Lazos para enfrentar la violencia

La Asociación de Mujeres Argentinas por los
Derechos Humanos inauguró su sede en Santa Fe para dar contención y
capacitación a mujeres que vivieron en situación de prostitución.
Se
presentó el jueves 13 de noviembre la delegación santafesina de la Asociación de Mujeres
Argentinas por los Derechos Humanos (Amadh), una organización que lucha por los
derechos de las mujeres en situación de prostitución y explotación sexual como
una de las formas de violencia de género. La entidad llega para sumarse al
trabajo de Santa Fe en Actividad por los Derechos de las Mujeres, una ONG que
trabaja hace seis años en los barrios más postergados de la ciudad y que tiene
a la valiente Elena Moncada como cara visible. Durante la conferencia de
prensa, se dieron a conocer detalles del trabajo que articulan, junto a
diversos movimientos y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, para la formación
de promotoras territoriales en Derechos Humanos con Perspectiva de Género.
María Claudia Albornoz, Astrid Janson, Margarita Peralta, Elena Moncada y Silvina Sierra en la presentación de Amadh Santa Fe.
De
larga trayectoria en la lucha de género, María Claudia Albornoz celebró el
trabajo de las organizaciones que “vienen a repensar el rol de la mujer en
diferentes situaciones. Hoy podemos contar cosas buenas, la idea es reflexionar
respecto a lo que vamos viviendo porque muchas cosas se naturalizan y las vamos
recorriendo sin preguntarnos”. Silvina Sierra, de la Campaña Abolicionista
Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución, dijo: “Estoy muy
contenta con el crecimiento de Santa Fe en Actividad y con la presencia firme
de Amadh en esta ciudad tan prostituyente y proxeneta. Me consta el compromiso
de esta lucha que se hace con muy pocos recursos”.
Amadh
mantiene activa la discusión por la inconstitucionalidad de los códigos
contravencionales y las normativas vigentes en todo el país que penalizan a las
personas que ejercen la prostitución, exigiendo la implementación de políticas
públicas que garanticen los derechos fundamentales de las mujeres en situación
de vulnerabilidad social. Para ello, asesoran a legisladoras y a distintos
organismos del Estado en la formulación y ejecución de programas sociales,
laborales y educativos que respondan a las necesidades de las mujeres.
Mujeres
que pueden
Margarita
Peralta, presidenta de Amadh a nivel nacional, estuvo presente en la apertura
de la sede santafesina. En primer lugar, contó pormenores de los 20 años de
historia de la organización, al tiempo que recordó: “luchábamos para no seguir
cayendo presas por ejercer la prostitución, quedábamos detenidas entre 21 y 30
días. Mucha gente ligada a los Derechos Humanos nos acompañó a golpear puertas,
hasta que logramos derogar el artículo del Código de Faltas que condenaba a las
mujeres que se prostituían. En 2001 nos unimos a la CTA, desde allí pretendieron
que nos reconozcamos como trabajadoras sexuales, pero 400 mujeres dijimos que
la prostitución no es un trabajo sino una violación y así empezamos una pelea
bastante fuerte para que no nos pongan ese rótulo. Al año siguiente rompimos el
vínculo con la central de trabajadores y en 2004 conseguimos una sede en Once”.
Al
calor del techo propio, empezaron a analizar la situación de las mujeres que se
acercaban para buscar un nuevo horizonte en sus vidas. “La mayoría nos pedía
trabajo, pero muchas no sabían leer ni escribir y las ayudamos a terminar los
estudios. El Ministerio de Trabajo de la Nación por fin nos reconoció y las mujeres
empezaron a capacitarse. La primera tanda se hizo realidad en Buenos Aires y 20
mujeres se recibieron de electricistas. Con el correr del tiempo abrimos otra
sede en Tucumán, allí se dictan cursos de repostería, gimnasia, decoración y
pintura. Recientemente abrimos una delegación en Corrientes y otra en La Pampa, allí caminamos la
ruta durante seis meses. Vimos chicas muy jovencitas, nos sorprendió porque
tenían alrededor de 16 años; las de 30 son consideradas viejas para la ruta.
Sin embargo hicimos un muy buen trabajo junto a la vicegobernadora Norma Durango
y un grupo de 50 chicas que estaban en la ruta ahora se están capacitando en
rotisería, panadería y cultivo de hortalizas. Otras se recibieron de técnicas
en mantenimiento de ascensores”, detalló Margarita.
