Evo Morales: "En Sudamérica hay una rebelión democrática de los pueblos"

Foto: Gabriela Carvalho

El ex presidente boliviano está de visita en nuestra ciudad. En diálogo con la prensa, analizó la coyuntura política de Latinoamérica y los desafíos actuales de la izquierda ante el capitalismo y el neoliberalismo.

Evo Morales Ayma visitó la ciudad de Santa Fe, invitado por el diputado provincial Leandro Busatto. Morales concedió ayer una conferencia de prensa en la ciudad capital y más tarde visitó la planta de biodiésel Doble L de Sa Pereira. Luego recibió reconocimientos en la Legislatura y en el Concejo Municipal. Esta noche, en el marco del 17° aniversario del No al Alca, disertará en la Feria del Libro Nacional y Popular.

Durante su diálogo con periodistas de la ciudad, el ex presidente boliviano analizó la coyuntura política y económica latinoamericana. A días de cumplirse tres años del golpe de Estado que le impidió ejercer su cargo como presidente en 2019 y que lo obligó al exilio en Argentina, el referente del Movimiento al Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) caracterizó aquel hecho como una avanzada sobre su política económica. “El golpe no fue del gringo al indio solamente, sino a nuestro modelo económico. El imperialismo y el capitalismo no aceptan otro modelo que el implementado por el neoliberalismo”, afirmó. Y agregó: “Por nuestras vivencias, los movimientos indígenas somos antiimperialistas”. 

Tras la victoria de Gustavo Petro en Colombia (en junio pasado) y la reciente de Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil, Evo aseguró: “En Sudamérica hay una rebelión democrática de los pueblos contra la dominación extranjera”. No obstante, alertó: “Cuando el imperio pierde hegemonía acude a la violencia, cuando el imperio está en decadencia apela a las armas y a las balas. Esa es la situación que estamos viviendo”. En relación a la transición entre el gobierno de Lula y el de Bolsonaro, consideró que -pese a las resistencias de la derecha- “se va a consolidar el triunfo en Brasil” e indicó la importancia de que organismos internacionales y países con gobiernos democráticos, sean de izquierda o de derecha, reconozcan los comicios del pasado 30 de octubre.

El referente indígena hizo hincapié en los nuevos modos en que se dirime la geopolítica en Latinoamérica. Cuestionó al Grupo de Lima -que nuclea a líderes de derecha de la región y que fue creado por Barack Obama y Donald Trump- afirmando que su único objetivo es la derrota de Nicolás Maduro en Venezuela. Sobre las revoluciones democráticas, graficó su postura al recordar un encuentro que mantuvo con Fidel Castro en 2003: “Esperé muchas horas para poder preguntarle por las armas para hacer la revolución en Bolivia, pero él no hablaba más que de salud y de educación. Finalmente le pregunté: ‘Comandante, ¿dónde tengo que comprar balas y armas para hacer la revolución?’ y él me respondió: ‘Ahora la revolución se hace con la conciencia del pueblo y con los votos".

Evo señaló: “Hoy faltan Fidel, Hugo Chávez y Néstor Kirchner, pero los resultados de Brasil y de Colombia dan una esperanza a los movimientos populares de América Latina”.

Foto: Gabriela Carvalho

 

El primer presidente del Estado Plurinacional de Bolivia (establecido como tal en su Constitución en 2009) explicitó su interés de cooperación con esta provincia. “Santa Fe es conocida por la agricultura y la ganadería. Tengo mucho interés por la producción de biodiésel”, explicó. Por el conflicto armado de Ucrania y Rusia y el consiguiente aumento del petróleo, se vuelve necesario pensar en una alternativa al crudo. Al respecto, valoró el intercambio de experiencias. “La plurinacionalidad es la unidad en la diversidad para enfrentar la adversidad. Hay problemas en el mundo y qué mejor que aportar cómo unirnos para enfrentar la crisis financiera, energética y de alimentos”, consideró. Sobre este punto, recordó el exilio vivido durante 11 meses en Buenos Aires y expresó la gratitud que siente por el pueblo argentino.

En 2005, cuando Morales fue electo, el PIB boliviano era de 9 mil millones de dólares. En 2019, esa cifra ascendió a 42 mil millones dólares. En 2005 la inversión pública era de 600 millones de dólares, apenas el 30% del tesoro nacional. En 2019 se había programado más de 8000 millones de dólares en el presupuesto. “Eso se logró asentando la soberanía económica con las nacionalizaciones”, explicó Evo. Y prosiguió: “Entonces vino el imperio a atacar a los partidos, a los líderes políticos con demandas judiciales como ocurrió en el caso de Lula da Silva. Durante el proceso el juez Moro [a cargo de la causa que llevó al presidente electo de Brasil a la prisión, aunque posteriormente se demostró su inocencia] decía ‘no tengo pruebas contra Lula, pero sí convicciones”. 

Ese ataque se direcciona, para el ex mandatario, a la voluntad de soberanía. “En mi experiencia como presidente experimenté algunas negociaciones que no me gustaron”, dijo Evo, en alusión a la visita que realizó a Corea del Sur en 2010 para conocer la manufactura del litio. Bolivia tiene la mayor reserva mundial de ese mineral y el entonces presidente de ese país preguntó a sus pares coreanos cuánto costaba instalar una fábrica de procesamiento de litio: 300 millones de dólares. “En ese momento nuestras reservas internacionales estaban en 1700 millones de dólares. Yo garantizaba la inversión para las fábricas, pero los coreanos no aceptaron la creación de plantas gemelas a las suyas. Y sin embargo nos pedían materia prima para su industria. Ahí me di cuenta de que los países industrializados solo quieren a los latinoamericanos para que les garanticemos materias primas”, relató. 

Mientras el trasfondo de la contienda política siguen siendo los recursos naturales de los países latinoamericanos, hoy las estrategias de la derecha han cambiado y sus tácticas son la mentira, la calumnia, la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo. En palabras de Evo: “Buscan acusar a los dirigentes políticos y saben que algunos no vamos a claudicar en nuestras posiciones ideológicas. Es el caso de Cristina. Algunos somos dirigentes de convicción. Pero hay otros de ambición: ojalá las nuevas generaciones no cometan ese error”.

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