Coronavirus: los clubes, la solidaridad y el auxilio

Varios clubes pusieron a disposición sus instalaciones para establecer centros de aislamiento de personas con coronavirus.

Pese a la crisis económica, las asociaciones deportivas colaboran con la emergencia.

Todavía no surgió nada más ilustrativo que la película Luna de Avellaneda (2004) para reflejar la decadencia económica de un club, la lucha por mantenerlo en pie y los buitres de ocasión para privatizarlo.

En la última escena se desarrolla una asamblea extraordinaria entre los socios activos del club para tratar una propuesta de privatización. La iniciativa es de un dirigente municipal interpretado por Daniel Fanego, un tecnócrata devenido en funcionario del municipio de Avellaneda. La comisión directiva le va a pedir asesoramiento y ayuda frente al aviso de deuda que el club contrajo con el fisco. El funcionario propone como solución privatizarlo, para lo cual pide que los socios se reúnan en asamblea para tratar su propuesta.

La asamblea finaliza con una votación donde gana la propuesta de vender el club por unos pocos votos (26 por no vender contra 33 por venderlo).

La película, encarnada en un contexto de neoliberalismo decadente de fines de siglo (1999-2000), termina con la derrota de un rol indispensable para los clubes, el social. La obra de Juan José Campanella, el director de cine que se encaminaba en gran defensor de la justicia social y se convirtió en un aliado de Marcos Peña, reflejó la caída de la famosa “contención y educación” de los clubes como entidades sociales y civiles sin fines de lucro.

Hoy, con el coronavirus como principal enemigo de la humanidad y del capitalismo más poderoso, clubes y asociaciones deportivas salen a la cancha para estar en el mismo equipo del Estado, ponen a disposición sus instalaciones y al mismo tiempo le piden a ese Estado todopoderoso que no los dejen caer en el pozo económico.

Hace dos años, cuando Matías Lammens todavía era presidente de San Lorenzo de Almagro, decía: “en un país con la fragilidad social que tiene Argentina, donde 4 de cada 10 chicos son pobres, el Estado debería apostar a los clubes. En vez de asfixiarlos con tarifas impagables, o de convertirlos en negocios, hay que protegerlos para que sigan cumpliendo su rol social”.

Las declaraciones se produjeron cuando el neoliberalismo (de los peores del mundo) que pasó por nuestras tierras todavía tenía fuerza para darle batalla y tratar de pisotear a los clubes con el desembarco de las sociedades anónimas.

Auxilio

Hoy, el mismo Matías Lammens, tiene la responsabilidad de ponerse del lado de todos esos clubes que la pelean día a día para no desaparecer. En su papel de ministro de Turismo y Deportes, publicaba el pasado 9 de abril: “Conocemos bien el rol social que cumplen los clubes y cómo se pusieron inmediatamente a disposición ofreciendo sus instalaciones para combatir esta pandemia. Por eso, vamos a acompañarlos en este momento crítico con estas medidas y con otras que anunciaremos oportunamente”.

Así Lammens anticipaba un proyecto que proponía alivianar el impacto del parate pandémico. Entre las medidas se destacaba la inclusión de clubes y federaciones entre los beneficiarios del Programa de Recuperación Productiva (Repro), un crédito blando promovido por el Estado para las empresas que pasan la línea de los 100 trabajadores, que oscila entre los 6 mil y 10 mil pesos por cada empleado.

En cuanto a la cuestión impositiva, se contemplan reducciones de hasta el 95 por ciento del pago de las contribuciones patronales a los empleadores que no superen los 60 trabajadores.

La secretaria de Deportes de la Nación, Inés Arrondo, también había destacado: “estamos trabajando para cuidar la salud de todos, pero también para contener el daño que genera el coronavirus en la economía. Por eso desde el Gobierno Nacional dispusimos medidas concretas para preservar el empleo, incluyendo a los clubes”.

Por medio de su cuenta oficial en la red social Twitter, la funcionaria agregó: “Se van a brindar asignaciones compensatorias al salario para los trabajadores y trabajadoras de clubes o federaciones con hasta 100 empleados”.

Rescate en Santa Fe

Más allá de las intenciones del gobierno de Alberto Fernández, la verdadera pesada herencia y el mes de inactividad con nombre y número, Covid 19, ponen a los clubes en un lugar desesperante. Muchas instituciones de la ciudad de Santa Fe y del resto de la provincia están en la misma situación.

