Marcelo Ramal: “El país está en las puertas de una nueva cesación de pagos"

El precandidato a presidente de Política Obrera conversó con Pausa sobre la actualidad, la campaña política que llevan desde el espacio y la disputa con la agenda de las derechas.

Estamos a días de las primarias abiertas que definirán el escenario político para octubre y, sobre todo, la oferta política de cada alianza. En este año, la oferta de las izquierdas es diversa, y una de las propuestas es la de Política Obrera, el espacio que surgió como resultado de la fractura del Partido Obrero años atrás.

La fórmula votada por unanimidad de Política Obrera está compuesta por Marcelo Ramal y Patricia Urones por la precandidatura a presidente y vice respectivamente.

Marcelo Ramal es economista y docente universitario en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de Quilmes. Fue legislador porteño en dos mandatos y secretario adjunto del sindicato docente de la UNQ.

En este sentido, el precandidato de Política Obrera dialogó con Pausa para brindar su perspectiva sobre la campaña electoral para este 13 de agosto, la crítica a los posicionamientos del Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-U) y la agenda de las derechas en el país.

-Escuché hablar sobre que los dos temas centrales que tienen en la campaña tienen que ver, por un lado, con la guerra Rusia-Ucrania, y por otro lado, con la crisis climática, ¿esto es así?

-A ver, son dos temas que evidentemente ocupan un lugar importante, pero está unido a un concepto de una escalada contra la clase obrera, que tiene un conjunto de manifestaciones. Vos señalabas dos: una es la guerra y la otra es la crisis ambiental. Pero luego, en un aspecto tal vez más cercano, un tema que estamos abordando con mucha fuerza es la cuestión de la precarización laboral. Es decir, la precarización del trabajo como puerta de entrada a una precarización general de la vida social, precarización de la salud, de las jubilaciones, de la educación. Entonces ese es un tema que estamos abordando con mucha fuerza. Y la unidad que tiene con los otros temas que vos señalaste es la agresión a la clase productora, a la clase trabajadora, que es resultado de la decadencia de un orden social, la decadencia del capitalismo.

-La lectura, en ese sentido, es pensar los efectos de esa guerra Rusia-Ucrania, o en términos de OTAN vs. Rusia y cómo se contraponen los modelos, y que eso está en crisis.

-La guerra, como ha ocurrido con las grandes guerras mundiales, es la expresión o la manifestación final de una serie de contradicciones que no han podido ser resueltas por medios pacíficos. El antecedente de la guerra es el antagonismo entre un conjunto de potencias que, como puerta de salida a sus crisis, necesitan la expansión. En este sentido, hay un hilo conductor entre esta guerra y la segunda y la primera guerra mundiales. El otro punto de contacto central es cuando hablamos de expansión. Estamos hablando de una guerra imperialista, es decir, una guerra de intereses económicos, de rapiña, que la ocupación de espacios geográficos busca una salida a las necesidades comerciales, financieras, de los bloques involucrados. Esto vale, en primer lugar, para los países de la OTAN, que hace mucho tiempo que acarician la posibilidad de una recolonización de Rusia en función de sus intereses económicos. Del otro lado, tenemos el gobierno de Putin, que por cierto no es la encarnación de los intereses socialistas ni nada parecido, sino que es el representante de la oligarquía económica rusa, cuyos propósitos también son de orden capitalista. El conflicto empieza a polarizar con nosotros en el conjunto del planeta; y la advertencia es muy grande, porque se trata de una guerra que está todo el tiempo blandiendo la carta de la escalada nuclear y por lo tanto digamos que lleguemos a ese punto interpela seriamente respecto de a dónde nos lleva el capitalismo como como régimen social.

Vos mencionaste el tema ambiental. También es muy importante porque como nunca en este momento se han quebrado todos los precarios equilibrios que existían entre la sociedad humana y el medio ambiente, como se revela en los fenómenos asociados al calentamiento global: incendios, sequías, picos de temperatura. Hay evidentemente una seria interpelación sobre el futuro de la humanidad en el planeta, lo cual plantea el viejo dilema levantado por Rosa Luxemburgo: socialismo o barbarie.

