El Presupuesto 2026 destinará el 0,47% del PBI a universidades, el más bajo desde 2005. Así, el Gobierno continúa consolidando un plan de ajuste a la educación y la ciencia nacional.
La aprobación del Presupuesto 2026 en el Senado puso en jaque al sistema educativo y científico a nivel nacional. Ya serán tres años de ajuste indiscriminado al sector. Por este motivo, diversas instituciones educativas y científicas denuncian el impacto de los recortes.
En términos generales, el Presupuesto 2026 proyecta para Educación y Cultura 7.7 billones de pesos; y de cumplirse con la meta inflacionaria del Gobierno, esta partida presupuestaria implica una caída real del 1% con respecto a 2025, y llegaría al 47,7% en relación a 2023.
En el caso de las universidades nacionales, que comprenden una parte de ese área, el presupuesto del próximo año presenta una caída del 7,2% con respecto a 2025 y un 34,3% en relación a 2023.
En otras palabras, la inversión en educación superior será del 0,47% del PBI, la más baja registrada en décadas. Incluso, el porcentaje del PBI que el Gobierno invirtió en educación superior este año fue el menor desde 2005.
Sin embargo, los recortes de la gestión libertaria no se detienen ahí. El Capítulo 2 del Presupuesto 2026 concede al Gobierno la facultad de enviar o congelar fondos a las universidades discrecionalmente. Ésto se fundamenta en si la Secretaría de Educación considera que las universidades realizan una "rendición de cuentas" suficiente. De este modo, el proyecto aprobado por el Senado viola la autonomía universitaria.
Por otra parte, el Presupuesto 2026 en su Artículo 30 deroga la ley de incremento progresivo hasta llegar al 1% del PBI en la inversión en Ciencia y Tecnología. También dicho artículo anula la Ley de Financiamiento Educativo aprobada en 2005, que exige que el gasto en el área sea como mínimo del 6% del PBI, y la ley de Educación Técnico Profesional de un fondo del 0,2% de los gastos corrientes del presupuesto nacional para escuelas técnicas.










