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En el cine, como en todos los ámbitos de la práctica cultural humana, el feminismo o la temática de la mujer está primera en los debates y las transformaciones que atraviesan las sociedades y culturas de todo el planeta, configurando, probablemente, una de las transformaciones más importantes de la humanidad en su historia. La liberación femenina, de la cual se pueden rastrear antecedentes durante toda la historia, pero que registra una primera masa crítica de casos puntuales a finales del siglo XIX y un nuevo y gigantesco impulso en la década del 60 del siglo XX, ha sido –y es- un paciente trabajo social de ida y vuelta sobre las condiciones de partida y el horizonte político de igualdad buscado. En este sentido, A tale of three sisters de Emin Alpper, se ubica a finales de los 80 en un pueblo del interior de Turquía al cual retorna una de las tres hermanas en cuestión, luego de ser expulsada de la casa de su padrino político donde trabajaba como servidumbre a cambio de techo y comida en la ciudad, un trabajo cuasi esclavo que era costumbre en esos momentos. A partir de allí, el film trabaja el contraste entre el mundo masculino y el femenino, atravesados por las mismas penurias económicas y organización jerárquica, aunque en este último queda señalada la rebeldía y la sororidad –en este caso absolutamente literal- capaz de afrontar las situaciones más complicadas.
Film que cuenta con el tempo propio de la vida rural, y que va alternando la narración entre hombres y mujeres; cuenta con una gran fotografía y –no podía ser de otro modo- una puesta en escena que explota los espectaculares paisajes del interior de la península de Anatolia, como magistralmente lo suele hacer el compatriota de Alpper, Nuri Bilge Ceylan, lugar que aparenta una particular simbiosis de naturaleza y construcción humana.
Tercer largo de este director, el cual entró en la competición oficial de la Berlinale de 2019, ha ganado más de una decena de premios, la mayoría de la industria y de la crítica turca que presenta una notable vitalidad.
DeSvelado
De la mirada retrospectiva a la lanzada al futuro y una de las raras inversiones de centro-periferia, aunque cuando el producto vale la pena no hay problema en comprar los derechos. La chica del brazalete está basada en el mismo libro que la argentina Acusada y está protagonizada por Melissa Guers, Roschdy Zem y Chiara Mastroianni. Película del subgénero judicial, esas que transcurren mayormente en la sala de tribunales durante un juicio, nos cuenta la historia de una chica acusada de asesinar a su mejor amiga. Los prejuicios sexuales que separan a una generación de otra da cuenta de la libertad sexual del momento y de cómo se estigmatiza a las víctimas en el terreno judicial, algo que pasa frecuentemente por estos lares también.
Tercer largo también, de Stéphane Demoustier, autor también del guión adaptado del libro argento con el cual ganó el premio Cesar de la academia francesa en esa categoría, cuenta con el protagónico en el rol de fiscal de su hermana Anaïs Demoustier y… bueno, los franceses le dirán así, pero en todo el mundo y en todos los idiomas le pusieron brazalete, y esta vez sí podrían haber llamado las cosas por su nombre ya que el “brazalete” de marras no es ni más ni menos que la famosa tobillera electrónica.
Cine Estudio
Segunda entrega de la obra de Harun Farocki, esta vez de 1979. Industria y fotografía es un estudio sobre la imagen, la apariencia y el desarrollo de la fase inicial de la industria pesada alemana, de la mina de carbón hasta el alto horno y su transformación desde el siglo XIX a mediados del XX. La progresiva automatización y eliminación de la mano de obra convive con el paso del registro fotográfico al fílmico, con el ocultamiento del proceso de producción bajo el aspecto de la máquina y la inabarcabilidad del mismo proceso para la mirada humana. Y lo que es peor: al cine también se le escapa la magnitud del fenómeno. Una película donde Farocki disecciona cada imagen y construye una lúcida reflexión sobre la apariencia.
Cine Bizarro
Una de las categorías que más nos gustan del cine bizarro es aquella que mienta el cine malo. Obras denostadas en su momento y que luego se vuelven de culto, vivieron un hito fundamental cuando Tim Burton revindicó la obra de Ed Wood, catalogado como el peor director de la historia. Como sea, son obras hechas con presupuestos casi nulos –la mayoría de las veces se terminan poniendo plata de los propios bolsillos-, que sí nos hablan de un profundo amor al cine y sobre todo a filmar.
Acto de violencia en una joven periodista es un videofilm de 1988 promocionado como la primera película de acción uruguaya y que bien podría encabezar los filmes de la categoría “yo no sé qué quiso hacer”. Película donde los uruguayos no toman mate sino coca-cola por un acuerdo comercial para el rodaje, cuenta la historia de Blanca, que será perseguida por un asesino llamado Bebote y en donde las confusiones de los actores y actrices para usar el español neutro con el particular “voceo” de nuestras pampas es más que divertido. Tal fue la gaffe que es objeto de investigación y de un futuro documental sobre esta masterpiece excepcional.
Cortometraje
Esta semana se estrena el último film de Roman Polanski J’accuse que generó polémica por quienes señalan su pasado y que reaviva el debate entre la correspondencia moral de obra y autor. El corto que compartimos esta semana es su primer trabajo de 1957 titulado Detengan el baile. Según su autobiografía de Roman Polanski, la película fue un truco que casi lo expulsa de la escuela de cine de Lodz; Polanski había organizado un grupo de matones reales para interrumpir el baile de la escuela y, como resultado, algunos estudiantes fueron golpeados.