Ante ese escenario, la semana pasada se pusieron de acuerdo varios clubes en redactar una nota y solicitar ayuda al gobierno provincial. Y en los párrafos más destacados hacia el gobernador Omar Perotti se destaca lo siguiente:

“Los clubes administramos nuestra balanza de ingresos-egresos corrientes sin déficit, por lo que la postergación de pago no resulta una opción viable para nuestras tesorerías. Se nos hace imposible poder afrontar estos gastos a futuro, ya que sus respectivas erogaciones se producen justamente en meses donde no hemos ni tendremos ingreso corriente o fijo alguno. Si bien estamos catalogados laboralmente por el Estado como “PyMes”, no tenemos la posibilidad de aumentar la productividad a fin de producir un superávit o ganancia extraordinaria que nos permita asumir dichos gastos postergados en los meses venideros. Mayormente todos nuestros ingresos y egresos son fijos, y golpeados constantemente por el flagelo de la inflación, viéndonos imposibilitados de subir nuestras cuotas sociales con la misma velocidad, todo lo cual genera una situación de extrema dificultad.

“Es entendible que las familias comienzan a priorizar otros gastos y la cuota societaria y deportiva que son nuestra principal fuente de sustento, es una de las primeras cosas que dejan de abonar. Apelamos a la buena voluntad de todos nuestros socios, pero se hace muy difícil exigir un pago de un servicio que no se está brindando (aunque sea por fuerza mayor) además de que contamos con una economía recesiva desde hace un largo tiempo, escenario que genera una situación de caos económico y financiero en nuestras golpeadas arcas.

“Existen algunas medidas que se han tomado para aliviar la presente crisis, pero somos instituciones de economías muy vulnerables y sentimos el impacto más fuerte y rápidamente. Vemos de buena manera la incorporación de nuestros clubes al régimen de pago de hasta un salario mínimo, vital y móvil, por parte del Estado Nacional pero creemos que no es suficiente. La mayoría de nuestros empleados representan el único ingreso en sus núcleos familiares, y es evidente que el monto de $16.750 resulta exiguo para hacer frente a todos los gastos básicos de una familia en el mes, teniendo presente la hipotética aceptación por parte de la AFIP de nuestros requerimientos.

“Varias de nuestras instituciones ya están tramitando créditos para pagar sueldos de marzo que no han podido abonar porque la recaudación de sus cuotas de abril ha sido casi nula. Esto también se convertirá en un gasto fijo contraído en un mes improductivo que hasta la fecha financieramente no se sabe cómo se afrontará.

“Por todo lo anteriormente expuesto, es que venimos a solicitarle:

“1) Exención del pago de servicios (electricidad, gas, agua corriente).

“2) Un subsidio no reintegrable equivalente a un salario mínimo, vital y móvil, por cada uno de los trabajadores con los que contamos en nuestras instituciones, hasta tanto podamos reabrir las mismas y comenzar con las actividades normales”.

La nota es firmada en su gran mayoría por representantes de varios clubes: Gimnasia, Regatas, Unión de Santo Tomé, Azopardo y El Quillá son algunos de ellos. En dicha solicitud se desprende un dato a destacar: “existen 1.500 clubes en la provincia de Santa Fe, los cuales ocupan un total aproximado de 25.000 trabajadores, puestos que corren grave riesgos de perderse”.

Puertas abiertas

En este tiempo de aislamiento social muchos clubes, sobre todo en las zonas más afectadas (CABA y Gran Buenos Aires), pusieron a disposición sus estructuras para la atención a las personas contagiadas.  Entre los clubes de fútbol de Primera División la movida solidaria había empezado unos días antes del primer decreto de aislamiento social para todo el país, pero se potenció después: hubo gestos de apoyo de casi todos los clubes, básicamente ofreciendo sus instalaciones y para difundir las medidas. La campaña de los clubes de Primera se sintetizó en las redes social con un #unasolahinchada.

En Santa Fe el Ministerio de Salud de la provincia decidió poner nuevos lugares de aislamientos a disposición de personas que deban hacer cuarentena por coronavirus, entre ellos se destaca el gimnasio de Unión, “Ángel Malvicino”, y el de Colón, “Roque Otrino”.

Vale destacar que también están a disposición el Club Macabi y CILSA. Además de los clubes mencionados también se encuentran en la lista el Camping de UPCN, el de ASOEM, el Retiro del Arzobispado, el Estadio de la UTN, el Centro de Educación Física N°29 y el predio de la Liga Santafesina de Fútbol, ubicado en el norte de la ciudad.

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