Dujovne, Macri y Caputo.

Sólo en intereses, el Banco Central puso ayer, en un apenas un día, 13.115.295.684 pesos para retener a los timberos de las Lebacs. Tuvo que subir la delirante tasa del 40% a un desquiciado 47%. Sin embargo, apenas se renovó el 60%: volverán 206 mil millones de pesos este jueves, a presionar sobre el dólar.

Pasó un nuevo supermartes de Lebacs, todo salió mal. El dólar volvió a subir, las tasas volvieron a subir, se renovaron muy pocas Lebacs y quedó una masa enorme de pesos –la mayor desde que empezó a girar esta tómbola– a la espera de apelotonar el mercado este jueves. En el camino, el Banco Central devengó a los que renovaron Lebacs unos 13.115 millones de pesos en intereses. Es un poco más que dos presupuestos anuales de la ciudad en Santa Fe, quemados en un sólo día, para nada.

A los timberos que confiaron en la última licitación, en mayo, les mojaron la oreja. No una, las dos. Confiaron, pusieron los pesos, agrandaron la bomba de deuda pero, al final, el dólar siguió subiendo y mucho. Era de esperarse que esta renovación no fuera exitosa. Lo que no se ha puntualizado es que es la más peligrosa desde que comenzó a utilizarse este mecanismo ruinoso de endeudamiento en pesos (Lebacs) con liberalización del mercado de cambios (ingreso y fuga de capital financiero). El vencimiento de Lebacs de este mes era de 514.779 millones de pesos, renovaron Lebacs por 308.473 millones. Esto quiere decir que quedarán flotando unos 206 mil millones de pesos este jueves, a la caza de un nuevo refugio. ¿¡Que dé más interés que el 47%!?

Se pasó de un shock de confianza a un shock de desconfianza. La renovación de más de 600 mil millones de pesos del mes pasado absorbió más pesos de los que vencían. La bola se agrandó. Se pagó la suma más alta de intereses en la historia de esta timba (36.115 millones de pesos). Un mes después, la bola se desinfló como nunca y los intereses pagados están por debajo del promedio (aunque no deja de ser escandaloso que, por nada, se le prenda fuego a 13 mil millones de pesos).

La masa más grande de pesos que quedó en el aire gracias al jugueteo con esta ruleta fue en la licitación del 19 de junio de 2017, cuando quedaron flotando 122.770 millones de pesos en la previa a las primarias donde CFK era la candidata a senadora favorita por la provincia de Buenos Aires. El famoso miedo de los mercados. Otro dato: la última corrida contra dólar se inicia con los 72.481 millones de pesos que no fueron renovados como Lebacs en la licitación del 20 de marzo pasado, a los que se suman unos 74.134 millones que no se renovaron en la licitación de abril. Comparando la cifras, salta rápido a la vista que en pesos (y también en dólares) los 206 mil millones que quedaron sin renovarse ayer son la presión más fuerte que haya tenido que afrontar el Central desde que se instauró el modelo de vampirización financiera.

Más precisiones: los dueños de esos 206 mil millones no fueron timberos que presionaron ayer para que la tasa se fuera por las nubes y que quedaron fuera de la licitación por pedir demasiado; se trata de timberos que ni siquiera fueron a presionar. Como se sabe, es el que quiere operar con Lebacs el que propone la tasa, mientras que el Banco Central luego decide y deja a algunos a afuera y otros adentro. Por eso, los que van a timbear presionan y dominan al Central y por eso el Central cede y, por ejemplo sube la tasa de interés de 26,3% a 47% en dos meses. La tasa de interés en Argentina casi que se duplicó en dos meses.

La asignación universal para los ricos no frenó el dolar ni la inflación

En esta ocasión, los timberos decidieron no renovar antes de la licitación misma. No es que quedaron muchos afuera después de que el Central decidió la tasa. Ni se presentaron los especuladores, se fueron directamente. Esa plata no queda flotando en la nada, no va a un colchón. Esa plata tiene que hacer más plata. Los principales destinos probables son:

La horda de bonos, bonitos, bonardos y boniatos que sacó el gobierno para desarmar esta bola. Según dicen los medios que dice el Central, hay cerca de 67 mil millones de pesos que pasaron de ser deuda en Lebacs a ser deuda a través de estos instrumentos. Sí: cuando se habla de "desarmar la bomba" de las Lebacs lo único que se les ocurre es armar otras bombas de deuda.

Necesidades bancarias. Buena parte de los dueños de Lebacs son los bancos que operan en el país. Entre otras cosas, en julio tienen que pagar aguinaldos. Y además, tienen que subir los encajes (la cantidad de plata que tienen que ceder al Banco Central como garantía de los depósitos).

El dólar como refugio de valor y como vía de aseguramiento a través de la fuga al exterior.

La única pregunta es qué parte de esa torta inmensa de 206 mil millones se va a volcar este jueves al dólar. Para comparar, la muralla que puso el Banco Central para contener la devaluación, antes del acuerdo con el FMI, fue una oferta de 5 mil millones de dólares. A un aproximado precio actual, equivalen a 140 mil millones de pesos. La diferencia es que se supone que el Central va a dejar jugar libremente al dólar, por orden del FMI. Será cuestión de esperar a ver cuánto subirá el verde en las pizarras el jueves y el viernes.

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