Sigue el proyecto o ganan los malos resultados

Sigue el proyecto o ganan los malos resultados

Unión se debate entre el plan que sostiene Roberto Battión y los fracasos deportivos de toda la temporada. Luego de un mal 2022, ahora Spahn debe decidir cuál es el futuro futbolístico del Tate.

La última foto de Unión en 2022 es la más dura del año, adentro de la cancha se retiraba un grupo de jugadores con la cabeza gacha, terminaban de ser goleados (4 a 1) por un equipo -Central Córdoba-que tan solo aspiró a quedarse en Primera División. Mientras tanto, en la zona de plateas algunos socios insultaban a la comisión directiva y otros tantos pedían “que se vayan todos”.

El comienzo del año ilusionaba como pocas veces lo había hecho Unión en los últimos años. El Tate le ganaba a River 1 a 0 en la primera fecha y venía de cerrar el 2021 con una gran victoria ante el clásico rival, que además le había permitido clasificar a la Copa Sudamericana. Era un equipo que generaba confianza desde todos los aspectos, su compromiso contagiaba a sus hinchas y en ese contexto el entrenador Gustavo Munúa gozaba de la admiración de todo el mundo tatengue.

En abril empezaba a transitar la Sudamericana en un grupo complicado, los viajes y el desgaste físico empezaron a mermar el rendimiento en el torneo local, pero la aventura internacional terminó en clasificación a la próxima fase. Una vez más había quedado afuera de la Copa de la Liga, por lo tanto toda la apuesta estaba puesta en el cruce con Nacional de Uruguay. La eliminación ante los charrúas y la despedida temprana de Copa Argentina (ante Banfield) en una semana provocaron una frustración importante en el hincha.

Luego de las eliminaciones Unión mostró un síntoma de recuperación en el ámbito local, y hasta estuvo muy cerca de la punta del campeonato, pero desde agosto hasta la última fecha (22 de octubre) todo se desdibujó: 16 partidos jugados, 2 ganados, 5 empatados y 9 perdidos, apenas sacó 11 puntos de 48.

La estadística es muy desfavorable en todo el año, además no cumplió con los objetivos deportivos, ya que no ingresó a la fase final de la Copa de la Liga, pudo pasar la primera ronda de la Copa Sudamericana con un histórico empate en el Maracaná y una goleada en Barranquilla, pero se quedó afuera en la segunda etapa, y lo más duro llegó en la parte final del año, cuando quedó muy lejos de pelear por los puestos de vanguardia y sin chances claras de clasificación a la Sudamericana 2023 varias fechas antes de la última jornada.

La discusión que tiene Unión pasa por defender el proyecto que encabeza Roberto Battión (secretario técnico) o cambiar el técnico, traer varios jugadores de categoría y apostar fuerte para pelear en los puestos de arriba. ¿Proyecto o resultadismo?

El proyecto es consolidar a los jugadores surgidos de las inferiores con el sostén de otros de mayor experiencia, en ese camino la idea es apuntalar un estilo de juego y vender uno o dos jugadores por año para sostener el plan desde lo económico. “Hay que apoyar a los juveniles, a los de experiencia y al entrenador. La institución tiene en claro el camino que queremos caminar”, dijo hace un mes atrás Roberto Battión.

Hoy, con un plantel de vacaciones y los objetivos deportivos sin cumplir, la bronca de los malos resultados y actuaciones decepcionantes llevan a una parte de los socios a querer terminar con todo e insultar a todos, desde el presidente Luis Spahn para abajo. Además, se le agregan los comentarios en las redes sociales de integrantes de listas opositoras, como el caso de Rodrigo Villareal o el ex jugador José “Pepe” Castro. “Unión pierde 4/1 con los santiagueños, la gente tranquila esperando el final, los coimeados de la “Bombita” tocando el tamboril. Afuera de la Sudamericana, afuera de la Argentina, en los últimos puestos de la Liga. El conformismo en todo su esplendor, el sopero de Spahn avergüenza”, disparaba en su twitter uno de los referentes tatengues en 1989.

Unión se debate entre el proyecto que lidera un hombre de la casa y los resultados que suelen romper todo en el fútbol profesional. Lo cierto es que el balance 2022 dio negativo y por ahora el 2023 es un gran signo de pregunta para el fútbol tatengue.

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