El gobierno nacional no llama a los gremios y causa problemas en las provincias y en toda la educación.

Sonia Alesso (CTERA), José Testoni (Amsafe) y Patricia Mounier (Sadop) coinciden en que el resultado del conflicto docente será determinante para todo el resto de los trabajadores. Hoy, los trabajadores de la educación son la punta de lanza de todo el movimiento sindical. Sin embargo, la dinámica de sus reclamos es muy compleja, porque se da en niveles diferentes. Por un lado están las negociaciones a nivel provincial, que se dan todos los años, y por el otro está la negociación a nivel nacional, la Paritaria Nacional Docente (PND), que este año no se celebra por graciosa y soberana orden del gobierno nacional y el ministro de Educación Esteban Bullrich, violando la ley que obliga a su realización y exhibiendo otra vez su real preocupación por la mentada seguridad jurídica.

Alesso tiene un dejo de asombro en la voz. Para la dirigente, la pérdida de días clase se explica con demasiada sencillez: “Estas mismas autoridades el año pasado convocaron a la PND, se ordenó la cuestión nacional y las clases comenzaron. No tienen explicación para lo que sucedió este año”.

“Hay que ser muy, muy, muy macrista”

“Nosotros no podemos resignar la PND, no vamos a resignarla”, se envalentona Testoni y pone en dimensión lo que está en juego: “En 1988 la Marcha Federal, como hito histórico de la CTERA, tenía tres ejes: fondo de financiamiento (lo logramos en 2005), paritaria nacional (lo logramos en 2007) y un salario equivalente a 100 dólares. Son 30 años de lucha de la CTERA para llegar a cumplir este objetivo. No podemos en el 2017, porque no nos alcanza la plata, decir ‘Mejorame la propuesta salarial y te regalo la PND y el fondo de financiamiento y, de ahora en más, el Estado nacional no contribuye más con las provincias’. Nosotros no vamos a hacer esto. Con las desresponsabilización del Estado nacional viene la fragmentación pedagógica del sistema educativo. Durante más de 10 años se estuvo trabajando en la reunificación del sistema”.

Durante el menemismo, el sistema educativo fue desguazado a través de un mecanismo presentado en su tiempo como un gran avance modernizador: la descentralización. En concreto, la Nación se sacó de encima los presupuestos de Salud y Educación y le echó el fardo a las provincias que, desde entonces, dedican el grueso de sus finanzas públicas al pago de salarios de docentes, médicos y enfermeros. Una ruina con moñito de federalismo. La PND fue un hito en la recomposición de una perspectiva integradora a nivel nacional de las políticas públicas de educación. Cuestiones elementales como la validez interprovincial de los títulos, la unificación de currículas, el financiamiento parejo en todos los territorios o la articulación de programas que a todos alcancen, como el Conectar Igualdad, la educación bilingüe para los pueblos originarios o los Programas de Formación Docente se desprenden de esas mesas de diálogo entre los trabajadores y el gobierno. Para los gremios, la disolución de la PND es muchísimo más que la pérdida de un ámbito de negociación salarial: es un retorno express a la precarización de los 90.

Los docentes vagos y egoístas no quieren mejorar

De allí que los docentes se muestren inflexibles, aun cuando puedan cerrar negociaciones a escala provincial. Mounier explica este doble nivel del conflicto: “Bullrich dijo ‘no a la paritaria” y hasta que no la abra no va a finalizar el conflicto nacional. Los paros van a seguir. El año pasado nosotros acordamos el 35% en la provincia y como Bullrich no había firmado la PND, nos adherimos al paro nacional. Nosotros planteamos que el propio gobierno provincial debería pararse más claramente y exigir. Si todos los gobiernos provinciales, si todos los ministros de educación provinciales le exigieran al gobierno nacional la apertura de la PND, alguna respuesta podría haber. Pero lo que están haciendo las provincias es respetar el mandato nacional de aumentos al 18%. Y están acatando. Esto reafirma que los fondos del Ministerio de Educación no los va a manejar más Educación, sino Interior, Rogelio Frigerio. Entonces, esos fondos que iban al bolsillo de los trabajadores no lo van a discutir más Bullrich con la ministra de Educación provincial Claudia Balagué, sino Frigerio con el gobernador Miguel Lifschitz. Y son fondos de libre disponibilidad, entonces pueden hacer cualquier cosa”.

La dirigente de Sadop es tajante: la protesta va a seguir “hasta que se reabra la PND. Hay que torcerle el brazo a Bullrich para que reabra la PND, independientemente de que en la provincia en algún momento tengamos que acordar”.

“El hilo se corta por lo más delgado para los gobernadores. Intentan que el costo de la crisis la paguen los trabajadores, replicando la propuesta del 18%, o similar”, dice Testoni. “Los gobiernos provinciales podrían hacer ofertas acorde al deterioro salarial, y no están haciendo esto. En vez de pelearse con la Nación se pelean con los trabajadores. Nosotros marcamos diferencias entre la Nación y la provincia. En la provincia hay diálogo, siempre lo hubo, hay paritarias… nosotros pretendemos ser interlocutores serios, pero en materia económica y salarial se han alineado con la pauta del gobierno central”, lamenta Testoni.

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