Entrevista a Soraya Maicoño, mujer mapuche, a dos años del asesinato de Rafael Nahuel.

De visita en Santa Fe, Soraya Maicoño, mujer mapuche del Pu Lof en Resistencia Cushamen, de Chubut, dialogó con Pausa sobre el presente de las luchas por el territorio en el sur del país. Al cumplirse dos años del fusilamiento de Rafael Nahuel, describe el manto de impunidad que rodea el crimen y sostiene que la resistencia del pueblo mapuche es una forma de honrar la vida y la muerte del joven.

—¿En qué contexto fue asesinado Rafael Nahuel?
—Previo a la represión seguida de muerte de Rafa Nahuel iem, hacía dos meses se había recuperado un territorio mapuche, en donde luego se levantó una autoridad, que es la machi Betiana Colhuan Nahuel. A ese territorio lo reclamaba Parques Nacionales, que denuncia el 23 de noviembre y entran a desalojar. Varios de los huenchus (de los varones) de la comunidad corrieron monte arriba y finalmente se llevaron detenidas a las mujeres y a los niños. Dos días estuvieron nuestros lamien en el monte sin abrigo y sin comida. El 25 de noviembre un grupo se organizó para llevarles comida, entre los que iba Rafa. Cruzaron la cordillera yendo por otros pasos, porque estaba completamente rodeada por fuerzas de represión, entre ellas Prefectura. Llegaron al lugar donde estaban resguardados mis lamien y en eso gente de Prefectura que ya había subido hasta la mitad del monte, pudieron ver a un huenchu, a un varón, y empezaron a correr y a disparar. Ahí es donde le disparan por la espalda a Rafael Nahuel iem que cae prácticamente sin vida. En ese momento él pidió que lo entierren en el territorio, que no entreguen su cuerpo. Los lamien Fausto Jones Huala y Lautaro González Curruhuinca decidieron bajar el cuerpo y pidieron una ambulancia. A nuestros lamien los detuvieron y a Rafa lo dejaron tirado en la ruta varias horas, hasta que lo llevaron ya sin vida al hospital.

—¿Qué ocurrió luego?
—Querían endilgarle la responsabilidad de la muerte de Rafa a Fausto y a Lautaro. Fausto pudo hacer un juicio abreviado en donde finalmente le dieron seis meses de prisión en suspenso. Lautaro está en la clandestinidad porque quieren hacer algo similar, pero se presentó varias veces el pedido de eximición de prisión y siempre es denegado por la Fiscalía y por el Juzgado Federal de Bariloche. Por pericias balísticas se pudo determinar que el disparo que recibió Rafael Nahuel había sido efectuado por la Prefectura y que el responsable es Francisco Javier Pintos. Se le dictó prisión preventiva. Luego le adjudicaron el beneficio de la prisión domiciliaria, y hace un mes lo absolvieron. En este momento la situación está en el aire. Nadie se hace cargo de la muerte de Rafa, cuando todas las pericias determinaron que no hubo un enfrentamiento y que el disparo había sido efectuado por prefectos. Lamentablemente estamos acostumbrados a saber que la justicia no está hecha ni para el pueblo mapuche, ni para el pueblo oprimido ni para el pobre. Y si encima el responsable de la muerte es el Estado, es mucho menos probable que haya justicia. También hay que denunciar que esto sucede porque Parques Nacionales ha generado muchísimo dolor y despojo territorial de todas las comunidades mapuches del sur. siempre con esa premisa de que es una institución y de que el pueblo deja de poder trabajar en su propio territorio. No les permiten pescar, ni hacer leña ni nada de lo que habitualmente se hacía antes de que aparezca Parques Nacionales. Esa institución, al igual que la Dirección de Bosques fueron creados para avanzar sobre el territorio mapuche. Otros responsables del despojo, la muerte y la impunidad son los medios hegemónicos, sostenidos por determinadas empresas que luego tienen injerencia en los territorios. Sobre todo en zonas turísticas como Villa La Angostura, Lago Puhelo, Bariloche o El Bolsón.

—¿Pensás que esta situación recrudeció en el último tiempo?
—Esta es una resistencia ancestral que lleva más de 130 años. En el último tiempo recrudeció en el sentido de que comenzó a hacerse más visible. Estas situaciones de muerte, de desaparición de personas mapuches, de despojo del territorio, empezaron en la Conquista del Desierto y continúan hasta hoy. Lo que sucedió es que, a partir de la fatídica y trágica situación con Santiago Maldonado, se visibilizó. Hay que hacer una lectura de que era un desaparecido en democracia, con toda la connotación que eso tiene en este país. Encima después apareció su cuerpo cien metros río arriba de donde se lo habían llevado: toda una situación de impunidad, mafiosa, que es el modo de operar de este Estado, de este Ministerio de Seguridad y de la política que llevó adelante Macri con sus secuaces. En un año mataron a Santiago Maldonado en un contexto de lucha mapuche, y a los poquitos meses a Rafael Nahuel. Son situaciones que han sido moneda corriente en la zona de donde provengo y que han quedado impunes. Tenemos hermanos desaparecidos que no sabemos qué pasó con ellos; muertes trágicas que nunca fueron resueltas y nunca se hizo justicia. Y casualmente en sus territorios después queda gente vinculada, por ejemplo, a la Dirección de Tierras de Río Negro o a empresarios petroleros. A dos años de la muerte de Rafa, al no tener respuestas en ningún aspecto, nuestros lamien del lof Lafken Winkul Mapu [en Esquel] decidieron avanzar y recuperaron una porción más del territorio. Es un modo de mostrar que no tienen miedo al Estado opresor huinca. Es un modo de honrar la vida y la muerte de Rafa Nahuel iem.

