Los chicos dicen que paremos

Insultos, corridas y armas en una misma fecha. La Liga Santafesina de Fútbol suspendió los torneos infantiles y de inferiores por “violencia, inconducta y falta de respeto”. Y ahora, ¿qué hacemos?

“Le tiraron agua caliente a un árbitro, un botellazo a otro, en un partido de Quinta División un hombre ingresó armado al campo de juego y hubo una gresca generalizada en otra cancha. Además, unos cinco árbitros nos dijeron que no quieren dirigir más y tuvimos que suspender un partido a diez minutos del final por los incidentes con los padres; y eso que ya se había retirado a tres padres para evitar tener que suspender el partido”. Con esas palabras el presidente de la Liga Santafesina de Fútbol, Leónidas “Chino” Bonaveri, describía en conferencia de prensa lo que sucedió el domingo 15 de mayo en una sola jornada de inferiores.
Estos partidos de mayores manifestaciones de violencia coincidieron con la fecha de “los clasiquitos”. Los cruces entre los rivales del barrio o históricos que se jugaron en Inferiores e Infantiles cruzaron todos los límites adentro y afuera de las canchas. Los informes del Tribunal de Disciplina, los relatos de familiares de los chicos y videos que circularon por las redes sociales desembocaron en una medida drástica.
Por los motivos expresados, la Liga Santafesina suspendió los dos últimos partidos de inferiores e infantiles. Primero se tomó la medida por tiempo indeterminado, pero luego de algunas reuniones la pelota volverá a girar el próximo fin de semana.

El comunicado de la Liga

“Con gran consternación nos vemos en la obligación de suspender por tiempo
indeterminado las competencias de las inferiores e infantiles de la Liga Santafesina de Fútbol.
Ante los reiterados hechos de inconducta, violencia y falta de respeto a los valores que se pregonan desde los objetivos institucionales de nuestra Liga, hemos tomado la drástica decisión de poner un punto y aparte para llamar a la reflexión a todos los participantes de nuestras competiciones: Jugadores, entrenadores, hinchas, padres y simpatizantes.
Desde un tiempo a esta parte, cada domingo nos sorprende la intolerancia, la falta de cordialidad y la agresividad, en las canchas de la Liga, cuando debería ser una fiesta para fomentar el crecimiento y la convivencia de los niños y adolescentes.
El espíritu del deporte está puesto en jaque por la insatisfacción de quienes, pretendemos, contribuyan a la educación de los jóvenes que se alejan de los vicios de la calle, con la pelota como argumento para desarrollar una vida sana. Hemos sido testigos de escenas dónde los propios jóvenes jugadores solicitan a los asistentes, en su mayoría familiares, que depongan actitudes irresponsables que alteran el estado de propios y extraños.
Queremos que el fútbol sea una fiesta, una forma de vida. Y que las canchas de nuestra Liga sean un lugar para formarse como deportistas y personas de bien. No queremos lamentar males mayores.
Vamos a trabajar fuertemente con nuestros clubes miembros para revertir esta triste situación. Hasta tanto, la pelota no se mueve”.

Todos locos

Alejandro Vázquez, coordinador del fútbol de Deportivo Agua, también se refirió a esta realidad: “El problema es de todos, y no sólo de inferiores. La sociedad, la gente, los padres y los técnicos, todos están locos. Y el recambio de árbitros también genera inconvenientes serios. No te pueden mandar a inferiores mayores a tres chicos que no tienen la suficiente formación, por lo menos tendría que ir uno que pueda guiarlos, porque todavía no están capacitados. En una sociedad loca, cuando la conducción falla, pasa esto”.
“Todos tienen que asumir su responsabilidad, porque los dirigentes en su mayoría conocen a los violentos, y entonces tienen que sacarlos de sus clubes. Y los árbitros deben tener una gestión que asegure la capacitación y organizarse distinto, porque alguien tiene que guiar a los chicos cuando recién arrancan. Pero se tienen que involucrar todos, y yo no me excluyo porque soy parte de la Liga. Considero que la medida es acertada, pero si van a hacerse las cosas en serio y se asume la responsabilidad de todos los estamentos de la Liga. Todos nos tenemos que hacer cargo de nuestra parte”.

