Entre Julio Iglesias y Fernando Callero hay una canción en común. Una madrugada me mandó el video de “Me olvidé de vivir” por privado. Otra madrugada él ya no estaba y yo no le había contestado ese video. Después Ale Papini reconstruyó “Novela moral”, la última canción que escribió el Fer, a partir de los audios y los acordes que él le había mandado desde la cama del sanatorio.

Hagan la escucha: bánquense el cliché de Julio, bánquense haber amado u odiado al Fer, y escuchen. Intenten hacerlo limpios de ironía, sarcasmo o sobrelecturas de época.

Las dos canciones hablan del tiempo mediante la antítesis, una figura poética rendidora pero peligrosas (le encantaba Baudelaire) porque si no se usa bien, es una bomba de palabras en la que el sentido aturde, como en una habitación sin puertas. Pero en la canción de Julio (que amo por herencia de oído, mi mamá y mis primas la cantaban a los gritos en las juntadas mientras se invitaban a bailar entre ellas) sí se abren las puertas: es la melodía y las capas de instrumentos que impulsan la letra. Ahora hacélo diferente, dicen, que puede ser glorioso hacer de nuevo el tiempo.

No es una canción punitiva, entonces. Y te deja girando el tema del tempus fugit (la fugacidad del tiempo) en la cabeza, por ejemplo, en el verso más hermoso que tiene, para mí, en el que dice de tanto cantarle al amor y la vida/ me quedé sin amor una noche de un día: ¡cómo resuelve el traslado de sentido sin necesidad de más rulos poéticos! La bella efectividad de la canción popular.

Toda la letra podría ser un juicio moral sobre los errores del pasado, pero la melodía es dulce, incluso celebratoria, y un sonido esplendoroso le hace colchón a la voz de Julio: el rasgueo aventurero-beat de la guitarra a lo Dylan, que no se detiene nunca. Se suman unas cuerdas puestas para elevar los momentos de llegada a la cima, y un teclado salpicré de notas como gotitas que le arman al tema un paisaje lúdico, pícaro, casi infantil.

La canción original es francesa. Hay una versión alemana sutilmente rockera y (¡oh, maravillas de los ’70 y de los ’80 recuperadas hoy, aunque fueran en su momento simples estrategias de mercado!) Julio la grabó, además de castellano, en italiano y portugués.

Nosotros tenemos una versión hermana y libre de Fernando Callero: “Novela moral”. En ese tema el Fer toma unos compases de la melodía de Julio, le cambia el fraseo y retrasa el rasgueo de la guitarra. Después, cuando la graba Ale Papini para el disco homenaje “Su lanza es música”, le agregan en estudio unos otros teclados y punteo y coro melancólicos. Así, cuando la escuchamos, no importa si leímos al poeta o no, si fuimos sus amigos o no, lloramos al escucharla. La maravillosa interpretación de Ale Papini (¡cuánto amo las voces que interpretan!) es de respiración espacial. Ale canta respirando. Hay pocas cantantes así (en Santa Fe tenemos la suerte de tener varias), que pongan a girar su voz para una letra. Una voz instrumental en sí misma.

Y luego, la maravilla: “Novela moral” no retoma la picardía de la versión de Julio sino que pasa una contraseña: yo si fuera vos me iría a una estrella a recibir/ canciones perfectas, soles cool, después volver aquí. / Conseguí licor, amigos, / y no me emborraché/ la vida es muy corta para tanto ir y volver. / Quizás yo esté con el bajo consumo/ quizás yo esté esperándote. Es decir: hagan lo que tengan que hacer, ilumínense. Ahora te toca a vos.

Estoy segura que el Fer cuando escribió lo de irse a una estrella y volver, pensaba también en la canción de Bowie: let the children loose it/ let the children use it/ let all the children boogie. Pónganse auriculares, suspendan el tiempo y háganse este regalo triple como un alfajor: “Me olvidé de vivir”, “Novela moral” y “Starman”.

 

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí