Las ventas minoristas se retrajeron por séptimo mes consecutivo. Ni los aumentos salariales o el aguinaldo sirvieron de mucho, pese a que fue un mes fuerte de ofertas y rebajas. Hay rubros sensibles muy afectados, que hace varios meses sufren el ajuste, como Electrodomésticos, Ferretería o Golosinas.
Los primeros aumentos logrados en las paritarias ya llegaron al bolsillo de la mayoría de los trabajadores registrados y el aguinaldo fue pagado puntualmente. Sin embargo, la mayor disponibilidad de dinero en los bolsillos no alcanzó para evitar que el comercio minorista registre su séptimo mes de caída consecutiva: en julio de 2016 las ventas en unidades cayeron un -8,1% respecto de 2015. Acaso pueda festejarse que en junio la caída había sido de -9,8%, que la merma es un poco menor. Habrá que esperar a agosto, cuando el bolsillo de los trabajadores vuelva a su flacura normal.
La información procede de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa. De manera acumulada, en los siete primeros meses del año hubo una caída del volumen de ventas de un -6,6% respecto de los primeros siete meses de 2015.
El derrumbe continúa, "a pesar de los descuentos agresivos que están haciendo los empresarios para atraer clientes y obtener la liquidez necesaria que les permita afrontar los pagos de salarios, alquileres, servicios y reposición de mercadería", reza el informe de Came. "Las ofertas del mercado fueron tentadoras. Muchas rebajas de hasta 50% y en productos de buena calidad en rubros como indumentaria, calzados, marroquinería, bijouterie, y textil blanco. Pero aun así se vendió poco, claramente porque el poder adquisitivo de las familias se derrumbó y se vuelven a establecer prioridades en los gastos", es la sentencia.
"Los descensos anuales más pronunciados en el mes ocurrieron en: ‘lectrodomésticos y artículos electrónicos (-18,1%), Materiales para la construcción (-12,7%), Ferreterías (-12,2%), y Golosinas (-10,2%)". Le siguen Bazar (-9,4%) y Juguetería (-9,5%). Estos rubros, los más afectados, son los mismos desde el inicio del ajuste. Por ende, son los que en peor situación están. Por otro lado, evidencian los efectos lógicos de la caída del poder adquisitivo: el gasto se recorta en lo más caro (construir o cambiar la heladera) y lo más superfluo (un chocolatín o un autito para la cría).
De todos modos, la caída se dio en todos los sectores. Esto quiere decir que, una vez más, la gente comió menos. Alimentos y bebidas volvió a tener una baja, esta vez de -1,9% internanual. En abril había sido de -2,8%, en mayo de -2,3% y en junio de -2,8%. Ningún rubro que zafó, ni siquiera Farmacia, que en junio había logrado aumentar sus ventas un 1,9%. En julio, cayó un -5,3%. Se ve que los argentinos recuperamos la salud.
