Foto: Mauricio Centurión

Mano a mano con el concejal Lucas Simoniello: su visión sobre la ciudad, las propuestas sobre hábitat, el rol de la Municipalidad y la política para la integración social. También: Playa Norte, Terminal de Ómnibus y Estación Belgrano, termómetros de cómo pensar Santa Fe.

La experiencia de Lucas Simoniello no coincide con juventud. Ahora en el Concejo Municipal, trabajó en el Banco de Tierras de la Municipalidad entre 2011 y 2015 y fue subsecretario de Gestión de Suelo de la Secretaría de Hábitat de la provincia entre 2015 y 2019. Los títulos de funcionario no dicen tanto como la profundidad con la que conoce esos temas en sus detalles. El valor de la tierra, la vivienda social, la sistematización de los datos sobre la ciudad, el espacio verde y el espacio público son sus obsesiones. Y su herramienta es la acción política: buscar acuerdos para construir una ciudad más justa.

–¿Cuáles son los principales problemas de hábitat en la ciudad?

–El desequilibrio en la falta de acceso a los servicios indispensables. Los espacios verdes están concentrados en el centro de la ciudad. Podés ver los principales parques: el Federal, el Garay, el Sur y el que tiene más identidad e interacción de todos los santafesinos, la Costanera. Nosotros habíamos propuesto el Parque Norte, que todavía está bastante verde, para el centro norte y vemos que para el noroeste se complejiza la calidad del espacio público, no sólo la cantidad. Por otro lado, es sumamente importante extender agua y cloaca. Falta poco de agua, pero falta muchísimo de cloaca. Y otro de los temas sumamente importantes es la falta de acceso al suelo. Hay que entender que sin suelo es imposible construir una vivienda.

El problema del suelo hila en el concejal Simoniello desde sus proyectos presentados hasta sus apreciaciones respecto de las últimas gestiones en la ciudad, particularmente las diferencias entre la primera y la segunda intendencia de José Corral. También, el enfoque respecto de las relaciones entre lo local, lo provincial y lo nacional, o entre lo público y lo privado, o entre las realidades de los distintos sectores socioeconómicos.

–Santa Fe tiene mil hectáreas libres, el 95% son de propietarios privados y, por lo tanto, si no generamos buenas condiciones para que las familias puedan acceder al suelo, no van a poder construir su vivienda o vamos a tener barrios populares mucho más densos. Muchas veces se da allí la variable de la ubicación: muchas familias necesitan habitar en determinados espacios por la proximidad al trabajo o a la educación. Los procesos de integración sociourbana son complejos porque necesitan de presupuestos sumamente altos. En Santa Fe tenemos un buen proceso como el de Coronel Dorrego. Ahí hubo esfuerzos nacionales, provinciales y municipales. Algunos sectores de Barranquitas mejoraron. Pero cuando uno ve que en Santa Fe hay 52 barrios populares reconocidos, se da cuenta de que la inversión que hay que realizar para lograr equilibrio excede a cualquiera de las gestiones. El problema para el municipio es que todos van a Salta 2951, se identifica como uno de los responsables. Los gobiernos locales asumen muchísimas responsabilidades de políticas, o falta de políticas, de la provincia y la Nación, que repercuten en el territorio.

–Hay un actor que mencionas lateralmente: las organizaciones populares en el territorio. ¿Es virtuosa la relación entre el Estado y las organizaciones?

–Es necesaria, incluso. Tienen una inmediatez con el territorio mayor que la de un municipio. Muchas organizaciones tienen un desarrollo muy importante. Uno puede coincidir o no en algunos puntos, pero hay una experiencia vasta. Manzanas Solidarias en Playa Norte, el MOI con su cooperativa … organizaciones que no se dedican específicamente al hábitat pero que sí son muy importantes en el territorio. Sí creo, y en eso ha sido muy responsable Liliana Berraz, de Manzanas Solidarias, que los procesos de integración sociourbana se tienen que hacer con el Estado. Se pueden hacer con presupuesto nacional, pero necesariamente con los estados locales. La obra en la vía pública, apertura de calles, iluminación, tendido de red eléctrica, tendido de red agua y cloaca se tiene que hacer sí o sí con los organismos públicos locales.

–La experiencia de Playa Norte en un momento pudo tomar otro rumbo, cuando en la gestión de Mario Barletta apareció un proyecto de urbanización que hasta contemplaba la construcción de caletas náuticas, sin contemplar a los habitantes del lugar. Actualmente hay un debate respecto del uso de las tierras de la Estación Belgrano. ¿Qué está pasando en esa zona?

