Represión en Purmamarca, sábado 17 de junio de 2023.

La brutal represión de comunidades indígenas en Purmamarca termina de confirmar, de la forma más espeluznante, que la lucha social en Jujuy ya no solo se trata de la dignidad salarial, sino de la protección de la democracia misma frente a una Reforma Constitucional sancionada en las penumbras.

Por Selene Flores, desde Jujuy.

Jujuy convulsionada. Son las 15.40 del sábado 17 de junio de 2023, y cito la fecha porque sin lugar a dudas, esta será una jornada que quedará grabada en la historia nefasta de nuestra provincia; pueblos indígenas realizan cortes parciales y pacíficos en ruta nacional 9, lugar donde pernoctaron desde la noche anterior, en rechazo a la Reforma express de la Constitución Provincial, que apelando a la consigna de promover la “paz social” fue aprobada en menos de 20 días de debate, y a la cual, la comunidad en general, pero particularmente los pueblos originarios, se opusieron debido a que, en su articulado, la modificada Carta Magna favorece no sólo el avance privado sobre sus territorios ancestrales, sino que también agrava la situación de la propiedad comunitaria indígena, sin dejar de mencionar la polémica “prohibición de cortes totales de calles y cortes de ruta”. Restan escasos diez minutos para las 16:00, momento exacto en el que se desata la desproporcionada y brutal represión al pueblo jujeño…

El inicio de las protestas

A 40 años del retorno de la democracia, en Jujuy se respira lucha. La gesta popular eclosionó en el no muy distante 5 de junio, cuando la docencia jujeña inicio su lucha inclaudicable por salarios dignos y contra el proceso de Reforma de la Constitución Provincial, impulsado por el gobernador Gerardo Morales, que desde una primera instancia alertó a distintos sectores de la sociedad por la afrenta que representaba a los derechos y libertades adquiridos y garantizados por la Constitución Nacional y normativas internacionales. Tras la aprobación de las modificaciones de la Carta Magna, este último jueves 15 a la noche y a manos de los convencionales constituyentes del Frente Cambia Jujuy y el Frente Justicialista (excepto dos de ellos que renunciaron días atrás), el temor terminó por confirmarse, detonando el reproche generalizado y la pueblada que se produjo el viernes, y que se vio reflejada con una multitudinaria marcha en la capital de San Salvador de Jujuy, a la cual se sumaron docentes, trabajadores de la salud, estatales, organizaciones sociales, gremios, sindicatos, comunidad en general y, como destacados protagonistas, pueblos indígenas, que tras una larga y extenuante caminata denominada el Tercer Malón de la Paz, hicieron su llegada en horas de la mañana desde las alejadas regiones de Quebrada y Puna, exigiendo la caída de la Reforma y reivindicando, la defensa del agua, la vida y sus territorios ancestrales ante el avance de los proyectos extractivistas de litio.

Las voces indígenas en Jujuy exigen "arriba las wiphalas, abajo la reforma constitucional"

Horas más tarde, en la madrugada del sábado, comunidades originarias que mantenían un reclamo pacifico, bajo el lema “¡Si a los Derechos! ¡No a la Reforma! ¡Renunciá Morales!” en ruta nacional 9, al ingreso del pueblo de Purmamarca, fueron reprimidas por el cuerpo de Infantería, con dos manifestantes detenidos como saldo del accionar policial. Los cortes de rutas nacionales definidos por las comunidades indígenas, que se realizan actualmente de forma intermitente, se mantienen en varios puntos de la provincia.

La represión de los pueblos indígenas

Como resultado de una orden de desalojo, ahora avalada por la Reforma, la represión se efectuó con gases lacrimógenos, balas de goma y detenciones indiscriminadas a integrantes de las comunidades indígenas e incluso comunicadores que cubrían la protesta en el ingreso a Purmamarca.

Presente desde el minuto cero en el que se iniciaron los reclamos, Gustavo Ontiveros, integrante de la Asamblea de Comunidades Libres, detalló “Morales lo que quiere es terminar con los derechos que tenemos todos los ciudadanos, y en especial las comunidades indígenas, como el derecho al agua, el derecho a la vida, el derecho a la educación y el derecho a las tierras. De a poco toda Argentina se va a dar cuenta quien es Morales, un genocida de pueblos indígenas, es un ecocida, alguien que violó durante ocho años el derecho de los pueblos indígenas y ha sometido a distintos abuelos y abuelas al despojo de su territorio. Por eso nosotros rechazamos la Reforma, porque Morales viene haciendo todo lo que ahora viene escribiéndose en ese texto. Él ya lo viene haciendo hace ocho años”.

