La burguesía está aburrida

Muy a pesar de la burbuja que me aísla de la mayoría de los
acontecimientos mediáticos, hay eventos de los que es casi imposible no
enterarse. Uno de ellos es el “Ice bucket challenge”, que consiste en
faranduleros tirándose baldazos de agua helada en la cabeza para concientizar
sobre la enfermedad de esclerosis lateral amiotrófica (la misma que padece
Stephen Hawking y por la que murió Roberto Fontanarrosa). Una pena que la
campaña no apunta a solidarizarse con los que sufren del síndrome de
Smith-Magenis, o sea, individuos completamente insensibilizados al dolor… Yo
ahí me hubiese sumado para batearle la cabeza a más de uno, hasta dejarlo en un
estado que no pue… perdón. Se me chispoteó.
En fin, mi gran amigo y gran humorista Rodrigo Barba sugiere
que estas cosas pasan porque la burguesía está aburrida. Yo adhiero. Y agrega
que el neohippismo, los talleres de origami, ir a clases de tenis de mesa
(llamar al ping pong, tenis de mesa también) y estudiar psicología son
manifestaciones del aburrimiento de la burguesía. La Cáritas 2.0 llegó a
nuestra ciudad y farandulizó a sus funcionarios. Gente que está presente en lo
que efectivamente importa se desafió a un concurso de remeras mojadas
politiquero. Tal el caso del concejal por el PRO, Tomás Norman, que desafió
públicamente al intendente José Corral que, en uno de sus recreos, aceptó la
contienda para ver quién tiene el balde más grande: el PRO o la UCR (las diferencias se las
dejo descubrir a ustedes).
Como sea, les pregunté a algunos conocidos qué cosas podrían
llegar a ser para ellos un baldazo de agua fría, y esto es lo que me
respondieron:
– Que Pablito Ruíz haya intentado emprender una demanda por
plagio a la muy buena banda australiana Tame Impala. Sí, dice que le copiaron
“Océano”. No, no es joda. Bah, sí, pero no.
– Que, cansada de que la acusen de fascista, un mediodía
Mirtha Legrand muestre su carné de afiliada al Partido Comunista
Revolucionario.
– Que en la tapa de la revista Gente muestren el ombligo de
Susana Giménez… ¿Vivo? Sí, también.
– Que el candidato presidencial por el socialismo diga que
confía en la mano invisible del mercado… esa misma mano que actualmente baldea
con hielo a los 2.800 millones de seres humanos (el 48% de la población
mundial) que vive bajo los límites de la pobreza y a los 1.000 millones de
indigentes y que deja morir por día a 30.000 menores de cinco años de hambre.
– Que una presidenta nacional y popular, rodeada de
intelectuales copados, diga que los docentes se la rascan durante cuatro meses,
trabajan seis horas por día y solo piensen en cobrar más plata.
– Que te llegue el Pausa a tu casa y en la tapa diga
“Aumentó el agua un 400%”. Ir a la sección noticias y ver que el presidente de la Corte Suprema de
Justicia de Santa Fe, Rafael Gutiérrez, se aumentó el sueldo a 131 mil pesos. O
sea, Pausa: sos un baldazo de agua helada, dejá de joder.
– Ir a tomarte el colectivo con las monedas justas y que la
maquinita informe de un nuevo aumento del boleto… siempre a pedido de las
empresas.
– Pedir un fernet con coca y que te sirvan un Capri… o
Branca con Pepsi.
– Que el Indec no mienta con los índices de inflación. O que
el presidente del Inadi haga chistes de judíos.
– Ir al cine a ver El Padrino remasterizada y Full HD y que
el encargado de la sala se confunda y te pase la película que va a escribir
Cohelo y a musicalizar Arjona.
– El día que Cabrol fichó para Colón.
– El tobillazo de Higuían en la final del último mundial.
– Abrir la factura de teléfono y ver un saldo de $3.000 por
error. Y que te digan: “Pague y luego reclame”.
– El momento en que Bruce Willis se da cuenta que está
muerto.
La lista podría ser infinita. Pero el espacio en esta
columna no lo es. Confío en la buena intención de quienes perpetraron la
campaña. Pero no por eso deja de ser bastante ridículo arruinar las metáforas para
nada. Acabo de leer una declaración de Steve-O (integrante del grupo Jackass, o
sea, “Idiotas”), uno de los pioneros en esta cruzada, diciendo que la mayoría
de quienes participaron lo hicieron para promocionarse, reírse y gastarles una
broma a sus amigos, pero que de la enfermedad o las donaciones se acordaron
poco o nada. Y pienso si, en efecto, es a la farándula a quien le debemos
exigir que hagan política o a los políticos faranduleros, que se prenden de un
hashtag para aparecer en los medios, a menos de un año de las elecciones,
mientras nos baldean la vida todos los días con agua helada.
En Pausa #140, miércoles 27 de agosto de 2014. Pedí tu
ejemplar en estos kioscos.

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí