Barrios excluidos, vecinos agotados

La asamblea de vecinales de Santa Rosa de Lima, Yapeyú y Santa Rita I y II reclama por obras paralizadas y pide abrir el diálogo con el municipio: “Tenemos cosas para proponer”.

En la víspera de cumplirse un nuevo aniversario de la inundación de 2003 y enfrentando al frío del 28 de abril pasado, vecinos de la Red Barrial de Santa Rosa de Lima –integrada por instituciones comunitarias y estatales– se movilizaron y realizaron un acampe de 24 horas frente al palacio municipal para reclamar por las obras públicas inconclusas. En las últimas semanas, junto a vecinos de Santa Rita I y II, Yapeyú y otros diez barrios sumidos en la desidia, conformaron una asamblea interbarrial y el jueves 18 brindaron una conferencia de prensa en la explanada de la Municipalidad para dar a conocer los problemas comunes, además de exigir una mesa de diálogo con el objetivo de debatir y planificar las obras públicas.

Frente a los micrófonos, Juan Cruz Valdez, vecino de Santa Rosa de Lima, expresó: “Basados en la Ordenanza Nº 11.542 referida a la creación de Juntas de Veedurías Ciudadanas de Obras Públicas, presentada en 2008 y luego vetada, venimos a proponer una mesa de diálogo. Presentamos la propuesta hace más de un mes y nunca nos atendieron. Hoy venimos a insistir porque los barrios tenemos cosas para proponer”.

Por su parte Mauro Núñez, de Yapeyú, agregó: “Esperamos demasiado que nos reciba el Ejecutivo Municipal, estamos en posición de exigir que se nos tenga en cuenta y se gobierne con la gente adentro del municipio, no afuera. En cuanto al Plan de Reconstrucción, no sabemos cómo se va a invertir el dinero que va a mandar la Nación. Necesitamos ejercer el derecho al acceso a la información sobre la obra pública ejecutada y en ejecución, queremos que se empiece a decidir desde los barrios”, insistió. Finalmente, denunció que “se usó la última emergencia hídrica para continuar con los intentos de desalojo que afectan a barrios como la Vuelta del Paraguayo, Villa Oculta y Tablada Vieja, sin tener en cuenta la vida y el trabajo de la gente en el lugar”.

“En Santa Rita II tiraron agua con escombros y se hizo un dique. Por Bernardo de Irigoyen y Alsina no entra la línea 18, es mentira que se está dando prioridad al acceso de los colectivos a nuestros barrios. La gente tiene que caminar 20 cuadras para llegar a su casa desde Avenida Gorriti. Eso implica que las ambulancias no llegan y a los chicos se les dificulta ir a la escuela, salen con dos pares de zapatillas. Vivir en un barrio alejado del centro es infernal. No podemos mudarnos, es la municipalidad la que debe venir”, relató Marilin Romero.

De segunda

“Acompáñenme por calle La Rioja, vamos a ver hilitos de agua que no son de lluvia. Son desbordes cloacales”, invita Ana María Martínez, educadora y fundadora de la Radio Popular de Santa Rosa de Lima. No miente: los “hilitos” se visualizan cayendo hacia las zanjas, entre toneladas de barro que, tras las lluvias de abril, dejaron al barrio intransitable, poniendo a prueba el equilibrio y la destreza física de los vecinos.

“En los documentos públicos que redactamos pusimos blanco sobre negro todas las dificultades que está viviendo este barrio debido a las obras demoradas. La primera empezó hace cinco años y hay casas que no tienen conexión a la cloaca. Si los vecinos quieren sumarse a la red, por ejemplo en calle Padre Quiroga, deben romper el pavimento nuevamente. En muchos casos, como en el CAF Nº21, hubo que reclamar para que hagan la conexión. Eso significa que la obra está muy mal hecha. Me dijeron que utilizaron material de segunda, porque las calles se desbordan con una lluvia cualquiera, sobre todo en el sector noroeste de Santa Rosa. Venimos soportando los efectos de esa obra mal realizada hace años, con calles destruidas, llenas de pozos”, enumeró Ana María Martínez a Pausa.

Dos años atrás también empezó la obra de pavimentación de calle Padre Quiroga, una arteria fundamental para el barrio. Hasta ahora, la concreción alcanza sólo una cuadra porque se encontraron cables de alta tensión que impidieron su continuación. “Eso indica dos cosas: por un lado que ni siquiera buscaron los planos de obra en las reparticiones involucradas en el barrio, y en segundo término un autismo total en relación a lo que dicen los vecinos, que conocen Santa Rosa desde hace mucho. En lugar de seguir de a tramos, empezaron a romper por todos lados y nos quedamos sin calles por donde transitar. Sufrimos a diario esas consecuencias: no hay calles para circular y tanto los colectivos como el camión de recolección de basura no pueden entrar. Además rompieron en varios puntos para hacer una obra de gas que ni siquiera nos beneficia, no sabemos si es para Santo Tomé o para los nuevos edificios que se construyeron en Santa Fe. Mientras tanto, nosotros seguimos usando garrafas, que son más caras”, lamentó la fundadora de la primera radio comunitaria de la ciudad mientras esquivaba montañas de desechos en cada esquina. “Hace poco estuvo el intendente José Corral y algunos vecinos lograron hablar con él, pero se encontraron con muchas evasivas y se fue rápido, escoltado por la GSI y punteros de la zona”, acotó Ana María.

Un documento del abandono

En un documento elaborado por la Red Barrial de Santa Rosa de Lima, los vecinos dicen sentirse “agotados y excluidos” por las condiciones de habitabilidad de la zona. “Detrás de los anuncios de obras en el marco del Plan Abre existe una absoluta indiferencia ante las graves consecuencias generadas por el excesivo retraso e improvisación en la concreción de tales obras. Somos víctimas porque hay una realización sólo del 15% de la futura calle Quiroga pavimentada y ahora destrozada; existen roturas y pozos para la colocación de caños de un gas natural que no beneficiará al barrio. Si bien el desagüe troncal de La Rioja funciona eficazmente, la calzada que lo cubre quedó sin reparar. La arteria por donde transita la línea 18 presenta baches y desmoronamientos peligrosos. Se suma el servicio deficiente de recolección de residuos y una red de alumbrado público que, pese a sus columnas nuevas, tiene en gran parte del barrio sus luces apagadas y siguen conectados los viejos cables. Los cruces de calles incorporados en la planificación del anterior ProMeBa aún brillan por su ausencia: uno de ellos permitiría que los alumnos provenientes del barrio San Lorenzo puedan llegar sin inconvenientes a la escuela Zazpe, el otro mejoraría la circulación por Alfonso Durán”, detallan.

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Fotos: Matías Pintos.

Asimismo, la Red Barrial de Santa Rosa de Lima presentó en 2014 un proyecto en el marco del Programa Vínculos, que aún no tiene asignado presupuesto porque, aseguran, la Municipalidad “no rindió en tiempo y forma presupuestos de años anteriores al Ministerio de Seguridad Provincial”. En tanto, señalan que al Centro de Salud le faltan médicos, las instalaciones del Jardín Hermana Benjamina necesitan ser terminadas y notan graves falencias que limitan los servicios que prestan las instituciones. También solicitan la reapertura del Centro de Salud en la Vecinal 12 de Octubre, “que descomprimiría el trabajo del actual único dispensario haciendo accesible el derecho a la salud pública de los vecinos”.

“Reclamamos la implementación correcta de las obras públicas, con los materiales correctos, su realización en tiempo y forma, respetuosas de las necesidades de los habitantes del barrio. A la vez, solicitamos la implementación de mecanismos de consulta con vecinos e instituciones para lograr que estas obras tengan el menor impacto negativo mientras se realizan”, finalizan los vecinos de Santa Rosa de Lima, ahora apoyados por un gran sector de la ciudad que se ve reflejado en los reclamos y se organiza para hacerse escuchar.

Barrio Chalet también va por la integración y el diálogo

Hace dos semanas se presentó la Red de Instituciones y Vecinos de Barrio Chalet. El pedido central giró en torno a la necesidad de ser escuchados por el municipio. “Venimos trabajando sobre el tema de los microbasurales, tratando de articular el trabajo entre la Municipalidad y los vecinos”, explicó María Claudia Albornoz, trabajadora del Centro de Salud del barrio.

El jueves 19 de mayo, miembros de la red tienen programada una reunión con el referente del Programa Nueva Oportunidad para analizar el trabajo con adolescentes y jóvenes que no están escolarizados. El encuentro será a las 10 en la Parroquia San José Obrero.

Nueva Oportunidad se implementa desde el año 2013 en Rosario y a partir de 2014 se desarrolla junto al gobierno provincial en el marco del Plan Abre. Está dirigido a jóvenes de entre 16 a 30 años que dejaron la escuela y no cuentan con una formación laboral.

El objetivo de Nueva Oportunidad es integrar a esta población, expuesta a altos niveles de violencia, y darle la posibilidad de capacitarse y participar de espacios de intercambio y reflexión para que adquieran herramientas de inserción laboral. Los cursos se dictan en los propios barrios de residencia de los jóvenes beneficiarios.

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