Todo por una virgen

CINE | Aunque parezca raro, un onírico largometraje que
necesita de usted para llegar a las salas.
El sol de agosto hace reventar de amarillo a un limón de
claridad a las tardes que, durante el invierno, debieran ser más cortas. Y ese
mismo sol llena de impaciencia a Antonio, que hace dos años y medio vive en el
calor de una misma siesta santafesina. La práctica del sueño es ideal para los
que no pueden gozar la circunstancia calurienta. También lo es para él, aunque
por otro motivo: el plano empírico, palpable de la vida, le aburre, entonces
dedica la mitad de su tiempo a morar por su inconsciente acudiendo a la
somnolencia. Aunque parezca raro es un título que sirve como excusa para
describir el calibre de la historia; Javier Bonatti el nombre del terrícola que
le presta su cuerpo a Antonio, mientras su cuento aguarda por acabar de
corregirse; Barberis, Ruiz y Gaspoz, apellidos que se leerán en los afiches y
en los créditos, pero que laburan donde la vista no llega para que lo que se
vea sea interesante, y se vea bien.
Pisando el final del año 2010, Marcos Barberis y Belisario
Ruiz tenían un guión para mostrarle a Bonatti y a Ariel Gaspoz, quien recuerda
que “en principio se trataba de un corto en el que al personaje le caía por
casualidad la figura de la
Virgen María de la Medalla Milagrosa
de mano de unas señoras. Inmediatamente después de despedirse de ellas se le
cae al suelo y se rompe. Hasta ahí era la cuestión, pero yo les pregunté a los
chicos: ¿che, y si lo hacemos salir de su casa para que restaure la estatua?”.
La elección de un destino aún más lejano, como resultó el adentramiento
en la producción de un largometraje, no se permitió demasiados titubeos: la
historia primera era la punta de algo que con tironear un poco más, salía solo.
Esa ficha de más que habitualmente se apuesta en otro paño, encontró en Bonatti
y Gaspoz dos jugadores deseosos por hacerlo en la mesa de la ficción, terreno
que saben que ha sido una de las patas más flojas en lo que refiere a formación
audiovisual local. Las experiencias de Birri (y del mismo Pino Solanas) han
establecido un paradigma y han delineado un surco que pocos se animan a torcer:
“es tiempo de dejar los documentales en la videoteca, ya sabemos que eso
funciona y se hace bien, ahora a meterse a probar y errar y ver cómo sale”, se
entusiasma Javier.
Un panal de apoyos
A pesar de haber llenado cuanto formulario subsidiario
conocieron, el equipo de 25 personas que lleva laburando casi dos años desde
que comenzó el rodaje no consiguió solventar los gastos necesarios para acabar
con la corrección de colores y de voz. Habiéndose desprendido entonces de la
carrera por algún incentivo estatal (incentivos que reconocen que están en un
no mal momento) abrieron el lente y apareció la posibilidad en el portal Panal
de Ideas.
Se trata de una comunidad de financiamiento colectivo a
proyectos artísticos, como la edición final de esta película hasta muestras
fotográficas o la compra del vestuario para una obra teatral: “tuvimos una
serie de entrevistas con la gente de esta comunidad y advertimos que había algo
sincero, no nos contestaban los mails con spams. Cuando notamos el interés por
la película nosotros nos entusiasmamos y vimos que la mejor posibilidad de
conseguir el dinero que falta era esta”, asegura el director Ariel Gaspoz.
Javier Bonatti le imprime su sello actoral al protagónico de una peli que desde su trailer promete humor, romance y un viaje de aventuras.
Una vez superadas ciertas instancias de avance del proyecto,
se lo cuelga online para que los potenciales colaboradores lo conozcan y luego
decidan si aportar o no. El monto mínimo es de $5, que se cobran una vez
establecido el monto total a recaudar y un tiempo límite para la colecta. Si no
se alcanzó a completar lo necesario, el dinero se devuelve. En el caso puntual
de Aunque parezca raro, hay recompensas graduales a quienes colaboren con su
proyecto, además, “así, voy a poder pasar a la inmortalidad”, como dice
Antonio, protagonista de una película que va y viene por los distintos planos
de la conciencia con una intensidad tal que las secuencias son difíciles de
contextualizar con claridad.
Justamente, los reflejos de esos distintos estados de los
contextos narrativos son los que hacen tan necesario un tratamiento de los
tonos y los juegos cromáticos que distinguen al sueño del tránsito de vigilia,
así como también la edición del sonido “hecho por alguien con una perspectiva
externa, porque lo empecé a hacer yo pero en esta etapa de producción es
indispensable recurrir a que nos puedan señalar qué cosas hay que corregir y
demás”, comenta el director a Pausa, y sigue: “a la película la podríamos haber
largado hace un año como estaba, abríamos el Cine América, que siempre nos
brinda su espacio, proyectábamos para nuestros amigos y gracias, pero no. Esas
cosas ya las hicimos cuando éramos pibes, ahora queremos hacer un estreno
grande, proyectar por el país, presentarnos en festivales. Productores y otros
cineastas nos están alentando para eso, nos dicen que es una comedia con un
potencial enorme.” Hasta Fernando Solís Lara, el locutor chileno de la cadena
Fox, sumó su pulmón para poner las voces al tráiler oficial de la película, ad
honorem.
Para colaborar con el proyecto
En www.panaldeideas.com se encuentra el proyecto de la
película con el trailer de la misma. Las colaboraciones arrancan desde los $5
y, desde los $50 en adelante, se retribuye gradualmente con presentes como
wallpapers, entradas al estreno y Meet&Greet con el elenco y equipo
creativo. Se puede abonar con tarjeta de crédito o mediante los sistemas de
cobro express hasta la fecha límite: 7 de octubre.

En Pausa #141, miércoles 10 de septiembre de 2014. Pedí tu
ejemplar en estos kioscos.

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