Durante una reunión del Directorio del Conicet en la que se decidía el ingreso a la Carrera de Investigador de 2023, Daniel Salamone apoyó la propuesta presentada por uno de sus alfiles, que finalmente no fue aceptada.
El presidente del Conicet, Daniel Salamone, apoyó una propuesta de uno de los ocho miembros del directorio del máximo organismo de ciencia y tecnología del país que proponía cerrar el cupo de ingreso a investigadores del área de Ciencias Sociales.
El hecho se dio en la reunión del 12 de agosto, en la que debían definirse el resultado del Concurso de ingresos a la Carrera de Investigador Científico (CIC) de 2023, que había quedado postergada con la asunción de Javier Milei, según consigna el portal Periferia.
En ese encuentro, Daniel Salamone anunció que si bien estaba prevista la apertura de 845 cargos, por decisión del Poder Ejecutivo se abrirían apenas 400 cupos para ese llamado, es decir un ajuste de más del 50%.
Ante esta situación, un grupo de investigadores emitió un comunicado manifestando su preocupación "sobre la situación de las ciencias sociales y humanas en el Conicet".
"Los/las abajo firmantes, investigadores/as del Conicet manifestamos nuestra profunda preocupación por lo acontecido en la reunión del Directorio del Conicet, realizada el día 12 de agosto, que resolvió la convocatoria a ingresos a Carrera del Investigador correspondiente al llamado 2023”, sostienen en el documento y denuncian que “al recorte general de financiamiento que sufre la ciencia argentina se le suma la reducción del cupo establecido en 845 nuevos ingresantes que ahora serán solo 400. Siguen demoradas las altas de ingresos de la convocatoria 2022 y tampoco se han abierto concursos CIC 2024 y 2025”.
“Además, resulta inaceptable desde todo criterio científico internacional que algunos miembros del Directorio hayan propuesto no otorgar vacantes al área de Ciencias Sociales y Humanidades, con el afán de destruir el equilibrio disciplinar histórico del CONICET. Esta iniciativa, discriminatoria y carente de toda justificación, atenta contra la calidad de nuestra institución”, cierran.
¿Ciencias sociales? ¡Afuera!
La situación desencadenó una confrontación al interior del directorio, que se dirimió con la presentación de dos propuestas para definir la distribución de esos cupos entre las grandes áreas de investigación del organismo.
Una de esas propuestas (que finalmente perdió y no se implementó) proponía que de esos 400 cargos no hubiese ninguno para investigadores que se postulasen a integrar el “gran área de Ciencias Sociales” del organismo.
La propuesta, elaborada por José María Bruniard, un ingeniero agrónomo que fue designado como miembro del Directorio en representación de las organizaciones del agro, fue apoyada por el propio presidente del organismo, Daniel Salamone.
Una reunión escandalosa
La situación puso sobre la mesa cuál es el pensamiento del presidente del organismo, que debería mediar para tomar decisiones equilibradas sobre los ingresos a la Carrera de Investigador (CIC) y de Personal de Apoyo (CPA), pero, lejos de eso, quedaron expuestos sus prejucios con respecto a las discplinas de las ciencias sociales, que tanto pregonan desde los ámbitos más militantes del espacio libertario.
La orden del ajuste en los ingresos vino directamente desde el Poder Ejecutivo y así lo consignó Jorge Aliaga, físico e investigador y representante de Ciencias Exactas y Naturales en el directorio del organismo de ciencia, y la idea de no otorgar ingresos a los investigadores de las ciencias sociales la apoyó también Walter Sione, otro integrante del directorio (en representación de las provincias y la CABA), además de Salamone y Bruniard.
Pero la situación no terminó allí, porque la propuesta (que finalmente se votó en minoría dentro del directorio) desencadenó el enojo del representante del Gran Área de las Ciencias Sociales en el Conicet, Mario Pecheny, quien se levantó y se fue de la votación por considerar “inaceptable” la presentación de la propuesta de Bruniard.
Finalmente, la iniciativa que ganó fue la de Claudia Capurro, vicepresidenta de Asuntos Científicos del Conicet, quien propuso una distribución equitativa de esos 400 cupos.