Todo esto alguien puede preguntar, cómo se vincula con la campaña electoral, cómo se vincula con la Argentina, y lo podemos ver, podemos desenvolverlo y vamos a encontrar poderosos vínculos. Pero más allá de eso, una corriente socialista y revolucionaria jamás podía dejar pasar una campaña electoral, es decir, una tribuna política, sin colocar sobre el tapete estas cuestiones y convocando a un debate sobre ellas y mostrando este problema que te decía antes sobre la decadencia del capitalismo como orden social. Entonces, bueno, esta es, digamos, la impronta que le damos a nuestra campaña electoral.

Luego, indudablemente, las contradicciones que han llevado a la guerra y que tienen que ver con una crisis financiera internacional muy poderosa, caracterizada por naciones en quiebra, en cesación de pagos, una presión fenomenal de los países centrales para financiar incluso el esfuerzo de guerra, absorbiendo recursos del mundo entero, y por lo tanto reforzando la presión sobre los endeudados como Argentina. Ya ves cómo se va acercando el escenario de la guerra mundial a los problemas que nos envuelven a nosotros, ¿no es cierto? Como la crisis de deuda.

-Quedó claro cuál es el impacto, por lo menos, en nuestro ámbito doméstico. Pero quería preguntarte cuál es la oferta política dentro de las precandidaturas a nivel nacional. Las derechas tienen diversificada su oferta política y parece que las izquierdas también. En ese sentido, ¿qué es lo que caracteriza a Política Obrera dentro de las izquierdas?

-Creo que lo que caracteriza tiene que ver con todo lo que hablamos hasta ahora. En lo que yo te dije hay un enfoque estratégico. La necesidad de una salida socialista surge directamente de todo lo que hemos estado conversando. Esta interna que vos señalas del FIT-U no transcurre sobre estos debates que te acabo de mencionar. Es una interna por posiciones políticas, por cargos. Y lo que va a dirimir tiene que ver con eso. Han usado los recursos tan importantes, tan escasos, de la campaña electoral los han malgastado en una batalla interna feroz, de acusaciones por un lado, autoproclamaciones del otro, donde la perspectiva socialista ha quedado apartada. Entonces, esto es lo que te puedo decir sobre este problema, del lugar donde nos ubicamos nosotros. No conozco ningún señalamiento, ningún spot de campaña, ningún volante del FIT-U que aluda a la guerra imperialista.

-Hablando más de actualidad y pensando en sus propuestas, y desde una perspectiva socialista, ¿qué es lo que puntualmente proponen ante un escenario de FMI, inflación, pérdida del poder adquisitivo, precarización laboral?

-Lo que podemos decir sobre esto es lo siguiente: el país está en las puertas de una nueva cesación de pagos. La salida al default del 2018-2019 fracasó. La renegociación de deuda ha conducido a un plan de pagos que es insostenible para la Argentina, y a esto se ha asociado un aumento fenomenal del endeudamiento, esta vez por la vía de la deuda pública en pesos. Como resultado de todo esto, Argentina hoy debe, considerando la deuda en dólares, en pesos, la deuda del Banco Central y de las provincias, por arriba de los 500.000 millones de dólares. Existe, indudablemente, un debate muy fuerte en la burguesía respecto de cómo afrontar esta cuestión. Por eso hay dos listas en Juntos por el Cambio, y en las discusiones que se dan en torno de esa supuesta salida. Lo que uno puede apreciar es justamente lo contrario, es decir, la ausencia de salidas en términos capitalistas. Cuando digo ausencia de salida, naturalmente siempre hay una salida, pero los costos que se pretenden pagar por ellas van a conducir a la Argentina a convulsiones sociales inmensas. Es interesante que el ala dura de Cambiemos, que propone levantar el cepo cambiario de inmediato en diciembre y fondearse o blindarse con un gran préstamo internacional, ha sido desautorizada por el otro ala de Cambiemos con un argumento muy interesante, de que si Argentina consigue un préstamo internacional, ese préstamo tendría el mismo destino que el famoso blindaje de De la Rúa en el año 2001. Es decir, que no haría más que financiar una fuga de capitales. Con esto lo que está diciendo es que la perspectiva de un relanzamiento capitalista en la Argentina no se avizora ni siquiera en esa hipótesis.

