Un recuerdo "sonriendo a carcajadas" de Romina Mazzola, Pechugas Locas o Pechu, la Alcaldesa eterna de Twitter Santa Fe, desde los momentos en que comenzó a tirar sus primeras genialidades en 140 caracteres. 

Hace dos días Twitter cumplió 16 años de su fundación. La efeméride fría y distante dice que somos 300 millones los usuarios.

En 2010 conocí a una de esas: @pechugaslocas. Primero a través de la red, claro. Pero más tarde personalmente. El contexto fue raro: un grupo de entre 15 y 20 personas que empezábamos a utilizar Twitter como nuestra red de cabecera y ya no tanto Facebook (si sos millennial y estás leyendo esto, probablemente te parezca jurásico). Todxs santafesinxs y no tardamos mucho en consensuar el nombre de ese grupo: “La Peña Twittera”, nada original, pero contundente.

Obviamente, cualquier persona que se haga nombrar Pechugas Locas llama la atención, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, y así fue. Primero lo hizo a través de sus tuits, que incluso antes eran más cortos, sólo tenían 140 caracteres hasta que llegó la posibilidad de redactar más. Esos mini escritos eran atrevidos, frontales, carnales, sexuales, divertidos, sin filtro, con escritura impecable, con todos los recursos posibles. Era inconcebible que no te llamaran la atención. Constituían una invitación total a leer y reírse o ponerse colorado en algunos casos, digno de “megustearlos” sin impedimento y sin escala.

Pero déjenme volver a la formación de la peña tuitera: un grupo de gente heterogénea, con diversos orígenes, pero que los unía el uso de la red y que habían consensuado la primera reunión para conocerse las caras. Claro está que @pechugaslocas era la más esperada (sin duda), ¿quién era?, ¿cómo hablaba?, ¿tenía tanto desparpajo como cuando tuiteaba? ¿lo suyo era un personaje o era así?

Pechugas no desilusionó, y hasta podría decirse que causó mayor impresión que en la red, su persona era mucho más avasallante que su personaje.

No recuerdo a Pechugas sin sonreír, y más aún la recuerdo sonriendo a carcajadas desde esa ocasión de haberla conocido personalmente y sucesivamente en nuestro trato mutuo. Incluso en momentos difíciles, siempre trataba de reírse, algo que a muchas personas no nos sale, en cambio a ella no, se rió hasta del cáncer.

Recuerdo una tipa con la cabeza sumamente abierta y con muchas anécdotas risueñas de toda índole.

También recuerdo sus ironías permanentes (finas y gruesas, pero sobre todo frontales).
Quiero aclararlo, no es que prefiera recordarla así, no tengo otra imagen de ella que su sonrisa y su risa sonora.

Siempre era atractivo hablar con ella, intercambiar, comentar series, sacar el cuero a personas que no bancamos o hablar mal de Macri. Si Pechugas te replicaba un tuit en su cuenta, inmediatamente tu índice de popularidad crecía. Me pareció un acto de justicia cada vez que consiguió laburo, era súper injusto que alguien con talento, cabeza y optimismo no lo tuviera.

En algún momento nos dejamos de ver, pero era imposible no saber de ella, y de ese modo me enteré de que comenzó a transitar los momentos más difíciles. Sin embargo, lo vuelvo a escribir: no conozco y no recuerdo a Pechugas de otro modo que no sea sonriendo y riendo, claramente es una marca que deja una persona y es genuina. La sonrisa como bandera.

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