Más pobreza: un efecto visible del ajuste

Los datos del Indec revelan el impacto de la devaluación y el desempleo en el tejido social.

Los datos oficiales sobre pobreza marcan el tamaño del ajuste: desde que asumió el gobierno de Cambiemos, hay al menos 1.440.000 nuevos pobres en el país. Los más jóvenes son los más afectados: el 47,4% de los menores de 14 años vive en hogares pobres. En la provincia, según el Ministerio de Desarrollo Social, 220 mil personas se alimentan en comedores comunitarios y más de 500 mil asisten a copas de leche.

La difusión, después de tres años y medio, de la estadística oficial sobre pobreza e indigencia le puso números a los efectos del ajuste, la devaluación y el aumento del desempleo. En la Región Pampeana, donde está nuestra provincia, el Indec informó un índice de pobreza similar a la media nacional: 32,2% al cierre del segundo trimestre de 2016.

La estadística de la pobreza complementa el informe anterior del Indec, que da cuenta del aumento de la desocupación del 5,9 al 9,3% entre septiembre de 2015 y junio de 2016. La variación (3,4 puntos porcentuales) implica que en el país hay 1.165.000 personas sin trabajo: 456 mil más que en la anterior medición oficial.

“La pobreza todo el mundo la siente –explica el dirigente del Movimiento Territorial Liberación, Rubén Sala–. La gente más grande puede hacer alguna privación, pero los chicos no entienden no tener para comer, o bajar la calidad de los alimentos, que es lo que se está viendo en este momento”.

La situación en la región

Pablo Bosch, dirigente del Partido Pares (Frente Progresista), recopiló información oficial y trazó una comparación: “La última medición, antes de la intervención del Indec, fue en 2007 y arrojó un 23,3% de pobreza para el Gran Santa Fe. En 2003, la pobreza en el Gran Santa Fe había llegado al 46,6%. Cuando en 2013 los datos oficiales dejaron de publicarse, el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) medía un 27,4% para todo el país. Y en nuestra región el Indec se despedía (2013) con un irreal 9,3% de pobreza”.

[quote_box_right]Un umbral de 12.800 pesos

El 28 de septiembre el Indec volvió a difundir datos oficiales sobre la situación social. El informe titulado “Incidencia de la pobreza y de la indigencia en 31 aglomerados urbanos” arroja cifras al segundo trimestre de 2016. El 23,1% de los hogares y el 32,2% de las personas están en situación de pobreza; el 4,8% de los hogares (6,3% de las personas), en la indigencia.

Aunque con variaciones puntuales según la región y la composición de los hogares, el Indec considera que se encuentran bajo la línea de pobreza aquellas personas que viven en hogares donde el ingreso total es inferior a 12.800 pesos. En la indigencia se encuentran los argentinos que viven en hogares con un ingreso total menor a los 4.400 pesos.

[/quote_box_right]“Entre 2003 y 2009 –siguió Bosch– millones de argentinos y de santafesinos mejoraron en sus condiciones de vida. A partir de 2010 la pobreza comenzó a incrementarse, con altibajos y disparidades regionales, aunque compensada por acciones estatales y un salario real en disputa con la inflación”.

Desde que empieza a declinar el boom de la soja y el país deja atrás el período de crecimiento a tasas chinas, el índice de pobreza empieza a moverse para arriba. No ocurrió de inmediato, pero se puede observar en el periodo 2007-2015: en esos ocho años –los de Cristina Fernández de Kirchner– la pobreza subió alrededor del 7% en el Gran Santa Fe, aunque la cifra está en discusión por el desacople metodológico de las mediciones disponibles, unas oficiales (Indec) y otras particulares (UCA). Aquello que bajo el kirchnerismo fue un proceso gradual, acentuado en la segunda etapa –y evaporado del discurso oficial tras el apagón estadístico de 2013–, en la actual gestión se profundizó con velocidad: en los primeros siete meses de gobierno de Macri (el último dato del Indec es del segundo trimestre de 2016) la cantidad de pobres se incrementó 3,6% en nuestra región y 4% a nivel nacional.

Otro indicador que da cuenta de la crítica situación social es el empleo: “En el Gran Santa Fe el Índice de Actividad bajó del 42,7% al 41,4% en el último año. Esto significa que entre junio de 2015 y junio de 2016, alrededor de 25 mil santafesinos dejaron de tener actividad económica y abandonaron el mercado laboral”, explicó Bosch. Es el “efecto desaliento”; cuando el desocupado se resigna y deja de buscar trabajo.

“En una ciudad con 11 mil desocupados plenos (al segundo trimestre 2016), que 25 mil personas hayan dejado de buscar trabajo es un dato relevante para intentar comprender el humor social y la evolución de las expectativas individuales sobre el rumbo general de la economía. Solo para proponer un ejemplo, imaginemos que las personas desalentadas decidieran salir a buscar trabajo y no lo encontraran: la tasa de desocupación en el Gran Santa Fe se elevaría hasta el 16,8%”.

Lugares para comer

En la provincia de Santa Fe, 220 mil personas se alimentan en comedores comunitarios y más de 500 mil van a las copas de leche, según el ministro de Desarrollo Social Jorge Álvarez. “Las políticas de asistencia (asignación universal, tarjeta de ciudadanía) contribuyen a disminuir el índice de indigencia. Pero eso no alcanza para salir de la pobreza: de la pobreza se sale con medidas de fondo y estructurales”, señaló el funcionario.

Para el ministro de Desarrollo Social, la única solución es que la Nación tome medidas vinculadas a la creación y protección del trabajo: “Tenemos un marcado nivel de pobreza estructural en la Argentina, que ya de por sí es alto, pero la indigencia no es tan alta producto de la gran cantidad de planes y programas que tienen que ver con políticas sociales. Pero en lo que hace a la pobreza, hay que trabajar activamente en el nivel de empleo”.

Álvarez marcó que las políticas que puede aplicar la provincia ayudan pero no solucionan el problema de fondo: “Como gobierno provincial, lo que hacemos es trabajar en la inclusión al sistema educativo, con distintos programas que tenemos en el ministerio, en capacitación y programas en los barrios. Pero la autosustentabilidad requiere de tener trabajo, y para eso hacen falta medidas económicas de fondo, que no son medidas provinciales”.

 

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