Darío Sztajnszrajber llega a Santa Fe para pensar junto a la música.

Darío Sztajnszrajber conjuga en su personalidad los roles de docente, presentador de televisión y radio y ensayista, aunque en todo momento la premisa de su quehacer no puede renegar de su condición filosófica. Es más, al final de todo, sus trabajos tienen como horizonte la divulgación filosófica: “La divulgación filosófica o la presencia en los medios masivos de comunicación no viene a reemplazar a lo académico, es un nuevo lenguaje podríamos decir, desde el que podemos relacionarnos con lo cotidiano, lo político, lo religioso, incluso con lo afectivo.”

Ese “nuevo lenguaje” es el que ensaya en su espectáculo Desencajados, en el que se mixturan formas del arte con ¿el arte filosófico? Dice Darío al teléfono: “En nuestro espectáculo la filosofía acude al arte para mostrarse como una propuesta estética. Yo creo que ella tiene mucho más de arte que de ciencia, está mucho más cerca en el sentido de la intención de provocar una conmoción existencial que se vivencie con todo el cuerpo. La ciencia tiene que ver más con desarrollos analíticos de argumentaciones”.

Tal como Derrida, que no se resignó a divorciar literatura y filosofía, Sztajnszrajber entiende que dotando a la madre de las ciencias de cierto valor estético es posible fogonear su circulación: “Desencajados es fruto de esta búsqueda en dotar de estética a la filosofía, para que sea más apropiable para cualquiera en función de su existencia cotidiana. Entendemos que lo logramos mixando la filosofía, el teatro y la música, que ayuda a generar una atmósfera propia del arte. La mayoría de los temas que trabajamos a nivel filosófico encuentran en algunas canciones muy reconocidas por todos del rock nacional el complemento ideal, porque el tema de por sí es provocativo, pero si le sumamos un tema de Spinetta, o de Charly o los Redondos que rápidamente lo reconocés y entendés que tiene que ver con eso de lo que está hablando, se logra un combo más impactante. Hay algunos artistas que se sabe que han estudiado o filosofía como Spinetta o Fito, pero también hacemos un tema de Fandermole, uno de Fernando Cabrera, que por ahí es más una búsqueda poética. La filosofía y la poesía son primas hermanas, por lo menos el modo en el que nosotros trabajamos la filosofía encuentra en determinado tipo de canción cierto interpelador, porque no es que explicamos las letras de la canción, sino que hay ciertos temas que entran de cuajo para terminar de potenciar la comprensión de un término filosófico”.

Golpes en la mente

Si bien el trío de profesores/alumnos griegos Sócrates/Platón/Aristóteles es central todavía para el pensamiento nuestro de cada día, la filosofía es algo más excepcional que una costumbre. Acaso una mala fama la contamina: “Hay un punto de vista que propone la filosofía que tiene más que ver con la demora del pensamiento, el exceso de interrogación, la interrupción del utilitarismo productivista y sobre todo la apertura de categorías que son las que solidifican un determinado tipo de estructura vigente. Para contrarrestar esto me parece fundamental recuperar la idea nietzscheana de hacer filosofía a martillazos. Cada golpe lo que hace es generar una perplejidad a aquel que se anima a preguntarse sobre cuestiones que la sociedad entiende que no tiene sentido preguntar. La filosofía no va de frente, sino que va derrumbando a preguntas, lentamente, las ideas que uno tiene normalizadas. Actualmente, estas nuevas formas de divulgación lo que pretenden es romper un poco con ese aislamiento de la filosofía, que está reducida a algo elitista, a lo académico, a los papers, a algo críptico.”

No obstante, el ejercicio de hacer temblar todas nuestras seguridades, según dice Sztajnszrajber, no se terminará nunca y por eso es que nunca vamos a terminar de estar cómodos: “No creo que la filosofía resuelva problemas. Entiendo que genera todo lo contrario, crea problemas. Es más, se hace filosofía donde se supone que no hay problema, donde el sentido común vigente establece como zonas que no tiene sentido problematizar porque funcionan correctamente. Hacer filosofía cuando todo se derrumba es fácil, lo difícil, lo provocativo, lo irreverente es hacerlo donde está todo funcionando bien. Lo que el hacer filosófico evidencia es que no hay un único camino o alternativa para un único fin, sino que hay una diversidad de posibilidades y cuando uno se aclimata en una o compra una, automáticamente obtura todas las otras opciones. Hay un trabajo permanente no de encuentro, sino de perdición. Filosofar es una marcha que no tiene ningún destino final sino que se pelea con la idea de que todo recorrido tenga que tener un punto de llegada. Entonces, a partir de los puntos de llegada establecidos que un sistema determina como objetivos normales y reconstruirlos, tratar de hacer ver que la vida tiene que ver menos con la estabilidad que con el tránsito.”

Sztajnszrajber va a estar en el Centro Cultural Provincial Paco Urondo (Junín 2457) el domingo 14 de mayo, desde las 21, para hacer Desencajados junto con Lucrecia Pinto como cantante, Guillermo Martel a la guitarra, Lucas Wilders en percusión y Juan Finger en bajo.

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