El magnate Donald Trump encara la recta final de la interna republicana como el favorito. Probablemente triunfe y se enfrente este año a Hillary Clinton por la presidencia de la primera potencia económica, cultural y militar del mundo. Con la llegada del nuevo año, lanzó su primer spot publicitario, cuyos lemas son tenebrosos.
“Los políticos pueden llamarlo de otro modo, pero Donald Trump lo llama 'terrorismo islámico radicalizado'. Por eso aboga por una prohibición temporaria del ingreso de musulmanes a Estados Unidos, hasta que podamos entender qué es lo que está sucediendo. Rápidamente, le cortará la cabeza a ISIS y tomará su petróleo. Y frenará la inmigración ilegal a través de la construcción de un muro en la frontera del sur, que pagará Mexico”, explica el locutor, y Trump remata con un “¡Haremos otra vez grandiosa a América!”.
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Se trata del primero de una serie de seis a ocho avisos para TV, según informó el Washington Post.
“El mundo se está riendo de nosotros, de nuestra estupidez”, dijo Trump, que pretende llegar con sus spots a los indecisos, sobre todo. “Esto tiene que terminar. Tenemos que avivarnos rápido, o no nos quedará un país”.
Una propuesta que no aparece en el spot, pero que sí es una de las cinco “posiciones” que explicita en su web oficial, es la de promover la portación de armas entre los ciudadanos norteamericanos. Como es sabido, Estados Unidos no sólo es una potencia militar que ha estado en guerra prácticamente en todos los años de su historia –sea civil o sea exterior, en todos y cada uno de los continentes del planeta, de forma abierta o encubierta–, sino que además gusta de administrarse una o dos veces al año alguna matanza, preferentemente en establecimientos educativos, a manos de púberes que portan rifles de combate. El lobby armamentístico ha llegado al punto de lograr una ley de “open carry” en Texas. Open carry significa que podés llevar tu fierro a la vista. Como en el Far West.
El fundamento legal de semejante barbarie está en la Segunda Enmienda de la Constitución Estadounidense, que otorga el derecho a armarse para defenderse. Trump dice, en consecuencia, que la Segunda Enmienda otorga “la primer libertad de América”, que es el derecho a tener y portar armas, ya que “ese derecho protege todos los otros derechos”. ¿Cómo piensa Trump promover el uso de armas? En primer lugar, endureciendo las penas para quienes cometan crímenes usando armas. Eso bajaría la delictividad, dice Trump en una nación que ya posee una de las mayores poblaciones encarceladas del mundo, en términos absolutos y relativos. Sin embargo: “Esta es otra importante manera de combatir el crimen: emponderar los derechos de los propietarios de armas para defenderse a sí mismos”.
La segunda política es “arreglar nuestro roto sistema de salud mental”. El método para terminar con los asesinatos en masa, para Trump, es ampliar el tratamiento psiquiátrico para detectar a las personas con problemas mentales y “sacar de las calles antes de que aterroricen a nuestras comunidades” a los “violentos”. “Esto es sentido común”, explica Trump sobre esta psiquiatría policial.
Finalmente, Trump quiere levantar las prohibiciones de publicidad de armas en las revistas y extender el derecho a la portación a la vista a todos los estados de la unión.
Anti política, apelaciones al sentido común y construcción de un presente apocalíptico plagado de amenazas a la seguridad: Donald Trump utiliza recursos conocidos para abrirse camino hacia el máximo poder.
