Anuario 2016  | La desigualdad, la pobreza, la fuga de capitales y la deuda externa subieron peligrosamente.

Deuda externa y deuda interna. No, no son los 80, pero todo vuelve. En 2016, la Argentina volvió a tomar deuda en dólares y, en el mismo lapso, se registró un incremento de la pobreza y de la desigualdad. Uno de cada diez compatriotas vive en asentamientos informales, mientras que en el otro extremo de la pirámide social se registró una fuga de divisas por 36.297 millones de dólares, lo que representa el doble de lo registrado el año pasado.

Según el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), en los primeros diez meses de 2016 la colocación de deuda externa alcanzó los 52.138 millones de dólares, de los cuales 39.955 millones fueron emitidos por el gobierno nacional, 6.275 millones por las provincias (Santa Fe colocó deuda en Nueva York por 250 millones) y 5.908 millones por el sector privado.

Con la llegada de Cambiemos al gobierno, comenzó “un nuevo ciclo de endeudamiento externo” que tiene como objetivo “financiar la fuga de capitales y el déficit del sector público, tal como aconteció en la década del 90”, explica Cifra. La relación entre deuda pública total y Producto Bruto Interno registró un crecimiento acelerado: en el cuarto trimestre de 2015 era del 33,9% y se elevó al 45% en el segundo trimestre de 2016.

La malaria

Mientras el país daba marcha atrás con el proceso de desendeudamiento iniciado en los años de Néstor Kirchner y Roberto Lavagna, la situación interna desmejoró a la velocidad de la luz. Según datos del Indec, desde que asumió Cambiemos hay al menos 1.440.000 nuevos pobres en la Argentina como consecuencia del ajuste, los tarifazos, las paritarias a la baja y el aumento del desempleo. Los más jóvenes son los más afectados: el 47,4% de los menores de 14 años vive en hogares pobres.

Pobreza cero: según el Indec, hay al menos 1.440.000 nuevos pobres

En la Región Pampeana, el Indec informó un índice de pobreza similar a la media nacional: 32,2% al cierre del segundo trimestre de 2016. La última medición, antes de la intervención del Indec, fue en 2007 y arrojó un 23,3% de pobreza en el Gran Santa Fe (había llegado al 46,6% en 2003).

En nuestra provincia, 220 mil personas se alimentan en comedores comunitarios y más de 500 mil chicos van a las copas de leche, según el ministro de Desarrollo Social Jorge Álvarez. “Las políticas de asistencia contribuyen a disminuir el índice de indigencia. Pero eso no alcanza para salir de la pobreza: de la pobreza se sale con medidas de fondo y estructurales”, señaló el funcionario.

Antes de la publicación de los nuevos datos del Indec, la Unicef señaló que en nuestro país entre el 25 y el 32% de niñas y niños son pobres y que uno de cada diez argentinos vive en villas miseria. Según ese estudio, casi 4 millones de niños, niñas y adolescentes viven en situación de pobreza en el país: una bomba de tiempo.

Seis años perdidos

Otro dato que explica la situación actual, también divulgado por el Indec, sostiene que la distribución del ingreso pegó un salto regresivo de casi seis años. El 40% de la población más pobre se lleva, individualmente, el 14,7% de la riqueza. Los del medio, el 37,6%. En la punta de la pirámide, el 20% de población (los más ricos) concentran el 47,9% de la riqueza. La desigualdad crece si se observan los extremos: el 10% más pobre apenas capta el 1,4% de la riqueza del país, mientras que el 10% más rico se queda con el 31,3%.

¿Sabés quién se fuma lo que tenías?

La distribución de la riqueza no se mantiene estática, se mueve de acuerdo a las variables de la economía. El último dato publicado por el Indec (segundo trimestre de 2016)  determina que empeoró, en forma regresiva, en comparación con el mismo período de 2015.

Hay que remontarse seis años (tercer trimestre de 2010) para observar diferencias como las actuales; en ese momento, el 10% más rico de los argentinos se quedaron con una porción mayor del ingreso (31,7%) que la que están logrando hoy (31,3%).

En el tercer trimestre de 2003, cuando arrancaron las mediciones, eran los dueños del 37,5% de la torta. Esa cifra bajó, aunque con altibajos, hasta el segundo trimestre de 2015 (28,2%). En otros términos: en un año, los más ricos recuperaron un 3,1% del total del ingreso.

Planes y gobernabilidad

Para contener a los sectores más vulnerables, el gobierno de apeló, como el de Cristina Fernández, a los planes sociales, con el agravante de que los financia con deuda externa. Como punto a favor se puede señalar la extensión de la Asignación Universal a los hijos de los monotributistas. Y poco más.

En un contexto de creciente desigualdad, los movimientos sociales presionan ante el Congreso para lograr la sanción de la emergencia social hasta diciembre de 2019. Si es así, se destinarán 30.000 millones de pesos del presupuesto nacional, hasta el final del mandato de Cambiemos, para atender las necesidades de las organizaciones de la economía popular.

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