Por iniciativa de Sheinbaum, México inicia la primera elección judicial por voto popular: más de 1.800 jueces y magistrados serán elegidos el 1 de junio en una jornada histórica.
México elige este domingo a sus jueces por voto popular, y se convierte en el primer país del mundo en renovar por este método todos los niveles del Poder Judicial, incluyendo ministros de la Suprema Corte, magistrados regionales y jueces de distrito. Más de 100 millones de electores están habilitados para participar de una jornada inédita que reconfigura el sistema judicial.
Una reforma impulsada por la 4T
La elección es el resultado de una reforma constitucional promovida por el movimiento político de la Cuarta Transformación (4T), liderado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y consolidado tras la victoria de Claudia Sheinbaum en 2024. Durante su mandato (2018-2024), López Obrador impulsó la “democratización” del Poder Judicial, aunque los votos en el Congreso no le eran suficientes. Con la mayoría obtenida por la 4T, la reforma pudo avanzar.
Participa mañana domingo 1.º de junio en la primera elección popular del Poder Judicial. pic.twitter.com/YwymuKfJHy
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) May 31, 2025
¿Qué se vota?
Aunque el objetivo es la renovación completa del Poder Judicial, el proceso será escalonado. Este domingo se elegirán nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dos magistrados del Tribunal Electoral, quince magistrados regionales del mismo tribunal, 386 jueces de distrito, 464 magistrados de circuito y cinco magistrados del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial. Además, en 19 estados del país, se votará por casi 1.700 jueces locales. En algunos casos, los votantes recibirán hasta 13 boletas distintas para emitir su voto.
¿Una democratización o un riesgo?
Para quienes apoyan la reforma, se trata de un avance histórico que permite a la ciudadanía controlar el accionar de los jueces, incluso con posibilidad de removerlos si no cumplen con sus funciones. Para los críticos, sin embargo, representa un riesgo para los contrapesos institucionales, con el potencial de abrir las puertas a jueces influenciados por intereses políticos o criminales.
“La reforma cambia por completo la lógica del sistema judicial”, explica la analista Viri Ríos, doctora en políticas públicas por la Universidad de Harvard. “Es un momento para cuestionarnos muchos de los dogmas de la democracia liberal”.
Según Ríos, a partir de ahora el desempeño del Poder Judicial será atribuido políticamente a la coalición gobernante, algo que antes no ocurría. “Si los jueces no funcionan, la responsabilidad recaerá sobre quienes promovieron la reforma”, advierte.
Participación y desafíos
La elección enfrenta desafíos logísticos y políticos. Con restricciones para las campañas y más de mil candidatos en todo el país, la falta de información sobre los perfiles preocupa a los analistas y electores. Según estimaciones del Instituto Nacional Electoral (INE), el proceso de votación podría tomar unos 9 minutos por ciudadano.
México no tiene voto obligatorio, y el abstencionismo ha sido alto en elecciones anteriores. El INE proyecta una participación de entre 8% y 15% del padrón este domingo.
Además, se denunció la distribución de "acordeones", tarjetas que indicaban a quién votar y que fueron vinculadas a operadores políticos, lo que motivó a la autoridad electoral a prohibir su circulación.
Un nuevo paradigma judicial
Según el politólogo Héctor Alejandro Quintanar, esta elección marca una etapa inédita. “Lo que está en juego rebasa a la 4T. Es una nueva dimensión del voto ciudadano, que se convierte en contrapeso del propio Poder Judicial”, afirma.
México abre así una etapa de politización del sistema judicial que será observada por la región y el mundo. Su éxito o fracaso podría redefinir el modelo de justicia en las democracias latinoamericanas.