Cambiar conductas salva vidas

La mayoría de los siniestros viales involucra a motos y se producen en las zonas urbanas.

Cuando lo que esté en juego es la vida, las cifras hablan y exclaman momentos de dolor, pero también brindan la posibilidad de poner en marcha acciones tendientes a la prevención. Si de lo que hablamos es de siniestros viales, las responsabilidades van de la mano de la concientización. El último informe de la Agencia de Seguridad Vial (ASV) de la provincia revela datos consolidados correspondientes a 2015 (los de 2016 se encuentran en elaboración) que permiten configurar un cuadro de situación.

Durante ese año, se registró un total de 10.184 hechos de tránsito. El 58,1% se produjo en zonas urbanas, la mayoría en calles y avenidas; mientras que el 41,9% en zonas rurales. Sobre los vehículos involucrados, el 40,1% fueron motos y el 38,6% fueron automóviles. Del total de los hechos, el 76,9% fueron colisiones. El 74,2% de los hechos de tránsito se produjo durante el día y el 25,8% durante la noche (este último porcentaje se incrementa los fines de semana).

También en 2015, hubo 521 siniestros con víctimas fatales y 595 víctimas fatales (en 2014, habían sido 533 los siniestros con víctimas fatales donde murieron 594 personas). El pico de fallecidos se contabilizó en abril. Del total de víctimas fatales, 486 eran varones, lo que representa el 82%. El 69,3% del total de muertos, eran conductores de los vehículos involucrados. El 25,7% (153 personas) de los fallecidos tenía entre 20 y 29 años.

El origen de los números

Los datos citados se desprenden del trabajo que anualmente lleva adelante el Observatorio Vial de la APSV. Según explicó su director, Mariano Bonino, “la fuente principal o primaria es la Policía, la cual informa cada hecho de tránsito ocurrido en la provincia a través de un formulario con toda la información detallada de la persona, el vehículo y el entorno involucrados. Los datos se registran en un Sistema de Hechos de Tránsito de la Provincia de Santa Fe”.

Al mismo tiempo, las fuentes secundarias devienen del cruce con estadísticas del Ministerio de Salud (actas de defunción), ingresos a los hospitales, otras áreas de la Policía, los concesionarios de los diferentes corredores viales, el sistema de Licencia de Conducir, Registro de Personas y diferentes bases periodísticas. De esa forma, se logra la obtención de datos consolidados de los siniestros.

“Esta consolidación de los datos lleva un tiempo considerable, lo que hace que los números de siniestros y personas fallecidas y lesionadas de cada año se den a conocer aproximadamente a mitad del año posterior”, argumentó el funcionario y destacó la construcción de “un registro de datos preciso y confiable”. Bonino, a su vez, ponderó que “la operatividad del sistema permite acceder ágilmente a la base de datos obteniendo información detallada sobre el siniestro, las personas y los vehículos, de esta manera se generan las estadísticas de la provincia”.

“También el sistema cuenta con una herramienta para la georreferenciación de cada hecho para que, de esta manera, se puedan generar los mapas de siniestralidad”, añadió el titular del Observatorio.

En este contexto, resulta relevante saber que a partir de enero de 2017 “se lleva cabo un registro y mapeo preliminar diario de las víctimas fatales informadas por la División de Tránsito de la Policía provincial”.

Acciones directas

A la hora de construir acciones preventivas, para la ASV es de suma relevancia asumir “la responsabilidad de un abordaje integral de la seguridad vial, pensando la problemática como compleja y atravesada por diversas dimensiones, actores y organismos”. Así lo fundamenta Sebastián Kelman, director de Divulgación y Capacitación de la propia Agencia. “En 2008 la provincia de Santa Fe creó un nuevo dispositivo en materia de políticas públicas para el abordaje de la seguridad vial en el territorio. Hasta ese momento no existían acciones sistemáticas y sostenidas en la materia, por esta situación mucho del esfuerzo y energías se tuvieron que utilizar para armar una estructura seria que permita el abordaje de la temática”, precisó. Así fue como se creó “una fuerza especializada para el control, la Policía de Seguridad Vial, con sus puestos de control y recursos”.

