
que vienen de muchas generaciones atrás, y eso no es algo fácil”.
—¿En qué sentido el patriarcado oprime también al varón?
—Estamos atravesados por una educación patriarcal y machista
que nos marcó el “deber ser”, estableciendo una figura de varón que debe
responder a un hombre heterosexual, macho, proveedor, exitoso, que no le
importe nada, que porte la violencia como algo natural, que no pueda hacer
determinadas actividades o deportes, que no pueda manifestar abiertamente sus
sentimientos y emociones. Quienes no encajan en esos moldes son mirados de
forma extraña.
—¿Y cómo se rompe con eso?
—Es difícil, porque la cultura siempre en algún sentido nos
entrampa, porque yo puedo ser re progre, aceptar la diversidad, pero después
voy a jugar al fútbol y le grito al de al lado “dale, corré puto”, y ahí se cae
todo.  Nosotros lo que vemos es que, como
estamos en una posición cómoda, por una sociedad que nos cría en esa comodidad
y con privilegios, no es fácil que uno se cuestione, que quiera romper, y
también es difícil sostener eso en nuestras vidas, en la cotidianidad con los
otros y las otras. Es difícil cuestionar al patriarcado en sí mismo y sostener
esa crítica como algo personal y que eso personal se convierta en político.
Porque todos hablamos del patriarcado, de la violencia de género, pero no nos
hacemos cargo de que la ejercemos todo el tiempo, sobre todo los varones. Lo hacemos
a través del lenguaje, de las prácticas cotidianas. El patriarcado configura
las relaciones de poder en la casa, en el trabajo, en la calle.
La cultura, el sistema, entrapan, y no sólo a estos varones
que quieren salirse de los estereotipos asignados, sino también a muchas
mujeres que ayudan a sostener esos modelos. “Esto lo vemos cuando la mujer
deposita en el varón ciertas expectativas o le veda determinadas conductas,
porque si a un hombre le encuentran una pinza de depilar, tanto otros hombres
como las mujeres de su entorno lo van a cargar o mirar raro. Y todo esto se da
independientemente de la orientación sexual que tengas. Hay un modelo
hegemónico de varón que deja a muchos varones afuera, ya sea porque tenes una
voz suave, porque caminas de cierta forma, por cómo te vestís o porque no tenes
o no sabes manejar un auto”, dice Lisandro. “Nosotros no somos ajenos a esas
cosas y no somos unos iluminados, por eso el objetivo de las reuniones es
sensibilizarnos y poner en evidencia todas esas cosas que sostienen al
patriarcado. No tenemos la verdad, nos costó y todavía nos cuesta pensar
algunas cosas”.
Por vínculos igualitarios
Repensar las prácticas masculinas, sus posiciones
privilegiadas y a quienes deja por debajo de ellas, lleva a estos varones a ponerse
codo a codo con las luchas feministas. “Más allá de que algunas mujeres nos
miren con desconfianza y se pregunten para qué nos reunimos si nosotros tenemos
todo resuelto, trabajamos en conjunto y acompañamos sus luchas”, comenta
Lisandro. “Desde la Multisectorial
de Mujeres nos convocaron para participar de una actividad con ellas y también
estuvimos presentes en otras intervenciones urbanas para el Día de la Mujer, el Día de la No Discriminación
por Orientación Sexual e Identidad de Género, reuniones del Concejo de la Mujer, entre otras”.
El grupo de santafesinos se está organizando para asistir al 3º Encuentro
Nacional de Varones Antipatriarcales, que se realizará en La Plata.
Una de las primeras acciones del grupo en la calle tuvo que
ver con la intervención de unos afiches colocados en la ciudad por el Día de la Mujer, los cuales no
solamente mostraban un modelo estereotipado de mujer sino que además la
colocaba en un lugar de inferioridad e incapacidad respecto de los varones.
“Como Colectivo Antipatriarcal por Vínculos Igualitarios creemos que las
mujeres no nos necesitan para ser protegidas, ni para ser amadas, ni para poder
llevar una vida exitosa. Por el contrario, creemos en su integridad, en su
capacidad de lucha, de organización, y en su capacidad de amar y amarse, por lo
cual creemos que nuestro compromiso debe estar signado por acompañarlas en su
vida como iguales, como personas íntegras, completas, independientes y libres
en pos de construir a la par formas de vida amorosas y paritarias. Por todo
esto, instamos a los funcionarios correspondientes a quitar de la vía pública
estos afiches y también invitamos a los ciudadanos santafesinos a reflexionar y
tomar conciencia de que este tipo de enunciados lo único que hace es reforzar
la desigualdad de género en nuestra sociedad”, se podía leer en el comunicado
difundido.
Compañeros de lucha
Este tipo de movimiento antipatriarcal surgió en el país
hace unos 5 años, en Buenos Aires, y 
poco a poco se han ido formando grupos a los largo del país. Este año,
los varones santafesinos participarán por primera vez del 3º Encuentro Nacional
de Varones Antipatriarcales, que se realizará en La Plata, y antes, en julio, de
uno regional junto al grupo de Rosario. “La idea es intercambiar experiencias,
ideas, metodologías de trabajo, para intentar llegar a un punto en común antes
del encuentro nacional. Debatir por qué somos un colectivo de varones antipatriarcales,
qué relación tenemos con las organizaciones feministas, trabajar ejes como
masculinidades y violencia, paternidades, prostitución, deportes, entre otras
cosas”, comenta Eduardo.
Una frase conocida y muy utiliza en el feminismo dice que lo
personal es político y lo político es colectivo, y allí, en lo colectivo, es
donde reside el potencial transformador de un pensamiento revolucionario. “Por
eso es importante participar de grupos como éste, porque personalmente uno
puede modificar un montón de cosas, pero para que realmente podamos pegarle,
aunque sea un poco, al sistema hay que compartirlas y estar organizados en un
colectivo. Está bueno que esto se visibilice porque es necesario que empecemos
a leer la cultura y lo que nos pasa desde las masculinidades, porque sino la
visión es un tanto parcial”, explica Franco. “Hoy, por ejemplo, vemos por todos
lados la consigna ‘sin clientes no hay trata’, y estamos de acuerdo en eso,
pero también hay que pensar que ese cliente antes de ser un cliente es un
varón, y sobre eso no se habla o no se discute, el por qué un varón va a
‘consumir’ eso, qué lo lleva, qué lo motiva, por qué actúa así. Hay algo que
compartimos y es que la cultura nos ha configurado de una manera opresiva en
conjunto con un sistema económico, el capitalismo,  que también tiene que ver con cómo somos,
porque nos inculca la competencia, la jerarquía, la dominación, todos venimos
cargados de eso y lo que intentamos acá, haciendo algo que las mujeres vienen
haciendo desde hace décadas, es organizarnos, luchar por los derechos de todos,
poner el cuerpo y tomar contacto con lo que realmente somos”.
Publicada en Pausa #136, miércoles 25 de junio de 2014

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