No contamos con registro audiovisual del triunfo contra Peñarol y el Santos, tampoco de las glorias del 70, pero sí podemos hacer un repaso del Chateau hasta San Juan de todos los momentos de gloria de Colón.
El primer momento elegido es el ascenso frustrado de 1993, porque ahí se consagra como mito la hinchada sabalera, con su primera migración masiva. Córdoba vio llegar a miles de colonistas, que volvieron entre lágrimas después de una cantidad impresionante de oportunidades perdidas en el palo y en los penales contra Banfield.
Dos años después, de la mano del Loco González y del Pampa Gambier, Colón volvió a primera después de 14 años –15 años, para la canción de la cancha–, con un triunfo 1 a 0 en Tucumán frente a San Martín y 3 a 1 a la vuelta. Nelson Chabay era el DT y José Vignatti el presidente del club, ya desde 1992.
Con la vuelta a primera Colón tuvo sus primeras esperanzas con la escuadra armada por Francisco Pancho Ferraro. De la mano de Cristian Castillo, Carucha Müller y el uruguayo Saralegui, el sabalero tendría una histórica goleada 5 a 1 contra el formidable River de Enzo Francescoli. el chileno Salas y un pibísimo Muñeco Gallardo.
Ese River saldría campeón y Colón quedaría en el segundo puesto, peleando para una clasificación a la Copa Libertadores contra Independiente. El partido se jugó en la cancha amiga de Lanús sería victoria sabalera con gol de Saralegui y pase de un recién llegado, el Bichi Fuertes. Así, Colón se convertiría en el primer equipo santafesino clasificado al mayor certamen americano.
En 2020 Colón clavó la mayor goleada en clásicos, con un 4 a 0 a Unión en la cancha del Centenario.
Fue un buen período de Colón el de principios del 2000. Había clasificaciones a copas y buen juego. Aquí un recordado match de 2003 por la Sudamericana, con Carignano, el Bichi, Capurro y Moreno y Fabianesi en el medio y Giovanni Hernández.
De la mano del Pirulazo y de Antonio Mohamed, Colón se salvó de la Promoción en 2008 y mandó a Racing en su lugar. El gol, al final del partido, fue una marca de tiempos oscuros que se avecinaban en el club.
Pero antes, Esteban Oscar Fuertes tuvo su despedida: con 144 tantos es el goleador histórico de Colón y, también, quien más partidos jugó con la rojinegra, con 302 encuentros. Primero fue contra Godoy Cruz, en un partido donde Rubén Tito Ramírez pareció festejar los goles que recibía su equipo de ocasión.
Y después fue en Banfield, donde metió su último tanto que sirvió para mandar a la B al rival de 1993.
Pero llegó el infierno de Germán Lerche y Colón se fue de nuevo al descenso. Apenas está ese gol inolvidable del pibe Alario, que le da una vida más a Colón cuando el partido contra Olimpo expiraba.
Seis meses después, tras un inusual campeonato corto, Colón llegó al último partido sin tener el ascenso resuelto. Recién bien entrado el segundo tiempo, el ingreso de Pavón, luego mundialista, y del Mago Ramírez hizo que se abriera el arco y que Colón, de la mano de Mostaza Merlo, volviera a primera.
De nuevo con José Vignatti de presidente desde 2016, el nuevo ciclo en primera de Colón tuvo altos y bajos. Los mejores momentos fueron internacionales. Primero estuvo el histórico triunfo contra San Pablo en el estadio Morumbí, un recinto donde nunca había ganado un equipo argentino. Un zapatazo de Fritzler puso el uno a cero en la Sudamericana de 2018.
Al otro año, Colón volvería a entrar a la Sudamericana, bastante por la ventana y bajo el comando de un técnico con pocas luces, como fue Pablo Lavallén. A fuerza de sufrimiento y penales, el Sabalero fue avanzando hasta que, sin darse cuenta casi, eliminó por penales al Atlético Mineiro. El Cachorro Burián entraba así en el recuerdo imborrable de Colón.
La final contra Independiente del Valle en Paraguay puso a Colón en el radar internacional del fútbol por la potencia delirante de su hinchada. Más de 40 mil personas peregrinaron a Asunción y coparon un estadio por completo, que vibró hasta el último minuto, bajo la lluvia y la tristeza.
Con la vuelta de Eduardo Domínguez al banco y la consolidación del equipo derrotado en Paraguay, Colón inicio un campeonato inmejorable. Ganó 5 partidos al hilo y se mantuvo invicto hasta enfrentar a River en la novena fecha. Llegó al último partido de grupo contra Unión y, si bien no ganó, con un empate y la clasificación asegurada dejó afuera de los octavos de final a su clásico rival.
En octavos se jugó el partido más difícil de la serie, contra Talleres de Córdoba. Primero unos dos mil remates evitados en el juego y luego los penales pusieron de nuevo en el podio a Leonardo Burián.
Con Independiente la cosa se puso seria. El Pulga Rodríguez, para siempre ídolo sabalé, abrió el marcador a través de uno de sus penales característicos y Santiago Pierotti clavó el segundo. Colón dominó todo el partido.
Y finalmente llegó la consagración y la primera estrella contra Racing.
