La realidad sabalera es extremadamente compleja en el plano futbolístico y político. Pero en el medio de la tormenta y el fuego cruzado interno, llegó el “Pulga” Rodríguez para intentar poner algo de calma e ilusión.
Hace casi 40 años, para ser preciso en 1987, Charly García sacó uno de sus mejores discos, Parte de la religión. En ese álbum apareció el tema Buscando un símbolo de paz, una canción que no duró mucho tiempo para convertirse en un hit del rock nacional.
En aquel 1987 Colón estaba en la misma categoría que está hoy, y el campeonato 86/87 fue el primero tal como lo conocemos: Nacional B o Primera Nacional. Antes de esa variante la segunda categoría era la Primera “B” Metropolitana, hasta que Julio Grondona creó el Nacional para federalizar “un poquito” al fútbol argentino.
En esa primera edición el Sabalero terminó en el quinto puesto (eran 22, todos contra todos, ida y vuelta), aunque hubo un cuádruple empate en puntos en el segundo puesto, pero el equipo del barrio Centenario tenía la peor diferencia de gol. Colón pasó cuartos de final del octogonal al eliminar a Deportivo Maipú y en semifinales Banfield derrotó al rojinegro 1 a 0 en Santa Fe y repitió el resultado en Buenos Aires.
Allá por 1987 Colón jugó su sexta temporada en la segunda categoría del ascenso. El descenso de 1981 fue un golpe muy duro para un club que se había acostumbrado a jugar en Primera División, ya que ascendió en 1965 y de ahí en adelante jugó 16 temporadas consecutivas en el torneo superior.
Memoria en rojo y negro
La historia sabalera se escribió con muchas frustraciones en la década del ochenta y en los principios de los noventa, pero el sol salió con el ascenso de 1995. Luego fueron 28 años de Primera -solamente interrumpidos durante cinco meses en 2014-, Copa Libertadores, Sudamericana, subcampeón continental y campeón argentino en 2021.
Hoy, peligrosamente la historia empieza a asemejarse a la de la década del ochenta, pero con otro contexto de club. El Colón ochentoso se parece bastante a varias instituciones que hoy militan el Nacional. Aquel Brigadier López con mucho tablón tenía más que ver con el ascenso y una condición económica al límite de la quiebra.
Hoy, después de la debacle económica, institucional y futbolística que dejó José Vignatti, Colón está sanando desde los dos primeros aspectos, pero está enfermo en su órgano vital, el fútbol profesional. En este aspecto se parece al Sabalero de los años ochenta, el club que traía jugadores, algunas figuras “gastadas” y se terminaban de oxidar en el Centenario; y mientras tanto aparecían los pibes de las inferiores.
Luego de un primer año (2024) de aprendizaje, lo que podría llamarse “Introducción al Nacional”, en esta segunda temporada cursa la materia “Ascenso en estado puro”. El 2025 es el año donde la categoría lo trata a Colón como “uno más”, ya no es “el grande que está de paso”, “el campeón de Primera”, el de “los cuarenta mil en Paraguay”, ni el del “estadio más imponente”. Si Colón no volvió en el primer año, en el segundo la categoría te mete en un laberinto donde casi todo está permitido.
La montaña rusa sabalera
El primer año futbolístico fue de más a menos y en la misma línea anduvo la Comisión Directiva. Los errores en los cambios de técnicos y en las conformaciones de planteles lo llevaron a una realidad que se resume en una película que se rodó en una semana.
El lunes 30 de junio Colón volvía a presentarse ante su gente después de un mes entero jugando de visitante. El rojinegro recibía a Mitre con el peso de cargar con tres derrotas consecutivas. El gol de los santiagueños cuando promediaba el segundo tiempo desató los insultos de todo el estadio y desde un sector de la tribuna donde comenzaron a lanzar proyectiles de todo tipo. El árbitro suspendió el partido y los jugadores quedaron encerrados adentro del campo de juego. La violencia de un grupo de energúmenos desde la tribuna y el pésimo accionar policial estiraron por largos minutos la salida de los futbolistas hacia los vestuarios y también quedó expuesta la tensa relación de Andrés Yllana (DT) con algunos jugadores, caso Emanuel Gigliotti, por ejemplo.
El partido, increíblemente, se reanudó a la mañana siguiente. Se jugaron los 11 minutos a puertas cerradas y el resultado no se modificó, Colón perdió y de esa forma alcanzaba la cuarta derrota al hilo.
Buscando...
Al día siguiente el presidente sabalero, Víctor Godano, y algunos referentes de la oposición, pactaban una reunión para hablar de la crítica realidad futbolística. La reunión se concretó entre el oficialismo y otras cuatro facciones opositoras, pero sin referentes del sector de José Vignatti y Ricardo Luciani (el opositor que sacó más votos en las últimas elecciones).
El cónclave fue “positivo” según dijeron todos los presentes. En el medio de la reunión le sonó el teléfono a Godano, el “Bicho” abandonó por unos minutos la charla y cuando volvió le dijo a todos los que estaban en esa sala del predio deportivo “4 de Junio” que volvía el “Pulga”.
Minutos más tarde, al mismo teléfono, le contaban que la relación entre Yllana y los referentes no daba para más. La práctica vespertina casi terminó a las piñas. Esa noche se concretaba la llegada de Luis Miguel Rodríguez y la despedida de Yllana, un DT que llegó para corregir el mal rumbo futbolístico, pero lo empeoró.
La reunión política en el predio, la salida del entrenador, la oportunidad para un entrenador de la casa (Martín Minella) y la llegada del ídolo tucumano descomprimían una semana muy intensa. Pero a Colón todo se le hace cuesta arriba, porque la semana terminó con una derrota en Resistencia, 2-0 ante Chaco For Ever.
Pulga, el símbolo
Con un poco más de tiempo para trabajar por parte del cuerpo técnico que encabeza Minella y con la foto del Pulga firmando el contrato en la sede rojinegra, la segunda semana de julio comenzaba con otra energía para el “mundo Colón”. Sin brillar, con más jugadores de inferiores en cancha y con dos tribunas clausuradas por los incidentes ante Mitre, el pasado domingo 13 Colón volvió a ganar. Sin brillo, pero con mucha velocidad mental del Pulga para hacer rápido un tiro de esquina, le puso un pase perfecto a Jourdan y el mediocampista desvió la pelota hacia el fondo de la red.
El camino del regreso a Primera no iba a ser fácil. Quizás muchos desconocían las características de la durísima Primera Nacional y pensaban en un retorno rápido. Gran error, la categoría es tan difícil y cruel como el gobierno de Javier Milei.
Mientras muchos empiezan a tomar conciencia real de aquellos groseros errores de Vignatti que condenaron a Colón al “inframundo” deportivo que es la Primera Nacional y todos insultan a Godano por los errores futbolísticos desde el despido de Iván Delfino hasta hoy, la llegada del “Pulga” no es otra cosa que tratar de sanar heridas y buscar un símbolo de paz.








