Alberto Papini: “Queremos un nuevo puerto con base industrial”

Precandidato de la Lista Frente para
Vencer, Frente Justicialista para la Victoria
Docente e investigador universitario, el economista Alberto
“Pocho” Papini integra el Movimiento Evita.
—¿Por qué quiere ser concejal?
—Quiero ser concejal porque estoy en el Movimiento Evita,
que me ha designado como la persona que podía encarar la campaña y porque,
después de muchos años de docencia y de militancia política, quiero poner mi
conocimiento y experiencia al servicio de los santafesinos  a quienes hoy, todavía, no les han llegado
todos los beneficios que el modelo nacional ha dado. Todavía a la gente le
falta construir su casa, todavía la gente trabaja en negro, todavía hay gente
que no consiguió trabajo, pese a que la desocupación bajó del 25% al 7%. Yo soy
una persona de 60 años, quiero dedicar mi experiencia, mis últimos años
dedicarlos a la cuestión legislativa municipal. Yo me he educado políticamente
siempre en la doctrina del justicialismo y, como se dice desde el Movimiento
Evita, por los humildes, hasta que quede el último pobre. Quiero entregar los
esfuerzos de mi vida, ya maduro, a algo noble, como es la política cuando se
piensa bien
—¿Cómo evalúa la actual gestión de la Municipalidad y del
Concejo?
—El Concejo, dadas las mayorías y minorías que tiene, y los
que adhieren al oficialismo, ha dejado pasar muchas cosas. Se ha votado con el
oficialismo lo del parque Alberdi, por ejemplo. Y es una gestión que embellece
el centro, embellece los bulevares, pero no pone el mismo énfasis en los
barrios, donde hay muchísimos déficits. Y aparte, hablan de participación pero
está muy claro que hay un sesgo autoritario en la manera en la que ejecutan las
cosas o por la guardia de seguridad que tienen. El autoritarismo o el
ocultamiento, como con los últimos problemas de las lluvias, no están
conduciendo a un buen camino a la ciudad. En términos electorales la compra del
voto le está dando resultados al oficialismo. No hacen obras en los barrios
pero después hacen compra de votos a través de planes y distintas medidas con
sus punteros, pero llega un punto donde la gente se asquea de esa forma de
gobernar. Nosotros lo estamos viendo, la gente nos está pidiendo un cambio,
está cansada.
—¿Cuáles son tus propuestas concretas?
—En el tema del transporte, que a la gente le aflige, hay
que recuperar la Ley
de Municipios y Comunas, que establece que toda la regulación del transporte es
facultad del Concejo. El Concejo delegó la facultad; lo que hoy tenemos es
ilegal. Entonces, primero recuperar las facultades, para poder hacer algo. Hay
que diseñar por dónde debe pasar y cuándo debe pasar el transporte y, a partir
de ahí, licitar. Donde no sea rentable se hará cargo la Municipalidad, o se
utilizará un sistema mixto, pero la movilidad tiene que estar. Los colectivos
no entran a la noche en los barrios, por la seguridad: eso hay que solucionarlo
porque sino la gente no puede ir a trabajar. Distintos barrios tienen distintas
propuestas. Por ejemplo, la gente de Santa Rosa de Lima te die que en avenida
Freyre se podría subir un policía, dar la vuelta por el barrio y luego bajarse.
Es algo que se puede hacer ¡y no es muy costoso! Nosotros creemos que la Municipalidad tiene
que hacer muchas más obras que las que está haciendo. Ha aumentado muchísimo la
recaudación: el 2014 respecto del 2013 la recaudación aumentó el 95%, y no hay
ese aumento en la cantidad de obras. Hay que hacer más obras y gastar bien. Hay
que hacer un ente financiero para financiar obras a largo plazo. Con los
recursos corrientes que tiene la Municipalidad y con el grado de endeudamiento que
tiene no puede hacer todas las obras que hacen falta, entonces hay que hacer un
financiamiento a largo plazo, nacional e internacional, con organismos de
créditos regionales. Eso hay que hacerlo porque si no, no se hacen todas las
obras. Y la Provincia
tiene que mirar un poquito más a la ciudad, porque tiene muchísimas
necesidades. La Provincia
no tiene un buen perfil de gastos. Vos tenés que tener 10% del gasto de obras
públicas e inversiones para poder dar trabajo a la gente y para poder tener la
infraestructura necesaria, y estamos en el 5% o 6%. Estamos haciendo la mitad
de las obras en la provincia, después de dos reformar tributarias. En el tema
de seguridad, nuestra responsabilidad primaria es la iluminación y las malezas.
