Unidad Productiva en Movimiento es un proyecto que funciona desde 2017 en barrio Los Hornos. Reúne a pibas y pibes para capacitarlos en cocina. Hoy venden panificados, prepizza, pan lactal, pepas y productos congelados.

En Barrio Los Hornos (San Lorenzo 6045), desde el 2017 funciona el proyecto Unidad Productiva en Movimiento, dentro de la institución Movimiento Solidario Barrio Los Hornos. Este grupo de trabajo, que nació con el ex programa Nueva Oportunidad (de la gestión provincial anterior) reúne a pibas y pibes del barrio con el objetivo de capacitarlos en cocina. Actualmente, con cuatro años transcurridos, el grupo se capacitó y se consolidó como una salida laboral concreta para sus integrantes. Actualmente están presentes en el Mercado Futuro y Chango 88, donde venden panificados como prepizza comunes o cebolladas, fugazzas, pan lactal, pepas, pan de pancho, pan de viena y pan de aceite. Y también productos congelados: rebozados, medallones y patitas de pollo; y hamburguesas vegetarianas de acelga, calabaza, zanahoria, remolacha y lenteja.

El grupo está formado por cinco chicos y chicas y están becados por el Ministerio de Desarrollo Social, a través del programa Santa Fe Más. Debido a esta beca, tienen que cumplir 20 horas semanales de trabajo, pero gracias a la demanda de los productos que fabrican, los chicos sobrepasan las horas mínimas determinadas por el programa. Además del grupo conformado, la Unidad Productiva (UP) cuenta con un referente territorial y con un capacitador, que los acompañan todos los días en los procesos productivos y comunitarios.

El pan de cada día

Luisa García tiene 20 años y vivió toda su vida en Los Hornos. En 2017 se inscribió al Nueva Oportunidad y se formó durante tres años en panificación y cocina. Ella relata que al principio le costaba mucho porque las ganancias eran muy pocas, no llegaban a ser 700 pesos mensuales. Ahora, luego de haber probado diferentes estrategias de ventas, la labor que realiza se empieza a parecer a un trabajo con una remuneración más digna, que alcanza para un poco más y es autogestionada por pibes y pibas de Los Hornos. Al respecto, comenta: “Es muy difícil conseguir trabajo, sobre todo para los jóvenes de barrios. Porque en ningún lugar agarran pibes sin experiencias, así que esto es una salida laboral que ayuda bastante”.

—¿Cómo se organizan?

—Hace casi cinco años que estamos trabajando juntos, así que tenemos una buena convivencia. Venimos los cinco, cumplimos el horario y terminamos la producción todos juntos. Quincenalmente llevamos la comisión de la ganancia de los productos. En esa comisión se saca cuenta de todo lo que se vendió, se separa lo que se va a volver a invertir y el resto se reparte entre las cinco personas que producimos.

Foto: Gabriela Carvalho

—¿Cómo planifican las inversiones y qué proyectan a futuro?

—La idea es seguir sumando mercados, conseguir más ventas y dar a conocer nuestros productos. La verdad es que nos está yendo muy bien. Nosotros iniciamos con una ganancia de 700 pesos mensuales y ahora estamos más cerca de que se parezca a un pequeño salario. Ya es un trabajo.

—¿Qué significa concretar un trabajo desde la autogestión?

—Está buenísimo no tener un jefe, por así decirlo. Porque sabés que si tenés algún inconveniente, lo charlás con los compañeros. Es como si fuera una familia. Es diferente a un trabajo normal. Y, por otro lado, yo asistí a esta institución desde muy chiquita, porque venía a buscar la copa de leche y la comida. Así que para mí es hermoso y un orgullo. También es lindo ver que otros compañeros, que estuvieron en situaciones muy difíciles, ahora están con un trabajo y con algo que los pueda sacar adelante.

Emanuel Saucedo tiene 25 años y es profe de baile. Por cuestiones personales, dejó de dar clases y antes de participar de esta UP le estaba costando encontrar trabajo. Emanuel relata que pasó por momentos complejos en su vida y la labor que está realizando con este grupo es lo que lo está sacando adelante. “Al principio cuando vine, yo no sabía nada. Me dieron harina, agua y levadura y me dijeron ahora tenés que hacerlo vos. Yo me quedé mirando y pensaba: cómo hago esto, si nunca cociné. Y después, de a poquito, me fui dando maña y aprendí. Es por eso que en el futuro me gustaría poder seguir trabajando en cocina. Quiero capacitarme aún más”, sostiene Emanuel.