Del otro lado Larreta, Lousteau y compañía ofrecen la carta de tratar de seguir como hasta ahora, o sea, mantener un cepo, ir a una devaluación de tipo gradual y preparar las condiciones para una liberalización y un ingreso de capitales sobre la base de una contrarrevolución laboral, es decir, sancionar o legalizar un régimen laboral precario y sobre esa base intentar atraer condiciones de inversión a la Argentina. El precio que los candidatos del capital quieren colocar para una supuesta reconstrucción capitalista en la Argentina, es el de llevar la situación social y laboral a un siglo atrás. Es un retroceso de características históricas. De todas maneras, incluso en esos términos es muy improbable que un mercado mundial que también está en una profunda crisis absorba a la Argentina y absorba eventualmente sus producciones, porque las cosas que ofrece Argentina, de la energía para adelante, se encuentran sobreofrecidas en el mercado mundial.

-¿Y Unión por la Patria?

-Bueno, el programa de Masa está muy relacionado con el programa de Larreta. También avanza en una política de devaluación. Ya lo está anticipando ¿no es cierto? Devaluación, ajuste fiscal y el tema de la reforma laboral. Está buscando con la burocracia sindical de la CGT un terreno para transitar donde se legalice la reforma laboral, tratando de levantar el menor aspaviento posible, pero indudablemente que también apunta en ese mismo horizonte. El Gobierno, por ejemplo, nunca critica los planteos de reforma laboral de la oposición. No dice una palabra sobre esto porque, de una manera más sibilina, tiene el mismo planteo de avance sobre el derecho laboral.

-Y teniendo en cuenta los comentarios sobre los dos espacios, y que muchos plantean un hipotético escenario de balotaje entre un candidato de cada espacio, ¿qué posición adoptará Política Obrera?

-Nosotros todavía no lo hemos discutido. Entre los que serían los cuatro jinetes del FMI, digamos, los cuatro candidatos centrales, con todos sus matices y expresiones políticas que individualmente son diferentes y particulares, hay un hilo conductor en la línea de rescatar al capital en la Argentina. Rescatar al capital, atacar el derecho laboral y, un punto que no me puedo olvidar, una agenda de restricción de las libertades y del derecho de organización de los trabajadores. Esta campaña electoral a la cual estamos asistiendo, por lo menos en lo que a mí respecta, es la campaña electoral más reaccionaria de la que tengo memoria. Acá en Buenos Aires hay carteles pegados del tipo "terminar con las manifestaciones", "terminar con los piquetes", "docente que para, no cobra salario". Se está haciendo una agitación de carácter fascista. Esto es muy marcado, pero lo escuchamos también con sus matices en los candidatos del oficialismo. Escuchar a Sergio Berni es escuchar una identidad total con los planteos de Patricia Bullrich. El otro día lo escuché a Leandro Santoro, candidato a Jefe de Gobierno del oficialismo, admitiendo que en relación a los paros docentes deben limitarse lo que se llama abusos. Es decir, que el derecho de huelga debería existir condicionado a lo que el gobierno en cada momento llama abuso o no. Los derechos son incondicionales, no existen con observaciones, objeciones, recortes. Cuando se les impone ese tipo de restricciones dejan de ser derechos.

Por otra parte, el derecho de huelga es el único derecho que tiene el explotado en la sociedad capitalista, es decir, hacerle saber a la clase capitalista que es la clase obrera la que mueve la rueda, que de ella depende de la producción. Una huelga recuerda al capital que es la clase obrera la clase productora, y que el mundo no podría mover su engranaje sin ella, y por lo tanto, es el único recurso, el único arma que puede blandir como derecho colectivo. Si se elimina el derecho de huelga o se restringe, como se estaba hablando ahora, la clase obrera argentina es llevada a una atomización y una destrucción de su identidad y cohesión como clase. Es pretender que volvamos al año 1810, 1820. El nivel de retroceso social y político de la agenda que se está manejando la campaña electoral es absolutamente enorme. Y por eso también, como vos me preguntabas al comienzo, sobre nuestros ejes de campaña, junto a la lucha contra la guerra, la depredación ambiental, la denuncia de la precarización del trabajo, incorporar también el derecho a expresarnos, a organizarnos y a poder ejercer la huelga y la acción obrera como un derecho colectivo.

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