Maicoño integra el Pu Lof de Cushamen, la comunidad a la que se había acercado Santiago Maldonado en el momento de su desaparición. Al poco tiempo, las fuerzas de seguridad se llevaron la vida del mapuche Rafael Nahuel.

—¿Cómo impactó en su momento lo que ocurrió con Santiago Maldonado y posteriormente con Rafael Nahuel en el Pu Lof en Resistencia Cushamen?
—El impacto es enorme, en todos los sentidos. Si bien uno sabe que a partir de recuperar territorios a magnates y empresarios tan pesados como lo es Benneton o a instituciones que dependen del Estado y que están hechas para seguir llenándose los bolsillos los políticos que siguen en el poder, uno sabe que las consecuencias pueden ser gravísimas. Pero por más lectura política que se haga, nunca se van a esperar situaciones de violencia tan extremas al punto de que se lleven a una persona y luego la hagan aparecer muerta. El impacto es muy fuerte, genera situaciones de angustia y de miedo. Pero nosotros no sólo hacemos lecturas políticas, sino que avanzamos en el sostenimiento de un territorio. Sobre todo después de situaciones como las que estamos describiendo. Hay un apoyo en nuestra espiritualidad y en nuestros ancianos, que son los que padecieron de chiquitos la Conquista del Desierto. Ellos nos aconsejan que hay que sostener el territorio a costa de lo que sea. Y si hubo abuelos que supieron defender el territorio a costa de lo que sea, es algo que nosotros también debemos seguir sosteniendo.

—¿Por qué es importante el territorio para el pueblo mapuche?
—El territorio, para el pueblo mapuche y debería serlo para todo ser humano, es importante porque si le seguimos entregando las tierras a las empresas trasnacionales, mañana van a vivir todos en departamentos y comprando el agua. Nosotros como pueblo no podemos desarrollar nuestra cultura en la ciudad. Las fuerzas de la naturaleza, de la tierra, del agua, del bosque, están en un espacio en equilibro, donde no haya avanzado el cemento o la tecnología que te aleja del otro. Cada uno de nosotros trae una fuerza en particular, y el único modo de desarrollarla es en espacios ceremoniales, pero las ceremonias no se pueden hacer bajo techo. Todos tenemos nuestro espacio ceremonial sagrado que se utiliza para eso, allí es donde hablamos con las fuerzas. Son fuerzas que están, que uno las puede ver. No estamos hablando de un dios que no se sabe donde está pero que te ordena, que es macho, que puede ser el invento de cualquier hombre. Estamos hablando de fuerzas palpables como el sol, la lluvia o el arco iris. Recuperar los territorios no solamente tiene que ver con poder proyectar nuestra cultura mapuche, nuestra espiritualidad y nuestra cosmovisión, sino también con cuidarlos de estas empresas que tienen una especulación inmobiliaria, turística, y también de cuestiones más graves como la minería, la hidroeléctrica y el petróleo. Son recursos que están en nuestros territorios y ellos avanzan con todo de su lado: con las fuerzas represivas, con los políticos de turno, con los medios de comunicación. Siempre estamos en desigualdad de condiciones para dar esta lucha que estamos viviendo como pueblo.

—¿Cuál es la situación cotidiana de la resistencia y cómo lo viven las mujeres mapuches?
—Las mujeres si tienen que hacer guardia de noche la hacen, si hay que salir a defender el territorio lo hacen, y si hay que amamantar y cocinar al mismo tiempo lo hacen. La fuerza de la mujer es inagotable. Mis ñañas y mis lamien para mi son un ejemplo, sobre todo aquellas que traen nuevos niños a la mapu, a la tierra, pero que a la vez deciden junto con sus huenchus seguir recuperando territorio y hacer la resistencia aún sabiendo que puede haber represión. Sin embargo están firmes, decididas a continuar y a enseñar a nuestros hijos que esto es la mejor oportunidad que nos podemos dar porque nos merecemos la posibilidad de vivir en un territorio en equilibrio. Depende mucho de la mujer que esto se sostenga, para que exista el equilibrio no puede ser una lucha solamente de hombres. Muchas veces en situación de represión los milicos nos han dicho “ustedes son los culpables porque traen a sus hijos acá”. Hay muchas situaciones de amenazas psicológicas y de violación sistemática de los derechos humanos por parte de las fuerzas represivas. A quienes más maltratan y culpabilizan es a las mujeres. Así y todo nosotras seguimos en el territorio.

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