Macri en Rosario: un día de furia

Foto: Franco Trovato Fuoco / El Ciudadano

El presidente hizo su propio acto por el Día de la Bandera, pero no se acordó de Belgrano. En cambio, atacó a los Moyano y al movimiento sindical en un discurso con tono de campaña. Hubo incidentes entre personas que fueron a manifestarse contra el gobierno nacional y un grupo de simpatizantes macristas.

Tras varias idas y vueltas, el presidente Mauricio Macri decidió ir a Rosario por el Día de la Bandera. Pero todo fue atípico: no hubo acto en el Monumento –una de las tradiciones más arraigadas de la ciudad del sur provincial–, sino un acto de tinte electoral en un club de barrio. Ante alumnos de la primaria, el presidente no dijo una palabra sobre la fecha que se conmemora este 20 de junio; por el contrario, usó el atril para atacar a los Moyano y, por elevación, al movimiento sindical en su conjunto.

La mañana de este jueves feriado tuvo de todo. Empezó con un acto oficial en el Monumento a la Bandera, sin la presencia del presidente, encabezado por el gobernador Lifschitz y la intendenta Fein. Enojados por la forma en que el gobierno nacional le da la espalda a la conmemoración de Manuel Belgrano, los veteranos de Malvinas decidieron no participar con el argumento de que “el acto no tendrá el marco popular”. El acto se limitó al izamiento de la bandera; ni desfiles, ni discursos, ni el habitual color que suele tener esta fiesta cívica en Rosario.

Lejos de allí, en el club Ciclón de Macri hizo su propio acto y dedicó la mayor parte de su discurso a atacar al gremio de los camioneros, al que acusó de ser la causa de que “el país no crezca”. La intendenta Fein, detrás del mandatario y junto a la ministra de Seguridad de Nación, Patricia Bullrich, no pudo ocultar su extrañeza ante las palabras de Macri, que no mencionó en ningñun la bandera ni dijo nada sobre Belgrano.

Macri llegó a Rosario en avión, se trasladó en helicóptero hacia la sede de la Gendarmería y de allí en auto hasta el club Ciclón, fuertemente custodiado y vallado por la fuerza de seguridad federal. Pese a ello, hubo incidentes entre personas que fueron a manifestarse contra el gobierno nacional y un grupo de simpatizantes macristas.

En su acto, el presidente hizo una fuerte embestida verbal contra las “patotas” sindicales y las “mafias” ante alumnos de escuelas de la ciudad. Y mencionó específicamente a Hugo Moyano y a su hijo Pablo, en un discurso que tuvo tono proselitista.

Macri argumentó, sobre las variables económicas y sociales en retroceso, que no son una mala señal sino, interpretó, que su gestión está en el “camino correcto” porque si cuesta la recuperación, es que “vale”.

Fue más allá: la culpa de la recesión, la pobreza y el desempleo en aumento, el cierre de comercios e industrias, es culpa de la “patota del transporte”. Es decir, de Hugo y Pablo Moyano, padre e hijo demonizados en el discurso presidencial. Los acusó de “acumular privilegios en forma ilegal” y perjudicar las producciones regionales.

“Cuesta más caro las gaseosas, las bebidas y el limón”, espetó a los presentes Macri, por culpa de los camioneros. El blanco presidencial no fue gratuito: Hugo Moyano es uno de los promotores del espacio Frente de Todos, que lleva la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández.

“Vamos en serio. Por primera vez en décadas estamos haciendo lo que teníamos que hacer. Volver al pasado no es lo que nos sirve para el futuro. No queremos más ejercicio patotero del poder”, lanzó el mandatario, también, con eslogan de campaña.

El gobernador Lifschitz no estuvo en el acto. No fue invitado por Protocolo de la Nación, que sí cursó convite a Fein. También estuvo en el escenario, junto a Bullrich, el intendente de Santa Fe José Corral, candidato de Cambiemos derrotado en las recientes elecciones provinciales.

Por la tarde, Pablo Moyano le respondió al presidente: “Nos tomó como enemigos número uno”, dijo el dirigente sindical a AM 1300 Radio La Salada. “Hugo Moyano no se afanó los 70 mil millones del Correo Argentino, no traficó las camionetas y autos Iveco en los años 80. Antes de hablar de mafias el presidente tendría que tener un cargo de conciencia de tanto daño que le ha hecho al pueblo argentino”.

(Con información de El Ciudadano)

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