El consumo de carne vacuna, en lo que va de 2016, es el más bajo de la historia económica reciente, tomando como parámetro la crisis de 2001. El dato proviene del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), un organismo presidido por el ruralista Ulises Forte, quien acompañó a la comitiva del presidente Macri en su gira europea. El promedio anual, a la fecha, es de 55,2 kilos de carne por habitante, consumidos por mes: está más de un kilo por debajo del antiguo récord de 56,6 kilos, en 2012.
El aumento de los precios como consecuencia de la devaluación y la apertura de las exportaciones, combinadas, se trasladó ferozmente a las carnicerías y, en consecuencia, los argentinos nos trasladamos de la carnicería a otros lugares, si es que algo sobró después de pagar las tarifas en el Pago Fácil.
Por su parte, Forte celebró el nuevo escenario, más allá del (o gracias al) derrumbe del mercado interno, afirmando en un seminario en Hamburgo que "Nos podemos proyectar nuevamente como grandes proveedores de carne a nivel mundial" y que "hay una nueva Argentina en la que se han tomado medidas macroeconómicas interesantes, lo cual nos otorga una mayor previsibilidad como proveedores de carne de calidad para el mundo".