–Si uno ve el acuerdo que firmó Corral en 2018 sobre esas tierras, en 12 meses tendría que haberlas puesto en venta… Son 24 hectáreas, tierra valiosísima, de la más cara de la ciudad. Para nosotros el suelo público tiene que ser para satisfacer necesidades públicas. No demonizo los procesos de venta en sí mismos, pero yo no estoy de acuerdo con la venta de suelos públicos si no va atado de la mano a satisfacer una necesidad pública. En ese proceso de reconvertir esa zona no se puede dejar de tener en cuenta el barrio popular y las viviendas de los empleados del ferrocarril. Y pensar el destino que se le quiere dar. Nosotros creemos que tenemos que promover la mixtura de usos, que tiene haber espacio para equipamiento público y esparcimiento, pero también espacio para la vivienda, para un montón de sectores de la ciudad que no pueden acceder. El caso de las torres en el Parque Federal es claramente un modelo que se puede replicar ahí.

–Fuiste funcionario con Corral y con Lifschitz. También, hacés un reconocimiento de políticas del kirchnerismo. ¿En qué te dificulta y en qué te beneficia políticamente esa flexibilidad?

–Creo que nosotros estudiamos cosas de la ciudad genuinamente. Con absoluta tranquilidad puedo decir que la primera gestión de José Corral fue virtuosa. Se aprobó el plan Mi tierra Mi casa, donde se generaron más de 300 lotes con servicios, se hizo la obra del bulevar French… Ahora, si después vos hacés exactamente lo contrario porque te lo dicen las encuestas o porque lo dice tu jefe político… Yo sigo pensando lo mismo, los que cambiaron son los otros. Yo sigo pensando que el suelo público es para satisfacer necesidades públicas. Yo estoy convencido que es un pensamiento de la pluralidad del Frente Progresista. ¿Por qué para nosotros era muy importante generar suelo urbano en el primer plan Procrear y ahora también? Porque sino muchas familias se van a vivir a 20, 30 kilómetros de Santa Fe. Y después hay que hacerles obras. La ruta 1 no es obra de la casualidad. El pedido de anillo de defensa de Arroyo Leyes no es casualidad. Hay muchas decisiones sobre la ciudad que se toman desde afuera de Santa Fe y si nosotros no sabemos articular, repercuten sobre la ciudad.

–Sos crítico de la gestión de Corral.

–De la segunda gestión de Corral. En la primera, donde me tocó estar, se incorporaron 42 hectáreas de suelo a ciudad: Nueva Esperanza Este, cava Toniolo, cierre de trama en Barranquitas, barrio Jesuitas. La Municipalidad pasó a tener de tres hectáreas a 45 hectáreas. Y pagamos por esas hectáreas pura y exclusivamente siete millones de pesos. En el período 2015 a 2019 se vendieron 1,2 hectáreas, terrenos del Estado nacional en la zona de la Terminal de Ómnibus, por 300 millones de pesos y a la ciudad no le quedó nada. Son procesos muy disímiles y difíciles de asimilar. También dijimos, en la primera gestión de Corral, que era virtuosa la construcción de las torres de Procrear en el Parque Federal. Se da en 2015, en la última parte de la gestión anterior del gobierno nacional y después las gestiones lo siguen, independientemente de que se adjudicó por el sistema UVA, que le trae dolores de cabeza a todas las familias. Ahora las torres que faltan, 187 viviendas, se van a adjudicar mediante el sistema Hog.ar, no UVA. El coeficiente es por salario, no por la inflación. Vamos a tener familias habitando el mismo prototipo de departamento y pagando dos tipos de créditos distinto.

–Esa venta de terrenos en la Terminal de Ómnibus te resulta un hecho puntual muy significativo.

–Creo que los terrenos de la Terminal tienen que ser rediscutidos. Estuvieron los mismos especuladores de siempre, se dijeron muchas mentiras, que se iba a construir un Master Plan del sector… Me llamó mucho la atención por el proceso virtuoso de los cuatro años anteriores. Desde el gobierno local, en la gestión 2011 a 2015, esos terrenos estaban para desarrollar vivienda. Estaban las casi 82 hectáreas del gobierno nacional, estaban las más de 50 del gobierno provincial y estaban las 43 hectáreas del gobierno municipal. Corral toma una decisión positiva con las torres del Parque Federal, porque se quería construir planta baja y dos pisos y se trabajó un proyecto local para que el gobierno nacional modifique su decisión, en 2015, pero en el 2017 los acuerdos que se firman en la Terminal son pura y exclusivamente para vender terreno. Yo no demonizo la venta ni a los compradores. Yo lo que veo es que no le quedó nada a la ciudad de Santa Fe. Basta pasar por el sector para ver que sólo hubo cambio de dueños. Perdimos una oportunidad sumamente importante para reequilibrar la ciudad desde los presupuestario y lo simbólico.

