Mano a mano con la senadora María de los Ángeles Sacnun, que va por la renovación de su banca en la lista en la que confluye el apoyo del gobierno provincial y nacional. Kirchnerista y muy cercana a CFK, tiene también llegada a los sectores productivos rurales e industriales.

María de los Ángeles Sacnún es Marilin, el testimonio personificado de que en se puede ser rubia, kirchnerista y exitosa políticamente en el sur agroindustrial santafesino. También es una senadora con alto perfil que reconoce a Cristina como jefa política y con la que ha entablado una relación personal. Capaz de saltar de Firmat al Congreso casi sin escalas y de las mesas del Instituto Patria a parlamentar en el mismo idioma con sectores agropecuarios que no votan kirchneristas, se sienta largo y tendido con Pausa, no esquiva ningún tema y asegura que “después de las primarias todos vamos a trabajar juntos para aportar la mayor cantidad de legisladores al proyecto nacional”.

–Antes de entrar en la rabiosa conyuntura de las primarias y porque muchos te descubrieron –incluso en la Provincia de Santa Fe- como un cuadro ya formado en el Senado nacional, me gustaría conocer algo más de tu historia, de tu formación política y de cómo te hacés peronista, si es que no se nace tal cosa.

–En realidad vengo de una familia peronista, de un padre que fue presidente comunal y senador provincial por un departamento del sur que es Caseros, con lo cual desde mi infancia siempre escuché hablar de política y mis lecturas fueron las de la biblioteca familiar, con Jauretche, Scalabrini Ortiz, Cooke y Hernández Arregui. En la mesa de mi casa el debate político era normal y cotidiano. Fue una formación crítica en la línea nacional y popular con los permisos del ámbito familiar para discutir con naturalidad, sin peleas. Así la casa pasa a ser una escuela de formación permanente.

–¿Cómo llegás a Cristina, o cómo se conocen? ¿Fue por la deriva natural de tu militancia o se produjo cuando llegaste al Senado nacional?

–Yo durante la primera etapa del kirchnerismo fui candidata a concejala de mi ciudad natal y un periodista joven de una radio me aborda por la primaria que se estaba dando en ese momento entre Chiche y Cristina.

–La única y última que ganó el peronismo conducido por el kirchnerismo en Provincia de Buenos Aires.

–¡Exactamente! Ésta puede ser la próxima, estoy segura. Pero volviendo, el periodista me pregunta directamente “Cristina o Chiche” y le dije sin dudar: “¡Cristina!”. Yo no la conocía pero tenía una mirada muy marcada por el proceso inaugurado por Néstor para todos nosotros como militantes juveniles. Para los que en la década del 90 teníamos 20 años y militábamos en política, significó un horizonte esperanzador, la confirmación de una convicción transformadora en medio del fin de la historia y las ideologías. Y en ese momento Cristina era una legisladora nacional con mayor visibilidad y nos llamaba mucho la atención su formación política, sus discursos y el coraje de armar un bloque propio en pleno menemismo.

Yo gané como candidata a concejal con mi propia lista, con una agrupación propia y encabezándola siendo mujer, cuando el peronismo tradicional de mi ciudad estaba en otro lugar y con una trayectoria muy fuerte en Firmat. Actualmente, con el movimiento de mujeres desplegado y con otro grado de conciencia de género, seguimos lidiando contra la marginación o la invisibilización en las estructuras de poder político, pero en la época que te cuento fue muy difícil para mí, pero patriarcado y todo ganamos. Y no sólo ganamos la primaria sino también la general, lo que hizo ruido en todo el sur de la provincia y fue el puntapié inicial para todo lo que vino después. Ya concejala, Marcos Cleri vino a buscarme ante la inminencia de la elección nacional de 2011 para preguntarme si íbamos a acompañarlos la campaña. Ganamos con el mismo porcentaje de votos en la elección local y nacional, lo que dejó claro que éramos un espacio que excedía lo personal, anclado en el proyecto nacional y con un compromiso muy fuerte con el peronismo como herramienta de poder. A partir de allí compatibilizamos trabajo con compañeros y compañeras de otros departamentos del sur como General López y Constitución, remando con un peronismo dividido. Fui candidata a intendenta en ésas condiciones, siendo mujer y kirchnerista en una zona muy difícil de nuestra provincia, para éstas condiciones que te digo. En 2015 ya integré junto a Omar Perotti la lista se senadores nacionales. Ingresé al Senado por el espacio de Cristina y me quedé con ella cuando se armó el bloque de Unidad Ciudadana, fue así como comencé a relacionarme con ella.

–Existe el lugar común de que ser peronista, kichnerista y mujer en el sur industrial y agropecuario de la bota santafesina es muy complicado, no se construye una carrera política desde allí.