El resultado del brutal accionar policial fue de decenas de manifestantes heridos, muchos de ellos ancianos, niñeces y jóvenes que se encontraban presentes al momento de la represión. Nada importó: “Nunca vimos la orden de desalojo, llego la Infantería y empezó a disparar, a gases lacrimógenos, ni siquiera un ambiente previo de diálogo, para ver si había una orden y si era legal o ilegal el desalojo” relató un comunero indígena.

En la caída de la noche gélida en la región quebradeña, José Sajama, presidente de la Comunidad Originaria de Queta, Departamento Cochinoca, Pueblo Kolla, accedió a una breve entrevista telefónica debido a que se aproximaba “la oscuridad” y sería inevitable “una nueva arremetida represiva” para terminar de disuadir, a quienes a esa hora aún se encontraban resistiendo dispersos y en pequeños grupos en las laderas de los cerros que flanquean la ruta. “Estuve hablando personalmente con uno de los bomberos voluntarios de acá de la zona, y me dijo que tuvo que levantar a uno de los heridos, casi sin nariz, otro que tenía muy complicada la panza, otro la cabeza. Hay heridos de gravedad, no sé en qué situación estarán ahora, porque la señal de internet estuvo restringida en esa zona y tuve que alejarme del lugar para poder recibir llamadas” evaluó respecto represión llevada adelante por al menos 300 efectivos de la Infantería. “Un hermano perdió el ojo. Dispararon como en Chile. A mi prima de Rodero (paraje de Humahuaca) le pegaron cerca y ahora la está atendiendo la ambulancia”, declaró una vecina del lugar.

Fueron más de 40 las personas detenidas, entre los que además de integrantes de naciones originarias, se encontraban periodistas pertenecientes a medios locales, Camilo Haro Galli, corresponsal de El Submarino Diario y Luciano Godoy de La Izquierda Diario; turistas y referentas políticas y de Derechos Humanos, como Natalia Morales del FIT y Fabiola Suarez (Coordinadora contra la Violencia Institucional Jujuy), que fueron trasladados hacia el penal de Alto Comedero, ubicado en la periferia de la capital.

Se expande

Simultáneamente a la violencia sobre las comunidades indígenas en la Quebrada de Humahuaca, en la capital jujeña y en la ciudad de San Pedro, la segunda localidad más poblada, se erigían cortes de ruta, que fueron replicándose en la provincia: La Quiaca, Abra Pampa, Humahuaca, Uquia, Tilcara, Volcán, Palpalá, Perico y Libertador,  columnas que fueron ampliándose por la adhesión espontánea de la sociedad, que fue tomando conocimiento de lo acontecido en Purmamarca,.

Hasta la madrugada del domingo 18, los detenidos y detenidas de los cortes de ruta de Purmamarca, permanecían privados de su libertad y con la posibilidad de mantenerlos en esa situación durante todo el fin de semana largo. En las afueras del penal, un numeroso grupo de personas, entre ellos abogados y abogadas de Derechos Humanos, comenzaban una vigilia expectante para exigir información y la liberación inmediata de los mismos. “Muchas personas nos preguntan si están o no acá, y lamentablemente esto en un estado de derecho no puede ocurrir, que los abogados vengamos a solicitar información por las personas que están detenidas y los funcionarios judiciales no nos dan información verídica sobre la situación” explica el abogado Lucio Plaza, en una conferencia improvisada junto a otros pares, en la puerta del penal.

Según los datos relevados, habría un total de 43 personas detenidas. Marina Vilte, otra de las abogadas presentes, subrayó: “No sabemos si están todos los detenidos aquí, o si nuestros hermanos y hermanas se encuentran en otros penales o seccionales. Hay muchos heridos. No vamos a dejar solas a nuestras comunidades”, sentenció.

Jujuy duele, dejado a su suerte y a merced de las ambiciones de un gobierno que no ha dejado de mostrar en cada una de sus acciones un total y absoluto autoritarismo. El pueblo terminó de confirmar, de la forma más espeluznante, que ya no solo se trata de la lucha por la dignidad salarial, sino de la protección de la democracia misma.

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