Corteza y Automágica presentan nuevos títulos

Este jueves 11 de agosto, Corteza presenta “Tarta de brócoli” de Cecilia Bonet y Automágica lanza "El dios de los paganos" y "El tiempo de los otros", dos nouvelles de Gonzalo Geller. Será a las 18 en la Sala Editorial del Mercado Progreso (Balcarce 1635).

La editorial santotomesina Corteza ediciones invita este jueves 11 de agosto a compartir la presentación de su nuevo poemario “Tarta de brócoli” de Cecilia Bonet en la Sala mercado editorial, ubicada en el Mercado Progreso (Balcarce 1635), a partir de las 18.

Cecilia Bonet nació en Rafaela en 1995 y vive en la ciudad de Santa Fe desde el año 2014. Es profesora de letras, baila y hace un poco de circo. Este es su primer libro que pertenece a la Colección Chicharra de poesía destinada a la publicación de poetas noveles.

Tarta de brócoli

"¿Cómo construimos nuestra voz, nuestro yo desde el cual decir algo? ¿Qué espacios son escenarios para esa puesta en escena? ¿A qué personajes convocamos? ¿Cómo nos vinculamos y nos desvinculamos de ellos? ¿Qué palabras son ladrillos de esa voz, qué tonos? ¿Qué modos de existir queremos construir?". Desde Corteza apuntan esas preguntas entre lo que les dispara los poemas de Bonet. "La inquietud por los modos de constitución del yo parecen responderse en las afirmaciones respecto del lenguaje", señalan, en la lectura de poemas como Me gusta mi pieza:

“y me gusta quejarme
la voz suena bien cuando se queja
como que ponemos otro tono ¿ves?
ni siquiera lo elegimos
(...)
si no existiera la queja además
no existirían la palabra ortiva o la palabra mierda
ni la maravillosa metáfora que asocia los testículos
con todo lo que no sirve para nada

"Más allá de las escenas de la cotidianidad que nos hacen ver de otro modo el día a día, este poemario es una invitación al goce generado por las palabras en la oralidad de las veredas, en las charlas entre amigues, en las rupturas amorosas, en las conversaciones con une misme. Esperamos que estos sonidos les invadan y nos acompañen en esta música", concluyen Martina Ramírez y Sofía Storani, las editoras del sello junto a Gonzalo Vega.

Dos nouvelles

Prólogo por Juanjo Conti

En el año 1969, en Hyde Park, los Rolling Stones se presentaron ante una multitud de
jóvenes. Un exintegrante de la banda, Brian Jones, había muerto recientemente en
circunstancias traumáticas y Mick Jagger subió al escenario con un libro azul en las manos.
Antes de empezar a cantar, lo abrió y leyó un poema. El poema era Adonaïs, texto que
Percy Shelly escribió tras la muerte de su joven amigo, el poeta John Keats, en 1821. Una traducción posible para un fragmento de los primeros versos es la siguiente: “No murió, despertó del sueño de la vida”. Experimenté una sensación similar cuando leí por primera vez estas dos nouvelles de Gonzalo Geller en 2017. La literatura tiene la facultad de suspender la existencia.
La primera, El dios de los paganos, es una historia de pistoleros. Más precisamente, de cazarecompensas, de forajidos. Podemos imaginar un clima árido y a personajes
sudorosos. Nuestro héroe, de quien no sabemos el nombre, llega a un pueblo arrasado y
sus habitantes lo toman por un dios.
La segunda, El tiempo de los otros, puede, según el bagaje de lecturas de quien se
aproxime al texto, inscribirse tanto en la tradición del cuento de fantasmas como en la de las historias de vampiros o, incluso, en el linaje de las novelas de señoritas. La protagonista es una chica que, por intermedio de una amiga, descubre un mundo nuevo.
Podrían haberse publicado por separado, pero se publican juntas, como dos caras de una
misma moneda. ¿Por qué? ¿Qué tienen en común? Más allá de haber sido escritas en el
mismo año (2013), de tener una extensión similar y de estar ambas organizadas en
capítulos, hay en ellas significativos puntos de contacto en su estética y en su contenido.
Por lo pronto, ambas nouvelles transcurren en un tiempo difuso. No se nos indican fechas o acontecimientos reconocibles. El tiempo de la primera tiene rasgos de un pasado remoto, que es lo mismo que decir que tiene indicios de un futuro decadente. El tiempo de la segunda puede ser un pasado victoriano, aunque el hechizo se rompe cuando aparece algún vocablo o algún artefacto cercano a nuestros días.
Otra característica que las asemeja es su carácter de “autoportantes”. Es decir, las historias no necesitan valerse de referencias externas para desarrollar sus mundos. Ni explícitas ni implícitas. No hay citas eruditas ni datos de la cultura pop. Pero tampoco son espejo de obras clásicas revisitadas. Ambos relatos construyen su propio mundo y las herramientas para la construcción de ese mundo.
Una tercera y última comparación, ya que dos parecen pocas y cuatro serían un abuso a la paciencia de los lectores. Una de las principales preguntas que tratan de responder los
protagonistas de los dos textos es la de la propia existencia. ¿Quién soy yo de ahora en
adelante? ¿Puedo aceptar ser otro? ¿Qué tan determinante es el peso del pasado? Un
pistolero, un cazarecompensas. Una chica de familia, una estudiante.
Las dos novelas logran trasladar esas inquietudes del texto al lector y ofrecerle la
oportunidad de despertar del sueño de la vida.

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí