Aumento de la pobreza: no hay margen para sorprenderse

    Pobreza en alza: el comedor de La Poderosa, en barrio Chalet, alimentaba a 100 familias al inicio de la pandemia; hoy son casi 300. Foto: Gabriela Carvalho

    Desde la pandemia en adelante, el índice de pobreza supera el 40% a nivel nacional y el 50% en el Gran Santa Fe. Sin IFE y con la canasta alimentaria por las nubes, no se pueden esperar otros resultados.

    Papá es albañil y mamá trabaja en casas. Parece una escena típica de telenovela de Suar, sobre la familia en los barrios populares. Según el Ministerio de Trabajo, al primer trimestre de 2021, el 74,8% de los trabajadores de la construcción y el 70,8% de las trabajadoras domésticas estaban en la informalidad.

    Cuando anunció el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) en abril de 2020, el gobierno nacional esperaba que se inscribieran tres millones de personas. Se anotaron 10 millones y terminaron recibiéndolo cerca de nueve millones. Esos 10 mil pesos en mano para enfrentar el parate más duro de la pandemia fueron muy útiles en los barrios, todos los testimonios recogidos por Pausa así lo reflejan. Fueron comida, herramientas, una puerta para la casa y un sostén para miles de trabajadores que se ganan el mango en la calle.

    La diferencia entre las expectativas y la realidad evidencia lo mal calibrada que está la brújula en el gobierno. El abrupto fin del IFE en pleno 2020 muestra mucho más que una profunda incomprensión de la crisis que trajo la pandemia.

    El 40,6% de los argentinos es pobre, cifra que sube al 50,5% en Santa Fe

    La vida en la pobreza está cada vez más abandonada. Se la visita de vez en cuando y se dice “nosotros vamos a los barrios”, como quien se aventura en tierra indómita. La vida en la pobreza parece estar cada vez más fuera del radar de los partidos, que cada vez más apuntan al marketing y la representación, antes que a la organización y la construcción política. Entonces, el Indec avisa que en Argentina hace un año y medio que hay más de 40% de pobres y que en Santa Fe el 50,5% de sus habitantes son pobres: unas 271.560 personas. Y ante eso surge la reacción más idiota: la sorpresa.

    El salario mínimo aún no llega a los 30 mil pesos y la canasta básica orilla los 70 mil pesos. ¿Cuál es la sorpresa, entonces?

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