–Y lo fue, no obstante te aclaro que yo tengo muy buen diálogo con los sectores de la producción del sur provincial y en el resto de la provincia también. Soy productora agropecuaria también y conozco bien los temas que les preocupan, lo que me permite hablar con ellos mano a mano y estando muy identificada con Cristina.

–Nunca tuviste que renegar de esa adhesión para entenderte con ellos…

–He debatido con dureza pero siempre con respeto, me ha pasado de ir a Rufino, el sur-sur como yo le suelo decir, y que se junte gente de Federación Agraria y la Sociedad Rural para discutir sus problemas conmigo y sin estridencias ni prejuicios ideológicos.

“Muchos creen que aquí se dirime la interna Perotti-Rossi, yo les digo que no, que no tengo nada que ver con eso, y muchos compañeros trabajan por la victoria del peronismo sin dejarse atrapar por ésa lectura binaria”. Fotos: Alejandro Carreras.

–Ya que mencionamos a Cristina, cómo analizás no sólo las apariciones públicas de Cristina sino su rol dentro de la gestión del Frente en éstos dos años. Hay un sector del kirchnerismo que compone el Frente de Todos que se fastidia con las estrecheces que imponen la pandemia y algunas idas y venidas de la gestión y sienten que Cristina es la garante de que el rumbo sea el que se fijó durante la campaña de 2019. ¿Ves eso?

–Yo personalmente creo que Cristina fue una enorme presidenta, cuyos mandatos van a dimensionarse cabalmente con más perspectiva histórica, cuando el apasionamiento de los sectores antikirchneristas se apacigüe y haya otra distancia, porque los que abrazamos sus convicciones siempre seremos apasionados para mantener la llama que recuperó la mística del peronismo. Pero creo que también es una gran vicepresidenta, construyendo la institucionalidad que sostiene nuestro proyecto político. Cuando vos mirás lo que atravesamos desde que asumimos en 2019 hasta acá, el Senado de la Nación se constituyó en uno de los máximos garantes de la función de gobierno en éstos dos años tan difíciles para el país. Nosotros sabíamos que asumíamos en un momento muy complicado pero la declaración de pandemia de la OMS a los tres meses de haber iniciado el mandato modificó todos los planes y previsiones. Frente a eso el Senado fue, por sus mayorías y la labor de la presidencia de Cristina en él, el reaseguro de la institucionalidad de la Argentina y no es menor. Todos los decretos de necesidad y urgencia, que nunca estuvieron más justificados que en este período de gobierno, fueron refrendados por el Senado para que adquieran la fuerza de ley que requería el Poder Ejecutivo y permitieron atender las cuestiones sanitarias y económicas para todos los sectores que venían padeciendo los efectos del macrismo y que se verificaban en el estado del sistema de salud, la situación de las Pymes, los índices de desempleo, entre otros.

Cristina pone lo mejor de sí sin salirse de las atribuciones que tiene la vicepresidencia de la Nación, respetando absolutamente el lugar de Alberto y lo dice en una de sus primeras cartas, este es un sistema presidencialista y es él el que toma las decisiones.

–¿Qué crees que falló, lo que imposibilitó llegar a una lista de unidad que conformase a todos los sectores, tal como sucedió en 2019?

–Mirá, hay cosas que se me escapan y no puedo evaluar, yo lo que tenía claro desde que se acercaba el momento de las definiciones y muchos compañeros nos pedían participar en éste proceso presentando candidaturas, que la situación era compleja. Pero siempre tuve en claro las contradicciones primarias y secundarias, y la fundamental era cómo garantizábamos las mayorías parlamentarias que nos permitan seguir dotando de institucionalidad a nuestro gobierno y cumplir con el contrato electoral que presentamos a nuestros votantes en 2019.

–Objetivo clave para los dos años restantes y que van a definir el modo en que la sociedad valore a la gestión del Frente de Todos en éste período.

–Obviamente, por eso entendí que mi jefatura política (que es Cristina Fernández de Kirchner y con la que construimos una relación de afecto personal) definía la estrategia electoral por razones ajenas a las relaciones que se construyen más allá del ejercicio formal de los cargos, lo que vale es tomar definiciones que le sirvan al proyecto colectivo y para garantizar resultados.

–Que no solamente se trata de leer bien un menú de encuestas…

–A veces es leerlas bien por supuesto, pero ahí podríamos discutir qué quiere decir tal cosa, pero también pensar en la integralidad de las definiciones políticas. Cristina tenía todas las herramientas y elementos para tomar las mejores definiciones y ella promovía listas de unidad como estrategia electoral nacional, no solamente para Santa Fe. Y donde gobierna el Frente de Todos había que tener la grandeza para lograr ese objetivo. Nosotros como provincia aportamos una gran cantidad de votos al proyecto y haberla recuperado después de 12 años, gracias a la unidad del peronismo, debía marcarnos el camino.