Desde
AMADH señalaron que muchas veces el acceso a programas sociales y derechos
básicos insatisfechos se ve obstaculizado por el vínculo con las instituciones
públicas que deberían dar respuesta y contención, al que calificaron como
“impersonal y distante”. “Nuestra lucha se centra en conseguir educación y
capacitación laboral a cargo del Estado ya que cientos de mujeres que ejercen
la prostitución mueren de frío en las plazas, siendo enterradas como NN luego
de estar internadas en hospitales públicos. Podrían ser nuestras hijas y para
ellas no queremos eso”, determinó la presidenta de la organización.
Por el
cambio de muchas
Autora
del libro Yo elijo contar mi historia y presidenta de Santa Fe en Actividad por
los Derechos de las Mujeres, Elena Moncada se convirtió en la referente oficial
de Amadh Santa Fe. “Para mí, que salí de la prostitución y las drogas, de esa
vida oscura que viví cerca de 20 años, hoy es fantástico poder presentar la
delegación en nuestra ciudad. Al principio no tenía confianza en mí misma
porque hablar de prostitución tras haber vivido 23 años en otro lugar no era
fácil, pero después de escribir mi libro aprendí que se puede. Ahora voy por el
cambio de muchas. Estoy muy emocionada y feliz porque pensé que este
reconocimiento no iba a llegar nunca. Me siento orgullosa de quién soy y de lo
que hago”, dijo. Y subrayó: “Es muy importante visibilizar que hay prostitución
en Santa Fe, así como también es importante que la gente sepa que en la ciudad
hay un lugar donde las mujeres pueden acudir si necesitan ser escuchadas:
contamos con unas promotoras maravillosas que ya dan talleres solas. Tenemos
que poder pensarnos desde otro lugar porque somos tan valiosas como cualquier
otra persona: no somos diferentes, simplemente somos mujeres que no pudimos
elegir”.
Decepcionada
por la ausencia de legisladores y autoridades políticas que en algún momento le
brindaron palabras de aliento, Elena hizo hincapié en la necesidad de conseguir
apoyo oficial a nivel provincial. “Sólo contamos con las becas del Ministerio
de Trabajo de la Nación
a través de la Oficina
de Capacitación y Empleo, que nos da un incentivo que ayuda. Cuando arrancamos
con esto, todas nos convertíamos en modistas o peluqueras, no había muchas
opciones, pero de a poquito veremos qué quiere hacer cada una. Nos gustaría
replicar la experiencia de Amadh en las otras provincias”, concluyó.
Por su
parte, la Licenciada
en Trabajo Social Astrid Janson sostuvo: “desde Acción Educativa nos proponemos
realizar un trabajo de fortalecimiento y acompañamiento de las organizaciones.
Esto es un nacimiento pero también la continuidad de un camino que ya tiene
mucha historia y un hilo común que es la lucha de las mujeres. Es muy
importante el crecimiento que viene teniendo Amadh en las distintas provincias.
Particularmente en Santa Fe fue muy grande y nos encuentra trabajando de manera
muy intensa. Las promotoras territoriales en Derechos Humanos con Perspectiva
de Género que hacían su labor silenciosamente, ahora están en el marco de un
proyecto con cierto grado de formalidad y son reconocidas por un organismo del
Estado”.
“Es
esencial el poder de convocatoria que tiene el grupo a nivel local: cada jueves
llegan nuevas mujeres a los encuentros y así el rol de promotora va generando
un crecimiento que a veces ni las políticas públicas logran. Y en esta lucha
colectiva de 40 mujeres que nos juntamos todas las semanas se siente que hay
posibilidad de cambiar las cosas. El aporte de Amadh, además de visibilizar la
situación de prostitución en Santa Fe, viene a cuestionar las violencias hacia
las mujeres y crea nuevos lazos solidarios donde se puede pensar en relaciones
de horizontalidad, cuestionando las relaciones de poder desiguales”, añadió.
Finalmente,
la representante de Acción Educativa analizó: “Cada historia es única pero
también es común a la de otra compañera, todas tienen aspectos similares. Es
importante la no victimización y convertirse en promotora territorial apunta a
correrse del lugar pasivo, a posicionarse activamente para tener la posibilidad
de cambiar, llegar a otras mujeres y hacer puentes con políticas públicas a las
cuales a veces es difícil acceder. La propuesta de construcción de nuevas
políticas es muy fuerte porque se basa en el conocimiento de la realidad
cotidiana que viven muchas mujeres en las calles. Y en esa fuerza del grupo
está la potencialidad de poder transformar una realidad en el territorio”.
Publicada
en Pausa #146. Pedí tu ejemplar en estos kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.

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