Y después, nosotros tenemos una gran experiencia en la seguridad ciudadana:
formamos 120 alarmas comunitarias. Queremos reflotarlas, pero coordinadas con la Municipalidad y con la Policía. Hay que
convencer a la Policía
de que eso es eficiente, que a ellos también les sirve, y tratar de
complementarlo con el fortalecimiento de la policía científica. Hoy los métodos
son muy antiguos, terminan en la sola coacción policial a la persona. Y el
delito disminuye si hay posibilidad de que haya pena, que llegue a ser
realmente condenada la persona. Para eso hay que darle todos los recursos que
necesita a la llamada Ley Toniolli, de Policía Judicial, para que haya un
cuerpo que pueda investigar y pueda tener elementos de prueba para poder
juzgar. Respecto del puerto, tenemos un proyecto muy claro. Los continuos
fracasos en las licitaciones demuestran que el proyecto de traslado del puerto
no es viable, a no ser que el Estado ponga toda la plata. Y únicamente va a
quedar como un beneficio inmobiliario para los propietarios de la tierra, pero
ese puerto no va a tener gran funcionamiento porque tiene un máximo de 28 pies
de calado. Actualmente, con suerte, tenemos 24. Rosario está en 34 pies y va
por 36 pies. De 36 pies son los barcos que operan normalmente en Rosario, y no
son los más grandes del mundo. Con 24, 28 pies van a entrar barcos que no son
tan grades, ahí el costo es más caro. Entonces, las cargas que pueda tener
nuestro puerto son marginales, porque los barcos son cada vez más grandes y con
mayor calado. Para que se entienda: el puerto que se proyecta no tiene la
profundidad suficiente para ser competitivo. Queremos un nuevo puerto con base
industrial. Para transportar productos industriales no se necesita un barco
grande y de gran calado. Nosotros proponemos que el nuevo puerto no esté en el
punto donde está ahora, porque no es el más adecuado y siempre hay que
dragarlo. El mejor punto es en proximidades del túnel subfluvial, donde está el
canal más hondo, donde las obras de infraestructura que hay que hacer son mucho
menores. Entonces, si tenemos más profundidad, menos costo, no hay duda de que
hay que cambiar el lugar del puerto. Nosotros estamos sentados en un gran polo
científico tecnológico, entonces nuestra diferencia competitiva podría ser una
zona franca de base tecnológica. Queremos procesar importaciones y que se
vuelvan a exportar. A partir de una nueva localización, de un proyecto integral
que sume a la producción local y al sistema científico, podemos empezar a
hablar de un puerto.
—¿Qué lugar les da a los jóvenes dentro de su propuesta?
—Yo soy del Movimiento Evita, es un movimiento de jóvenes.
Por lo menos en Santa Fe, los mayores somos una rareza, una minoría: son todos
jóvenes de los barrios, de la Juventud Peronista, y del movimiento
universitario. El estar con ellos es continuo y a sus temáticas las conozco.
Hay trabajar mucho en el tema educativo de los jóvenes y en la capacitación
laboral. En Santa Fe, todos los años hay entre 7 mil y 8 mil chicos que cumplen
entre 19 y 20 años, que se suman al mercado laboral. Pero Santa Fe está
generando 4 mil puestos de trabajo por año, en los últimos años. Entonces
tenemos un problema grave.
Una versión condensada de esta entrevista fue publicada en Pausa#151, el miércoles 8 de abril de 2015.

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