Alerta Adelina

La señora Adelina corre, como puede, pobre, no es muy lindo de ver. Pero si se mira bien, detrás de su gesto de esfuerzo y desesperación, puede entreverse una sonrisa ancha que no termina de desdibujarse.

Suenan todo tipo de sirenas y hasta un helicóptero sobrevuela cada tanto. Adelina va deteniendo su paso cuando llega a la peatonal y se mezcla entre la gente que parece ir de un lado a otro sin entender qué pasa. Se sienta en un banco y trata controlar la respiración, se siente demasiado agitada. Piensa que debería tomarse la presión. Se saca el pañuelo que le cubre el pelo y se seca la transpiración de la frente. Se saca también el saco y los lentes oscuros, pone todo en una bolsa grande que trajo en la cartera. Después se repasa la pintura de los labios y se arregla un poco el peinado. Se para a mirarse en el reflejo de una vidriera, entra a preguntar precios, se queja de lo caro que está todo, pregunta la hora y sale sin la bolsa. Camina rápido hasta la esquina y para un taxi.

El taxista le pregunta si sabe lo que pasó, Adelina niega mientras busca la plata en la cartera. Siempre trata de tenerla preparada antes del momento de pagar, si no busca nerviosa, se le entrevera todo y no encuentra nada. Sin los lentes, como ahora, mucho peor.

A pocas cuadras, mientras Adelina sigue revolviendo su cartera, desde el taxi se puede ver un camión de basura cortando la calle, con una montaña de carga vaciada sobre el frente de una casa. Los bomberos sacan la basura para liberar la puerta. En una ambulancia tratan de reanimar al chofer del camión que parece sedado, habla lentamente y niega con la cabeza, hasta que vuelve a dormirse. Atrás se ve humo y un tumulto de gente, no se alcanza a distinguir nada más.

En la radio un periodista grita conmocionado como un relator de fútbol transmitiendo una guerra. Adelina, plata en mano, ya respira normalmente pero ahora le duele la cadera. ¿Será que vamos a tener lluvia?, le pregunta al taxista y se acomoda en el respaldo para disfrutar lo que queda del viaje y controlar que no la paseen.

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