Específicamente, entre las políticas de acción se puso en marcha un plan integral de motos que “propone un recorte de la seguridad vial vista desde la perspectiva del uso del motovehículo, desde su adquisición para diversos intereses hasta las vías y formas por las cuales circula, pasando por los distintos estamentos de gobierno involucrados, así como de formación de los conductores”, indicó el director. Lo que se pretende es obtener “un ordenamiento jurídico local, campañas, talleres de reflexión, instancias de control”. Y, fundamentalmente, evitar el “uso indiscriminado del vehículo”.

Con relación a lo que se prevé para este año, Kelman apuntó que se “se apuesta a un minucioso trabajo en territorio, con propuestas dirigidas a cada una de las realidades urbanas, producto de los datos arrojados por el Observatorio en 2015 y teniendo en cuenta que los siniestros se produjeron  en su mayoría dentro de las localidades y no en las rutas”.

Jóvenes en alerta

Por ser los jóvenes los principales actores de los hechos de tránsito, la ASV lleva a cabo programas como Conductor Designado o Viva la Noche en diversas localidades. “El objetivo es promover cambios de conductas naturalizadas en los más jóvenes. Estos programas se realizan con la condición de ser sostenidos en el tiempo. En los centros de recreación nocturna se promueven intervenciones en distintos ámbitos de la vida de los jóvenes”, adujo el responsable de Divulgación y Capacitación. Al respecto, el funcionario recalcó que se institucionalizaron políticas de Estados sostenidas a lo largo de casi una década, las cuales lograron “muchos avances en las construcciones culturales de la sociedad, en la circulación de la información, en la legitimidad de los controles y en la incorporación de las normas de tránsito para una convivencia más armónica y segura”.

Educación vial

A la luz de los hechos, ineludible es la referencia a la educación vial. Acorde a lo expresado por Kelman, en Santa Fe se conformó un equipo integrado por el Ministerio de Educación y la ASV. De esa forma, se logró la reglamentación de la ley provincial 11.686 que establece la obligatoriedad de los contenidos de educación vial en todos los niveles del sistema educativo. “También se capacitaron en la materia a todos los docentes, directores y supervisores de la provincia. Dada la gravedad de la situación, en el calendario escolar santafesino figuran dos fechas significativas: el 10 de junio, Día de la Seguridad Vial, y en la primera semana de octubre se realizan la Jornadas del Juego de la Calle y la Convivencia Vial que abordan la temática desde la realidad particular de cada comunidad”, subrayó.

En el plano del nivel secundario se implementó el proyecto Conduciendo ConCiencias Viales. Está dirigido “a los jóvenes que se acercan a obtener su primer licencia de conducir y se aborda en quinto los conocimientos propios de la primera licencia de conducir, homologando en la escuela el curso teórico obligatorio, como una acción dirigida a la población más vulnerable”.

Controles

En relación con el control de tránsito, “se consolidó la Policía de Seguridad Vial, un cuerpo de control de más de 450 agentes especializados con poder de policía y de inspector de tránsito para patrullar las rutas de la provincia”, resaltó Kelman. Así, hay presencia en puestos fijos, se realizan controles diarios de alcoholemia, control de cargas, de documentación, entre otros aspectos de seguridad pública. “Para 2017 se prevé la instalación de ocho puestos fijos en los límites provinciales, con equipamiento para todo tipo de control, desde alcoholímetros hasta balanzas de control de carga, así como la incorporación de más efectivos policiales”, anunció, al tiempo que se aspira a la instalación de radares, la implementación de la Revisión Técnica Obligatoria, control y regularización de todos los centros de otorgamiento de licencia de la provincia, adhesión a la Licencia Nacional de Conducir y la creación de un nuevo sistema de juzgamiento de infracciones que garantiza más efectividad en la ejecución de las sanciones.

Finalmente, Kelman hizo hincapié en la concepción de la seguridad vial como política de Estado. “Los números indican que falta mucho camino por recorrer, más construcción de compromiso de todos los actores y de la ciudadanía que sigue sin modificar muchas de sus conductas temerarias naturalizadas culturalmente”, concluyó.

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