Escolazo chino de noviembre

La rata (o el ratón)
Amor: ¿a qué se debe tanta fascinación? Instantes homogéneos en una línea que promete ser continua. Trabajo: el humano por naturaleza, no desea trabajar. Entonces, ¿para qué ir contranatura cuando en definitiva deseamos el ocio?

El buey (o búfalo)
Amor: nada se pierde todo se transforma, luego de golpear, alguna puerta se abre. No es momento de dudas y tampoco de quedarse sentado esperando, sino de aceptar los retos que te propongan y tirar hacia adelante.

El tigre
Amor: estará ligado al ámbito social. Por ello, tendrá que cuidar en todo momento la imagen pública que proyecta. Aunque las cosas te vayan muy bien en el ámbito económico, eso no significa que tendrás todo lo que necesitas para pagar la luz en el verano.

El conejo (o la liebre)
Amor: a veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. Por más ecologista que sea no buen momento para cuestionar la quema de gomas en un piquete.

El dragón
Amor: la mejor manzana, la ve casi como un demonio. Saludable y católico/a, eres fuerte y no te permitirás de caer de nuevo. Trabajo: el refugio de los que no tienen nada que hacer. La grasa de la militancia.                

La serpiente
Amor: allí donde la arquitectura parece simplemente ponerse al servicio de las necesidades naturales más básicas, por tanta cautela, se pierde en busca del deseo. Trabajo: apele a su estado más animal y no de deje que lo vuelvan a flexibilizar.

El caballo
Amor: un verdadero entramado de ficciones culturales normativas, pero muy divertido. Quizá no habrá esperanza, pero sin duda habrá poesía. Trabajo: nuestro pecado capital ha sido y será la mitificación del trabajo como valor humano.

La cabra
Amor: pensar primero en un diccionario. Pero en uno en donde cada definición nos invite a hacer estallar certezas, en el que se dibujen escenarios fantásticos, islas inverosímiles y, por eso, hermosamente monstruosas. Trabajo: un crimen, la forma de dominación más efectiva creada por los poderes.

El mono
Es un mes espléndido. La vida es la búsqueda de lo imposible a través de lo inútil. Amor: no es el origen, ni el tiempo transcurrido, ni la residencia lo que determina la posibilidad de un enamoramiento. Trabajo: un estado de ánimo sin conexión, inevitable.

El gallo
Amor: más allá de ganar o perder, el juego se realiza por la propia experiencia de jugar cuando éste es entendido sanamente o un gendarme. Trabajo: cambió la suerte es probable que el caos lo haga más creativo.

El perro
Amor: ¿qué podría ser peor? (eso no me arregla). Es como llamar un gato a silbidos. No se asombre de tener un cuerpo, sino de lo que puede el cuerpo. Trabajo: no haber desperdiciado por completo la vida parece ser un logro, al menos hay que intentarlo antes de lo inevitable.

El cerdo (o el jabalí)
Amor: no teniendo ya nada que ocultar, no podemos ser atrapados. Intente la experimentación permanente de novedades lúdicas. Trabajo: nunca va ser una necesidad intrínseca, sino impuesta.

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