Árbitros en la mira

Entre tanta violencia, cuando algunos intentan explicar los motivos le apuntan al arbitraje. El presidente del Colegio de Árbitros de la Liga Santafesina, Gonzalo Rodríguez, dijo que “la cuestión no pasa solamente por los árbitros, pasa por la formación del jugador juvenil. Lo que estamos haciendo mal es que queremos justificar a través de los árbitros el problema mayúsculo que tenemos, que son los primeros formadores, es decir los padres, ya que algunos de ellos ven en al contrario a un enemigo y al árbitro como una persona a la cual hay que destruir”.
Y agregó: “Estamos con un problema complicado. El primer formador es la familia y no está inculcando los mismos valores que pregona la Liga. Por decantación, caen los árbitros, dirigentes y caen todos”.

Mueven y contienen

La Liga Santafesina de Fútbol está integrada por 54 clubes.
Según el presidente de la institución en la división de menores juegan entre 8.000 y 9.000 chicos, y hay más de 15.000 inscriptos.
Todos los fines de semana entre 120 a 130 árbitros dirigen en los partidos de la Liga.

Los nuevos pasos de la Liga

El pasado viernes 20 de mayo, la Liga informó que se llevó adelante una reunión entre todos los clubes para buscarle soluciones a la problemática.
La institución madre del fútbol santafesino destaca en el comunicado los siguientes puntos:
= Los responsables de cada club que firmen planillas en los respectivos encuentros, serán los encargados de controlar a sus parcialidades.
= Se empezará a trabajar con el Ministerio de Seguridad de la provincia en la intención de aplicar el derecho de admisión para aquellas personas que generen hechos de violencia.
= Los árbitros tendrán la potestad llamar la atención en primera instancia, luego advertir a los responsables que firmaron planilla y por último dar por finalizado el partido.
= Los clubes tendrán advertencias cuando sucedan estas cosas, como así también sanciones que podrán ir desde jugar sin público a la suspensión de su estadio.
= A los responsables de cada institución se les entregará una planilla para que puedan evaluar el desempeño arbitral para así poder escalafonarlos.
= La Liga Santafesina de Fútbol comenzará a trabajar en la capacitación de técnicos y delegados de carácter obligatorio en la formación de jugadores, además de una fuerte campaña de cartelería y comunicación de concientización de la NO violencia en el fútbol.

¿Y ahora qué hacemos?

¿Seguimos respondiendo que la sociedad está intolerante y violenta?
¿Como prensa le seguimos haciendo notas a especialistas de la psicología y sociología para que nos den diagnósticos científicos de qué nos pasa? ¿Les seguimos echando la culpa a los otros?
¿Seguimos pidiendo más policías, más gendarmes, más prefectos, más patrulleros, más motos, más montada, más cuatriciclos, más uniformados con armas poderosas en las avenidas, en las calles de todos los barrios, en los hospitales, en las adyacencias de las escuelas, en las universidades, en las paradas de los colectivos, en las entradas y salidas de la ciudad, en la cancha de Colón, de Unión y ahora también en cada una de las canchitas donde juegan nuestros pibes?
¿Encerramos a nuestros pibes adentro de una cancha y pedimos que jueguen sin público (familiares)? ¿Alcanza con llenar de cartelitos pidiendo un buen comportamiento de los padres?
Decime vos, que también soy yo, si nos vamos a seguir quejando, contaminando a nuestros pibes con nuestra propia mierda, o paramos la pelota de verdad y armamos una jugada mejor.
Mientras los grandes definimos qué hacemos, Bonaveri recordó lo que pasó en un partido en el Club Pucará: “Uno de los chicos frenó el encuentro para pedir que los padres dejen de gritar y advirtió que iban a dejar de jugar si continuaban gritando”.

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