Instituto 12
Agosto de 2005. Sentada sobre Suipacha casi Saavedra durante la toma del Instituto 12.

Una decidida lucha estudiantil en 2005 fue el puntapié para que el Instituto Superior Nº12 lograra su edificio propio. Así recuerda el proceso y el presente uno de los dirigentes del Centro de Estudiantes de aquel entonces.

Por Gerardo Picotto

Hace algunas semanas atrás comenzó a circular una invitación de estudiantes y directivos del Instituto 12. El mensaje rezaba: “Hace 20 años los estudiantes de nuestra institución protagonizaron un hecho de lucha y reclamo colectivo que fue el detonante que hizo posible que hoy podamos tener nuestro propio edificio. También, 15 años atrás, una asamblea de nuestra comunidad educativa aprobó el cambio de nombre de nuestro Instituto. (...) realizaremos un acto destinado a volver a poner en nuestra memoria aquellos hechos. Invitamos a todas y todos a participar. Porque como dice la socióloga Elizabeth Jelin, 'Recuperar las voces, las experiencias y las huellas de nuestra historia es una forma de reafirmar identidades y de proyectar futuros compartidos. La memoria no es sólo un recuerdo del pasado; es una práctica social que nos permite comprender quiénes fuimos, quiénes somos y hacia dónde queremos ir'". Y como no podía ser de otra manera ahí estuvimos como en aquel agosto de 2005, pero en una fría tarde de 2025.

Con un sin fin de historias, momentos que no saben del paso de los años, textos y anécdotas guardadas en cajas viejas, empezamos a rearmar el relato de lo que un puñado de estudiantes acompañados por docentes, egresados, familiares y amigos habíamos hecho 20 años atrás mientras tomábamos la banderas de un reclamo que sumaba varias carpetas de archivo sin respuestas: el Instituto 12 necesita un edificio propio ya.

Por aquellos días la suma de lo difícil de estudiar en espacios prestados, las pésimas condiciones de un anexo en alquiler, los alertas por lo que había pasado en Cromañon y la decisión del entonces gobernador Jorge Obeid de cederle el edificio conocido como “Casa Candioti” al Instituto de Cine cuando ya “era nuestro” contribuyeron a que como Centro de Estudiantes en asamblea definiéramos la toma de las instalaciones de la Escuela Beleno –donde cursamos la gran mayoría de las carreras– hasta que recibamos una respuesta convincente por parte del Ministerio de Educación a cargo de la Ministra Carola Nin. Esa definición drástica, que recibió con el paso de las horas cada vez más apoyo, nos ponía ante lo que hoy, 20 años después, sería para muchos una de nuestras experiencias políticas y militantes más importantes. Habíamos pateado el tablero: “El 12 está tomado” queremos “Edificio propio ya”.

Instituto 12
Toma del Instituto Nº12, desde el interior de la Escuela Beleno.

Desde esa tarde noche de 2005 continuó un camino con no pocos obstáculos que fuimos transitando como comunidad educativa a los largo de 12 años, acumulando en los archivos históricos reuniones, asambleas, medidas de fuerza, proyectos surrealistas, licitaciones, caídas de otros proyectos, resoluciones infructíferas, más medidas de fuerza, manifestaciones, marchas, cambios de gobiernos, cambios de centros de estudiantes, nuevos funcionarios, cientos de titulares en los medios hasta que por fin llegó un día la decisión política que habíamos reclamado de mil maneras: el Instituto 12 tendría por fin su edificio propio. Y desde ahí, esta lucha histórica de tener un edificio propio deja una huella frente a la permanente desigualdad de los institutos superiores: los lugares prestados del sistema educativo. Esta lucha se convierte desde ahora en un ejemplo de autonomía y emancipación de los terciarios.

La decisión política fue del entonces gobernador Miguel Lifschitz: se comprometió a realizar el nuevo edificio en calle San Jerónimo 1756 donde hasta el momento había funcionado la Escuela de Policía de la provincia. El trabajo que encaró íntegramente la provincia fue acompañado por la comunidad educativa. La promesa fue que el edificio propio estaría inaugurado en un año, ni más ni menos. Y así fue que el 13 de septiembre de 2017, con una inversión superior a los 60 millones de pesos, el 12 pasó a tener por primera vez y después de más de 60 años de historia un edificio propio. Y ese día las palabras del gobernador durante el acto tomaron mucho más sentido cuando sostuvo que "Necesitamos repensar y construir juntos un proyecto transformador de la sociedad, a través de la educación". 20 años después el 12 lo sigue haciendo, desde la educación pública, gratuita y de calidad.

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Este encuentro en nuestro Instituto, 20 años después de aquella toma, refuerza el valor de seguir creyendo que comprometerse sirve, que la política transforma, que luchar vale la pena, que recordar es pasar por el corazón, que para muchos lo público es lo único, como decía la Chiqui González, y que defender lo que creemos justo, ayer y hoy, es mejor que quedarse callados. Y este encuentro se carga de mucho más sentido cuando tenemos un gobierno nacional que carga de violencia su manera de entender la política y nos enrostra el vaciamiento del Estado como una premisa que beneficia a unos pocos y deja afuera a la gran mayoría. Este encuentro, aquella gran historia y el ejercicio de entender quienes somos y hacia dónde vamos: como sosteníamos aquel agosto de 2005, dos décadas después también vale decir que “Así también se educa”.

Este texto está atravesado por el recuerdo de Valentina Rabaini, secretaria del Centro de Estudiantes durante la toma, y dedicado a mis compañeros de toma, estudiantes y ex estudiantes, centros de estudiantes, docentes, asistentes escolares y personal del 12 que nunca abandonó la lucha.

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Dirigentes estudiantiles durante la toma de 2005: Alejandra Escalas (Secretaria de Primer Año), Gerardo Picotto (Presidente), Mariano Peralta (Secretario de Cultura).

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