Está prohibido, pero sucede igual

En Argentina, 760 mil chicos y chicas de entre 5 y 15 años trabajan; 206.635 lo hacen en zonas rurales. La edad promedio de inicio en los trabajos en el ámbito rural son los 11 años.

La ley lo prohíbe bajo sanción penal. Pero existe, como tantos flagelos que lastiman a los niños, niñas y adolescentes de nuestro país. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 760 mil chicos y chicas de cinco a 15 años trabajan; 206.635 trabajan en zonas rurales. El 27% de los niños y niñas que trabajan habitan en el campo. En cuanto a los adolescentes (entre 16 y 17 años), 428.581 trabajan y 84.547 trabajan en zonas rurales. El 24% de esa franja pertenece al campo.

Riesgos 

En consonancia con el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora cada 12 de junio, la propia OIT hizo hincapié en que por las tareas que desarrollan los chicos y las chicas en la agricultura “se les dificulta ir a la escuela, lo que repercute en sus posibilidades de desarrollo futuras, determina su trayectoria laboral e impacta en sus condiciones de vida”. Pero no solamente: además, “es uno de los sectores más riesgosos debido a condiciones de trabajo tales como largas jornadas de trabajo, manipulación de químicos o herramientas peligrosas”. Y más todavía: pequeños y pequeñas, de manera frecuente, trabajan junto sus padres en actividades de la economía informal.

La OIT también precisó que el 71% del trabajo infantil en el mundo se registra en el sector agropecuario; mientras que en Argentina, el porcentaje de niños y niñas que trabajan en zonas rurales (19,8%) es significativamente mayor en comparación con las zonas urbanas (8,4%). Al desgranar las cifras, se encuentran algunas particularidades. “A diferencia de las zonas urbanas, las actividades para el autoconsumo concentran la mayor proporción de trabajo infantil. Esto se vincula con las estrategias de supervivencia de los hogares rurales”. Vale decir que la mayoría de los chicos y chicas colaboran en las huertas y otros cultivos, como en la cría y el cuidado de animales.

Según el género

Al respecto, las diferencias de tareas según el género son marcadas. Son 83.905 los y las que realizan tareas domésticas intensivas. De ellos, el 43% son niños y el 57% restante son niñas. En cuanto a las tareas para el autoconsumo, son 102.182: 67% niños y 33% niñas. Y para el mercado, son 72.808: 71% niños y 29% niñas. Con relación a este último punto, las labores para el mercado se dividen en un 30,6% en la actividad agropecuaria (32,7% son niños y 25% mujeres), el 14% ayuda en negocios (11,9% niños y 19,2% niñas), el 11,2% realiza ventas en la calle (11,8% niños y 10,1% niñas) y el 7,1% lleva a cabo tareas domésticas fuera del hogar (1,1% niños y 21,7% niñas). El 37,1% se ocupa en la construcción, realiza trámites administrativos, atiende hornos de ladrillos o carbón y elabora alimentos para la venta, entre otras actividades. 

Habida cuenta de estas distinciones, se “reproduce de generación en generación las diferencias de inserción laboral por género, junto con las condiciones de informalidad y precariedad de los empleos en que se insertan”.

Escolarización 

Acorde al informe de la OIT, “prácticamente todos los niños y niñas de 5 a 15 años que residen en el ámbito rural asisten a la escuela”. Sin embargo, el trabajo infantil afecta su inserción y trayectoria escolar. En efecto, quienes “realizan actividades productivas muestran indicadores de asistencia por debajo de quienes no realizan ninguna actividad”. Es así como se detectó una mayor proporción de llegadas tarde, inasistencias frecuentes y repitencias. Así también, muchos pequeños y pequeñas “se ausentan del aula durante el período de las distintas cosechas”. La edad promedio de inicio en las trabajo dentro del ámbito rural son los 11 años. Las cifras hablan de manera elocuente.

Offside 

En este contexto, la OIT impulsa el proyecto “Offside ¡Marcando la Cancha!” que propone generar conocimiento y políticas públicas para erradicar el trabajo infantil en las áreas rurales de Argentina en el marco del Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente (2018-2022). Particularmente, se enfoca en los sectores de la producción de ajo, tomate y algodón en las provincias de Buenos Aires, Mendoza y Santa Fe. 

“En Santa Fe, la prevención y erradicación del trabajo infantil es una política pública. Nuestra provincia es distinguida por este compromiso y los avances concretos que se han alcanzado gracias a la consistencia y persistencia de tantos esfuerzos conjuntos”, sostuvo Julio Genesini, ministro de Trabajo y Seguridad Social provincial, al participar de la jornada taller en nuestra ciudad junto al equipo de coordinación del programa Offside.

“Tenemos más de 35 Centros de Cuidado Infantil brindando contención a más de dos mil niños y niñas. Fuimos la primera provincia en presentar un Listado de Tareas Peligrosas para las cuales el trabajo adolescente no será autorizado, celebramos actividades en el marco de la Caravana de las Infancias con espacios lúdicos para que niños y niñas puedan conocer y disfrutar del derecho a jugar, a sentirse cuidados, a una alimentación saludable”, consignó el funcionario. 

El titular de la cartera laboral también recalcó que en Santa Fe se dictó la primera condena por delito de aprovechamiento ilegal de trabajo infantil del país. Fue en diciembre de 2018 cuando se condenó a un matrimonio de Santa Teresa a un año de prisión de cumplimiento condicional por el delito de aprovechamiento económico ilegal de trabajo infantil en calidad de coautores. “La denuncia se enmarcó en el protocolo para el abordaje de casos de trabajo infantil que diseñamos, estableciendo criterios y pautas de acción para la identificación de casos, atención a las víctimas y abordajes con el grupo familiar, entre otros aspectos”.

Para no olvidar

Se considera trabajo infantil a menores de 16 años que participan en cualquier actividad laboral y a menores de 18 años, que participen en trabajos peligrosos (condiciones que puedan dañar su salud, seguridad o moralidad, así como la esclavitud, la explotación sexual y actividades ilícitas).

En Argentina, el trabajo infantil está prohibido. La ley sanciona penalmente a quienes se beneficien con él. Está la Ley 26.390 de Prohibición del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente, la Ley 26.061 de Derechos de niñas, niños y adolescentes y el Decreto 1117/2016 de Prohibición de las peores formas de trabajo infantil, trabajo peligroso y explotación infantil.

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