El fútbol y sus innumerables lados B

Goleadas humillantes, arqueros mancos y Brasil afuera en la primera fecha de un Mundial.
La simplicidad para definir este conjunto de datos
futboleros me depositaría en la palabra “curiosidades”. Pero aquí se pueden
reflejar reseñas poco conocidas que hacen al fútbol un deporte con más gajos
que la vieja y gloriosa número cinco.
El crack tiene derecho a un puchito.
Sólo como muestra de estas curiosidades, se puede retroceder
al último caso insólito/curioso/vergonzoso del fútbol argentino. El pasado
sábado 4 de abril jugaban Vélez - Arsenal, llegó el centro al área del equipo
de Sarandí y el árbitro Delfino cobró penal para los de Liniers, porque el
defensor Valencia tocó la pelota con la mano. Debido a que ya tenía una tarjeta
amarilla, el árbitro le mostró la segunda e inmediatamente la roja. Un penal en
contra y un jugador menos para Arsenal en escasos segundos. El caos llegó
cuando le avisaron a un asistente del juez que la transmisión televisiva mostró
que la pelota fue tocada con la mano por el delantero de Vélez (Pavone) y no
por el defensor. Delfino se arrepintió del fallo y giró 180 grados su decisión,
no cobró el penal, le sacó amarilla al delantero velezano e invitó a Valencia
–el “expulsado”- a volver al partido.
Otras rarezas futboleras:
=Durante el Torneo Apertura 1995, Huracán contó con un Paz
(Walter) para crear fútbol y un Guerra (Hugo) para hacer goles.
=Mundial de Italia 1934: Brasil tardó 11 días en llegar en
barco a Italia, para luego quedar eliminada en su primer partido, ante España,
que había embarcado en el mismo navío en su escala en la península ibérica.
=El 6 de octubre de 1974, mientras se disputaba la 12ª fecha
del Campeonato Nacional, Banfield derrotó a Puerto Comercial de Bahía Blanca
por 13 a 1 y consumó la máxima diferencia sobre otro conjunto en la historia
del fútbol profesional argentino de Primera División. Juan Alberto Taverna
marcó 7 goles y estableció un récord que todavía nadie alcanzó.
=A fines de febrero de 1980 se jugaba la intrascendente
final de la Copa
de la Vendimia
en el estadio mundialista de Mendoza. El equipo semiprofesional de la localidad
de Maipú, Gutiérrez Sport Club, era destrozado por Huracán 12 a 0. Cuando el
“Globo” marcó la docena, en el tablero electrónico del estadio se leyó: “Basta
de goles, por favor”. Hubo piedad luego de leer la súplica y en los 17 minutos
restantes los jugadores porteños ni se acercaron al área rival.
=El goleador alemán Gerd Müller renunció a la selección de
su país la misma noche en que se celebró la obtención de la Copa del Mundo 1974, porque
no estaban invitadas las mujeres de los futbolistas germanos a la cena de gala.
Después de esa noche el delantero jamás volvió a vestir la camiseta nacional
alemana.
=Allá por el año 1906, época de amateurismo en los que los
equipos eran formados por inmigrantes británicos y criollos, Barracas Athletic
debía enfrentar a Estudiantes de Buenos Aires por la Argentine Football
Association. Horas antes del encuentro, Laforia, arquero titular de Barracas,
había sido transferido al poderoso Alumni. Faltaba un arquero, pero nadie
quería jugar bajo los tres palos. El menos pensado por todos dio un paso al
frente y se ofreció. Así fue como Winston Coe cubrió el puesto. Este hijo de
irlandeses era lateral derecho de Barracas, socio fundador del club y le
faltaba el brazo izquierdo. En sus tres actuaciones como arquero Barracas
solamente cosechó derrotas (2 a 1, 11 a 0 y 5 a 0).
=El 22 de mayo de 1974 Argentina jugó un partido amistoso
ante Inglaterra, en el mítico estadio Wembley. Los locales ganaban 2 a 0 y el
técnico argentino, Vladislao Cap, decidió realizar un cambio. Cuando lo buscó a
René Houseman para indicarle que haga movimientos precompetitivos, el DT no lo
encontró. A los pocos minutos apareció el wing: se había escapado al vestuario
para fumarse un cigarrillo. Cap determinó que Houseman reemplazara a Miguel
Brindisi a 25 minutos del final y, gracias al aporte del “Hueso”, Argentina
levantó el resultado, y con dos goles de Kempes empató 2 a 2 en suelo
británico.

=Finalizamos con esta pequeña historia: El dos de febrero de
2005, el entonces poderoso Corinthians, que meses después sería campeón del
Brasileirao, apenas consiguió una igualdad en uno con el Sampaio Correa, un
modesto club de la
Tercera División, por la Copa Paulista. Al
finalizar el juego, el defensor visitante Henrique le pidió a Carlos Tévez
intercambiar las camisetas. Minutos después, mientras se bañaba en el
vestuario, el delantero argentino fue abordado por algunos dirigentes del
Sampaio. Los directivos necesitaban que devolviera la casaca de Henrique,
porque no tenían otra para enfrentar, la semana siguiente, al Chapadinha en el
Torneo de Maranhao.
Publicada en Pausa #151, miércoles 8 de abril de 2015.
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