Don Niembraaa, el incombustible

Anunció el indulto, se fumó 21 palos del Estado y cree que puede empatarle al Loco Bielsa.

El modelo de país que 12.903.301 argentinos eligieron en el balotage de 2015 tiene entre sus mejores exponentes de los medios de comunicación a Fernando Niembro. Desde la arrogancia más absoluta el ex funcionario de Carlos Saúl Menem bajó líneas desde los estudios de Fox Sports. El sistema empresarial del Club Atlético Boca Juniors le generaba orgullo y le dedicaba largos minutos de televisión para respaldar la gestión de Mauricio Macri. Esa referencia con nombre propio un día llegó al poder de la ciudad de Buenos Aires y en los años más kirchneristas de este país lanzaba sus misiles dialécticos desde las confortables trincheras macristas.

Cuando su pasión por defender el modelo neoliberal fue más desmedida que sus comentarios a la hora de facilitarle el negocio a un representante de algún jugador de fútbol, ese día no dudo en salir a jugar su partido con la camiseta amarilla. Y un día ingresó al equipo del PRO para jugar su candidatura a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Pero otro día estalló el escándalo de denuncias por supuesta corrupción. La Usina Producciones, la empresa que fundó junto a Atilio Alberto Meza, habría facturado al menos 21 millones de pesos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por servicios, como la realización de encuestas, que fueron tercerizados a otras compañías. La empresa La Usina no tenía empleados, y todos los contratos que obtenía se realizaban sin el mecanismo de licitaciones públicas requerido. Niembro llegó a obtener más de 170 vínculos laborales con el gobierno por más de dos millones de dólares.

El periodista se tuvo que bajar de la candidatura en 2015, en octubre de 2016 volvió a la tele con una entrevista a Edgardo Bauza, en dicha nota el ex entrenador del seleccionado argentino dijo: “Sueño con salir campeón en Rusia. Estoy convencido que lo vamos a lograr”. La suerte del Patón ya la sabemos todos. En cambio, la suerte de Niembro cuenta con la protección del poder político-mediático más poderoso del país. Hace pocos días, reapareció con una columna que publicó  Clarín.

El monopolio periodístico le brindó toda la protección que pudo hasta que se judicializó el tema y se transformó en causa. Hoy, con el modelo político, económico y cultural que conduce Macri y respalda Clarín con todos sus periodistas, al comentarista deportivo le abrieron las puertas para que le conteste a un tipo que dice lo que piensa sin que le importe qué intereses o corporación esté tocando. Ese tipo es Marcelo Bielsa.

“Los medios pervierten”

El Loco, en un congreso de fútbol que compartió en Brasil con Tite, Fabio Capello y Carlos Parreira, lanzó un concepto que hizo tambalear a una columna del modelo: “Resulta que el procedimiento educativo más poderoso que tiene la sociedad ya no son más las escuelas, son los medios de comunicación, porque los medios de comunicación influyen más que la familia y que la escuela, que son los elementos genuinos de formación. Es una vergüenza que los medios de comunicación eduquen a la gente, porque los medios de comunicación tienen intereses específicos, y la educación tiene intereses diferentes a los medios de comunicación, y la familia tiene expectativas diferentes a los medios de comunicación”. Se tomó un par de segundos y explicó: “Por qué digo esto, porque usted, el mismo argumento que utiliza para amplificar un comportamiento en la victoria, es el que utiliza para condenar el comportamiento en la derrota. Y lo traduzco: si Neymar recupera la pelota, contraatacamos y hacemos un gol y ganamos ocho partidos seguidos, ‘mirá lo domesticó a Neymar, hizo que Neymar fuera colectivo en vez de individual’, pero el día que pierda ‘este burro en vez de hacerlo a Neymar jugar al lado del arco, lo hace perseguir al marcador de punta rival’. Y eso es la especialidad de los medios de comunicación.  Los medios de comunicación se especializan en pervertir a los seres humanos, según victoria o derrota”.

La exposición cruzó rápidamente la frontera y fue Niembro quien recogió el guante.

Pero antes de conocer qué dijo el periodista procesado, vale recordar que Bielsa, cuando llegó a ser el DT de la selección argentina, optó por la decisión más democrática para comunicarse con todos los hinchas argentinos: dar conferencias de prensa sin límites de tiempo y no brindar notas exclusivas.

El haber tomado esa medida le costó durísimas  críticas y burlas de los grandes medios. Niembro estaba agazapado, no decía nada porque los dirigidos por Bielsa eran una máquina de ganar y el periodista sólo concibe la vida desde la victoria. Pero cuando el Loco y los suyos quedaron afuera en la primera ronda del Mundial de 2002, sin piedad el periodista utilizó el micrófono como un arma y con el entrenador en el piso lo tiroteó hasta verlo caer. “Me quedé sin energías”, dijo el Loco después de ganar los Juegos Olímpicos en Atenas y se fue de la AFA.

Ganar para existir

El ex secretario de Comunicación del menemismo, función desde la cual anunció la firma del indulto a los genocidas de la última dictadura, lo trató de “exagerado” al entrenador, pero lo importante llegó después: “Bielsa debe saber que participa de un juego colectivo, profesional, que excede a los entrenadores, que hoy es también de los jugadores, el público, los empresarios y los periodistas. Cada uno juega su rol”. Con esas palabras defendió a los dueños del negocio, a los que serán los dueños de la pelota, aunque Macri haya dicho en campaña que no sacaría Fútbol Para Todos.

Entre las respuestas que da Niembro, también justifica el lugar que actualmente ocupan los medios: “El entrenador debe saber que quienes los crearon, buscaron difundir, investigar, dialogar y que la sociedad y ellos mismos, especialmente por estos lugares del mundo, con columnas tan frágiles como la familia y la escuela, sin buscarlo fueron ocupando ese rol”.

La última frase de la columna de opinión es una síntesis de sus convicciones: “Bielsa debería esforzarse en entender que las cosas son simples, sólo se trata de ganar. Aunque duela”.

Sólo se trata de ganar, y en eso va el esfuerzo diario de Macri y sus aliados, de ganar y punto, ya que en este adictivo modelo cultural y económico de la exitoína, los perdedores no existen. Los exponentes de esta nueva empresa que conduce el hijo de Franco, llamada Argentina, están en todos los rubros, y ahora le tocó salir a jugar a un símbolo del neoliberalismo pornográfico, el mismo que supo decir, anticipando lo que volvería en Argentina: “El que quiera ver fútbol gratis, que se vaya a Cuba”.

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