La Nación vende terrenos en la ciudad para construir el Banco Central

El concepto de equilibrio y desequilibrio vertebra la propuesta de integración urbana y de uso de la ciudad de Simoniello. No es un mero eufemismo sino que se traduce en dinero y obras: “Necesitamos equilibrar la ciudad, gestionar recursos para equilibrar la ciudad. Cuando yo digo que se vendieron por 300 millones de pesos 1,2 hectáreas y no se construyeron 100 cuadras de pavimento, que en ese entonces estaba a tres millones por cuadra, es porque evidentemente no quedó nada. Se fue al Tesoro Nacional la plata. Y en esos terrenos un montón de vecinos y vecinas perdieron la oportunidad o de adquirir un departamento de Procrear o de tener una cuadra de pavimento o de generar equipamiento en espacio público. Con 300 millones de pesos vos podías poner 300 casas, un millón de pesos salía cada casa al gobierno provincial en ese entonces”.

La agenda

Desde la banca por Encuentro, un espacio de la UCR en el Frente Progresista, Lucas Simoniello tiene como objetivo plantear una serie de temas y proyectos que hacen a su mirada sobre el derecho a la ciudad. “Uno tiene la posibilidad de generar sus propios pensamientos para aportar a lo colectivo. Creo que el desafío del futuro es el rol de los gobiernos locales y de sus herramientas. Los gobiernos locales tienen muchísima necesidad de incidir en materia de suelos para poder equilibrar sus territorios y tienen muy pocas herramientas para decidir”, explica el concejal y da un ejemplo: “Los municipios no pueden expropiar. En un proceso de hábitat lo más barato es el suelo. No pueden expropiar, tiene que pedir autorización a la Legislatura. Santa Fe, con 17 concejales, no puede avanzar con la expropiación de terrenos para generar lotes con servicios. Pero sí lo puede hacer un director de vivienda provincial, por medio de una resolución. Hay cosas que tienen que ver con lo institucional para realmente poder hacer una ciudad un poco más justa”.

Estas son algunas de las líneas de trabajo, en sus propias palabras:

Venimos planteando muy fuertemente el tema del suelo. Hemos presentado, primero, la Infraestructura de Datos Espaciales, para que el Estado municipal cuente con datos ciertos y sistematizados y que estandarice los sistemas de producción de datos para poder tomar mejores decisiones. Es fundamental. La información está como dispersa. Se ha avanzado muchísimo, pero está mala codificación. Por ejemplo: ¿vos qué entendés por espacio verde? Para Ambiente es una cosa, para Catastro es otra cosa y para Planeamiento es otra. ¿Cuál es mapa de espacios verdes, entonces?

Planteamos la creación de un nuevo Banco de Tierras, en consonancia con el Plan Nacional de Suelo. Yo estuvo en el Banco de Tierras, conozco las deficiencias de la ordenanza que lo regula y creo que hay que ordenar otros instrumentos para eso.

Planteamos la declaración de interés prioritario de áreas para planes habitacionales, sobre todo para ratificar que el suelo público sea para necesidades públicas.

Planteamos un proyecto de línea específica para permitir subdivisiones de suelo para que haya más suelo para construir en la ciudad y que quienes quieren construir arriba o atrás de las casas de sus viejos lo puedan hacer. Eso va en línea con el Procrear. Y queremos incorporar también nuevos sistemas y métodos constructivos.

Estamos haciendo un informe muy importante respecto de lo que tiene que ver con espacios públicos. Santa Fe cuenta con baja cantidad de espacios públicos y si vamos a la calidad es aún peor. Y se divide de acuerdo a la conformación socioeconómica de la ciudad, lo cual acrecienta las diferencias. Por eso planteamos en la zona de Las Flores I, II y III el Parque del Encuentro. Porque esa zona es un punto nodal. Hay una necesidad de espacios públicos muy importante.

Tenemos muchísimos desafíos con la movilidad. Tenemos que seguir apostando a darle mayor seguridad al ciclista, bajar la velocidad para hacer la ciudad más habitable para el peatón, defender el transporte público. Uno cuando ve por distrito como se usa el transporte público, el noroeste tiene más arriba el uso. Queremos crear un Observatorio de la Movilidad en Santa Fe. Para tomar buenas decisiones hay que tener mucha información estadística que las avalen.

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