–Sin olvidar la importancia que tuvo recuperarla cuatro meses antes de la primera vuelta electoral nacional, por el efecto que tuvo para impulsar ese triunfo.

–A nadie se le escapa que en 2019 el llamamiento fue para apoyar a Omar Perotti en las primarias, que los que militábamos con Cristina nos integramos junto al resto de los espacios para lograr ese objetivo y que con la conducta de María Eugenia Bielsa para acompañar en la segunda etapa de ésa elección pudimos lograr algo histórico y sumamente importante para la estrategia nacional Frente de Todos. Además, en este caso no veíamos grandes escollos para que eso se repitiera porque en el ejercicio del gobierno conviven ministros, secretarios y muchos funcionarios representativos de los distintos espacios que convivimos en el Frente.

–En Pausa hicimos nota con Agustín Rossi en julio de 2020 a propósito del despliegue inédito de las Fuerzas Armadas para atender la pandemia y el título era: “Nuestro espacio trabaja para que al gobernador le vaya muy bien”. Estando claro que no sobra ningún voto, que el peronismo unido gana pero si no se suma completo corre el riesgo de perder ¿Qué fue lo que pasó entre esa nota y este presente?

–No podría aseverar exactamente qué fue lo que pasó, porque había una lectura lógica del peronismo santafesino que tenía que ver con la presencia de Miguel Lifschitz como líder de la oposición, de que iba a jugar y eso nos exigía mucho. Ahí no escuché a nadie decir, desde el peronismo, que porqué el ex gobernador interrumpía su mandato de apenas dos años como diputado provincial para postularse como senador nacional y muy probablemente bajarse para intentar ser gobernador a los dos años. Nadie decía nada de eso, lo tiro y lo digo porque parece que ahora es un pecado terminal aspirar a cargos futuros.

El escenario con Lifschitz presente anticipaba la puja del 2023 y entonces hubo muchos actores que empezaron a pensar en que, si esta primaria era una muestra anticipada de la ejecutiva dentro de dos años, había que disputar la sucesión política de Omar Perotti.

A los porteños se les rompe la cabeza con éstas evaluaciones y con esta interna en particular. No la entienden y la leen con prejuicios y supuestos ideológicos que allá funcionan como un sténcil más o menos eficaz, pero aquí producen conclusiones muchas veces absurdas.

–Es que no lo entienden y muchos son de nuestro espacio, debo decir. Les resulta muy difícil captar las lógicas políticas de la provincia, no entienden nuestras regiones y nuestras posiciones culturales, la evolución del peronismo santafesino y del kirchnerismo en ese contexto y muchos trabajan con categorías de análisis progresistas pero urbanas, unitarias, que no les sirven para hacer lecturas eficaces, productivas. No hay mala intención y esto está claro, se nota una gran avidez de comprender las lógicas políticas de la provincia de Santa Fe.

–De hecho, ahora casi todos tienen corresponsales locales…

–Exactamente y eso está bueno, es un progreso sin dudas. Por eso insisto que lo que yo interpreto y puede ser un aporte para entender por qué llegamos a ésta interna es que se siguió construyendo como si el escenario incluyese a Lifschitz y no hubiera que replantear estrategias. Muchos creen que aquí se dirime la interna Perotti-Rossi, yo les digo que no, que no tengo nada que ver con eso y muchos compañeros trabajan por la victoria del peronismo sin dejarse atrapar por ésa lectura binaria.

–En Pausa sostuvimos una pregunta que no fue muy popular –acaso inédita–  y que sí te involucra: observar si en esta elección se dirime si los votos kirchneristas en Santa Fe son de Cristina o de Rossi. Ella habla mucho del recambio, de nuevos liderazgos dentro del kirchnerismo provincial y entiendo que eso es lo que Agustín resiste. Para les porteñes kirchnerismo en Santa Fe es sinónimo de Agustín Rossi, no estás muy visibilizada allí, más allá de tu alto perfil como senadora nacional. ¿Estás de acuerdo con esto?

–El campo nacional y popular tiene una amplitud y una diversidad novedosa, la misma que Cristina le imprime a la construcción nacional de su espacio. Hace pocos días estuvimos con 30 empresarios que defienden a la industria nacional que los sentimos de nuestro lado, que no son nuestros enemigos políticos. No te olvides de que yo fui presidenta de la Comisión de Industria durante el gobierno de Mauricio Macri, eso me permitió estar en diálogo con el empresariado santafesino que padeció esa etapa. Somos la capital industrial de la maquinaria agrícola, vengo justamente de presentar un proyecto de ley para capitalizar esa ventaja estratégica, y me vinculé siempre con ésos sectores y con el movimiento obrero organizado.

