Razzias: tu cara te condena

Un montón de nafta, papeleo y tiempo de trabajo sin sentido
y, sobre todo, penurias, verdugueo y tiempo perdido para los más desangelados
son los resultados más contundentes de una práctica policial que perdura: las
razzias policiales.
Según los últimos datos brindados por el Ministerio de
Seguridad de la Provincia,
a instancias de una solicitud del diputado Eduardo Toniolli, apenas el 3,44% de los detenidos por averiguación de antecedentes tenían, efectivamente, pedido de captura. O sea: casi el 97% de los detenidos con esta justificación se morfó al
menos seis horas a disposición del comisario por el delito de portación de
cara. Ya se sabe, nada más peligroso que un negro a la hora equivocada en el
lugar equivocado, al menos a los ojos de la gente bien.
En mayo, 12 policías de la comisaría de Frontera (departamento
Castellanos) fueron detenidos tras la denuncia de Víctor Robledo, de 27 años, quien
estuvo detenido en esa comisaría y luego apareció crucificado, en una calle de
San Francisco, con cartel que decía “No robarás”.
El departamento La Capital lidera en las cifras absolutas, con
12.511 trasladados en 2012, de los cuales 586 (el 4,6%) corresponden a personas
con efectivos pedidos de captura. En Rosario, un departamento con muchos más
habitantes que La Capital,
se registraron 11.844 demorados, de los cuales sólo el 1,88% era reclamado por la Justicia. Juntas
dan cuenta del 77% de este tipo de detenciones.
Con muchos menos habitantes, son significativas las cifras
en Castellanos (3016 traslados, apenas 4 tenían pedido de captura), San Lorenzo
(799 traslados, 161 con pedido de captura), General López (704; 76) y San Jerónimo
(699; 4). A la inversa, si se reúne a las unidades regionales de Belgrano,
Caseros, Garay, 9 de Julio, Vera, San Javier, San Martín y San Cristóbal,
apenas 238 personas (el 0,75% del total) fueron trasladadas a sede policial.
Los ridículos niveles de efectividad en Castellanos (0,13%
de los detenidos tenía pedido de captura) y San Jerónimo (0,57%), evidencian
aun más que las razzias están completamente lejos de servirle a la Justicia y que cada
unidad regional opera de acuerdo a su propio arbitrio o a la orden del capataz
político de turno. Por decirlo de otro modo, no hay una política de seguridad
general para este accionar cotidiano, característico e inútil de la Policía provincial.
Bajo el amparo del artículo 10 bis de su ley orgánica, la Policía reproduce
fielmente y fortalece estructuralmente los prejuicios clasistas que comparten
con matanegros y medios de comunicación. Los 30.534 detenidos porque sí durante
2012, en toda la provincia, dieron cuenta de ello con el verdugueo padecido.
Publicada en Pausa #148. Pedí tu ejemplar en estos kioscos
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