—¿Cuáles fueron las dificultades que tuvieron al principio, con su emprendimiento?

—Conseguir clientes nos costó muchísimo. Nos fuimos moviendo por las redes sociales e intentando vender la panificación que producimos. Arrancamos bien pero luego de un tiempo, las ventas bajaron mucho. Y vino la pandemia, dejamos de venir un tiempo y ahí surgió la idea de Omar (el capacitador de cocina) de hacer las hamburguesas vegetarianas. Ahora también estamos ofreciendo bolsón de panificados. Desde mi punto de vista, la pandemia para nosotros fue una llave. Fue parar, pensar y avanzar un poquito más en lo que no estábamos haciendo. Nos especializamos con las hamburguesas vegetarianas. Eso fue lo que nos levantó.

Capacitación y mediación

Omar Silván y Maximiliano Bauzat son los referentes territoriales del programa provincial Santa Fe Más, dependiente del Ministerio de Desarrollo social. Maximiliano es terapista ocupacional, y se encarga de mediar entre las dificultades que atraviesan los pibes y la tarea que tienen que cumplir todos los días. Omar es el capacitador en cocina del grupo y además es cocinero del comedor de la institución que aloja la UP.

Foto: Gabriela Carvalho

Al ser consultado sobre cómo llegó a Los Hornos y los inicios de la UP, Bauzat afirma: “Todo nace en el 2017, a través de un programa de Desarrollo Social. En ese entonces eran dos encuentros por semana de cursos de capacitación, con quince chicos. Además, no solamente se hacía el taller de gastronomía, sino que había un horario donde se podían trabajar ciertas problemáticas como los vínculos y cómo están atravesados por las cuestiones de género, adicciones y consumos problemáticos, entre otras. Esas cosas llevaron a la unión del grupo”.

—¿Cómo se lograron insertar en el mercado laboral?

—MB: Con el inicio de la pandemia, nace la oferta de UP, de venir a trabajar y cumplir cuatro horas todos los días, cinco días a la semana. Es así que empezamos a comercializar nuestros productos. Al principio los vendíamos acá en el barrio, aunque las ventas eran un poco bajas. Por las características del barrio, nos compraban a principio de mes y después no teníamos cómo seguir vendiendo. Hacíamos de todo, desde bolitas de fraile, churros hasta pre pizza. Y después, con la llegada de la pandemia, aparecieron los mercados virtuales. Ahí comenzamos a producir más y vender en lugares a los que antes no llegábamos. Entonces esto de los mercados virtuales cada 15 días, te abre una puerta muy grande.

—Actualmente le están vendiendo panificados a varias instituciones santafesinas, como la que los aloja. ¿Qué pueden contar de esta situación?

—OS: En este punto, hay un dato de contexto que es interesante: todas las instituciones de Santa Fe consumen productos de panadería. Y nosotros este año logramos que esta institución (el Movimiento Solidario Barrio Los Hornos) le compre a la UP el consumo de pan del comedor. Siempre se les compra a las panaderías comerciales y no a las UP que se dedican a la panadería, que hay un montón en la ciudad.

—MB: El valor más importante de esto es que los mismos pibes del barrio están elaborando la comida para la gente del barrio. Eso es lo más significativo: que la gente vea que hay oportunidades, laburos, derechos laborales que se van ganando y se van apropiando.

—¿Qué aprendizajes se llevan de esta experiencia de laburo?

—OS: Yo vengo del mundo del teatro y acá encontré otra forma de vincularme en algunos sectores. Con la gastronomía descubrí que el problema más grave que tiene la gente de los barrios es insertarse en el mercado laboral. Cómo entrar en el sistema laboral siendo de un barrio. Entonces, estas UP, que en el futuro ojalá se transformen en cooperativas, implican meterse dentro del mundo del trabajo, que las empresas no se los dan y no se los van a dar nunca. Por otro lado, vi que para cualquier pibe el ritmo de laburo, el venir todos los días a las 8 de la mañana y luego a fin de mes llevarte el pago por tu trabajo, te va cambiando la cabeza, te va generando una rutina. Hace un tiempo, uno de los chicos me preguntó cómo hacer para ahorrar plata a través de una cuenta bancaria. Por esas cosas da gusto seguir laburando en esto. Hay logros que son maravillosos.

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