“La verdadera victoria es la de noviembre y el festejo será con mucha responsabilidad porque la Argentina aún tiene muchos problemas por resolver”. Foto: Alejandro Carreras.

–Vos decís que no se trata de un reemplazo de jefaturas sino de una ampliación del espacio kirchnerista en Santa Fe…

–Acá no se juegan cuestiones personales, pensamos que el campo nacional y popular debe construirse con una diversidad política, cultural, social e histórica que nos proyecte hacia el futuro. Lo dije cuando lanzamos Casa Patria en Rosario, queremos ser una usina de ideas para darle una nueva impronta al peronismo en la provincia.

–Después de las primarias, ¿va a haber militancia conjunta y suma feliz como en 2019 o va a haber que lamentar los puentes dinamitados durante las primarias?

–Así como no tengo dudas de que nuestra lista tiene el volumen político suficiente como para lograr un triunfo, tampoco tengo dudas de que el que pierde va a acompañar al que gane, que vamos a militar juntos para conseguir la mayor cantidad de legisladores posibles al proyecto nacional. Yo hablo con todos los compañeros y sabemos cuáles son las grandes batallas que tenemos por delante. La verdadera victoria es la de noviembre y el festejo será con mucha responsabilidad porque la Argentina aún tiene muchos problemas por resolver. En pandemia hemos trabajado para la sostenibilidad de la deuda de manera de ganar soberanía política para enfrentar los dos años venideros y hemos redireccionado el presupuesto nacional para implementar el programa de vacunación más importante de nuestra historia y sostener el entramado productivo nacional que ya presenta niveles de reactivación muy importantes, particularmente en Santa Fe, que es el corazón del aparato industrial del país. Yo rescato las políticas contracíclicas del gobierno de Santa Fe con un estado muy activo, en consonancia plena con las que implementó el gobierno nacional, como Billetera Santa Fe que se integra perfectamente con IFE, ATP, Repro, refuerzo de la Tarjeta Alimentar, de jubilaciones y de la AUH. Esto lo hablamos con Cristina el día en que estuvimos en el Instituto Patria, cómo éstas iniciativas habían salvado a los comercios de cercanía manteniendo el consumo interno y evitando la pérdida de 750.000 puestos de trabajo. Aquí lanzamos con Omar Perotti el programa Mi Primer Empleo Joven que se articula perfectamente con el programa Te Sumo del gobierno nacional, hay muchos ejemplos como ése.

–Vos tenés relación con sectores agropecuarios y agroindustriales de la provincia y por tu experiencia me gustaría preguntarte por las reacciones suscitadas en torno del cupo para exportaciones cárnicas. En Santa Fe, la Mesa de Enlace promueve un lock out hablando de cepo, de pérdidas millonarias en dólares y despidos en frigoríficos. Dicen que el gobierno nacional falla en sus políticas para controlar precios internos por prejuicios ideológicos. ¿Qué opinas al respecto?

–No lo comparto, yo creo que los sectores de la producción y la industria ganadera se están poniendo de pie con nuestro gobierno, lo que hay es una administración del comercio sin antifaces ideológicos, se reestablecen controles del Estado que se destruyeron en el gobierno anterior. Los controles sobre el sistema de navegación troncal del país (mal llamado hidrovía), como los que existían en el Senasa, el INTA, el INTI, en la Aduana, la UIF y en la AFIP. Desmantelaron el contralor que debe existir en materia de exportaciones para detectar subfacturaciones y operaciones de venta con sociedades anónimas simplificadas constituidas en 24 horas. Dicho sea de paso, las dimos de baja con un proyecto de ley que también firmé. Era una estafa al Estado y al pueblo argentino. Estructuralmente esto se resuelve aumentando la producción y por eso el gobernador de la provincia saca el programa Carnes 2030 y lanzamos en el Senado el convenio interjurisdiccional para llevar adelante un plan director de obras en los Bajos Submeridionales que nos van a permitir una mayor producción de terneros y cortes destinados al mercado interno. Hay que ir construyendo un sutil equilibrio, no estamos en contra de nadie y a favor del conjunto.

–¿Creés que el peronismo santafesino le puede entregar una victoria en la provincia de Santa Fe al presidente de la Nación?

–Yo creo en la política y por lo tanto creo fervientemente en la voluntad, que es la que nos va a llevar a ganar en noviembre.

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