Aprietes y demoliciones

ANUARIO 2014. El año negro de la GSI.
Los cuestionamientos a la Guardia de Seguridad Institucional de la Municipalidad, un
cuerpo creado hace seis años que protagonizó toda una serie de abusos,
explotaron con las amenazas y la patoteada a Alejandro Paganelli, periodista de
Sol 91.5, en la madrugada del 31 de julio.
Mario Martínez, hombre de la GSI, es mecionado (y fotografiado) en casi todos los casos.
Advinieron entonces las declaraciones de repudio en todo el
arco partidario local y las enfáticas propuestas de revisión del accionar de la
fuerza. La Municipalidad
separó al agresor de su cargo. Y la oposición, cuando se anotició del récord de
homicidios, dejó de lado las críticas y giró su posición para promover al
cuerpo hacia funciones casi parapoliciales.
En la letra, la GSI no está autorizada al ejercicio de la violencia. Sin
embargo vecinos de todas las clases sociales y sucesos públicos con repetido
registro coinciden en lo contrario.
Con el concurso de la Policía en varias oportunidades, en los desalojos
Playa Norte y Bajo Judiciales, en el intento de copar El Birri, en apretadas en
el Parque Alberdi, en la admisión al área de evacuados de la Vuelta del Paraguayo, en la
disputa de tierra con el Club Náutico Sur, en el sórdido traslado hasta Coronda
–ida, rechazo y vuelta–, de un habitante de la zona del Ferrocarril Belgrano
(lugar donde luego se tiraron abajo paredes de un galpón ocupado por varias
familias), en la voz de los limpiaviadrios y en el avance sobre los
comerciantes de la Saladita
del Norte (ver foto), los agentes municipales reciben la misma denuncia: actuar
como grupo de choque.
Publicada en Pausa #148. Pedí tu ejemplar en estos kioscos
de Santa Fe y Santo Tomé.

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