En un ataque relámpago, el ejército ruso avanza sobre su vecina Ucrania. Hay bombardeos sobre su capital, Kiev. Vladimir Putin justificó la acción en una "una desmilitarización y una desnazificación" de Ucrania. En el país invadido convocaron a la población a tomar las armas.
Como nunca sucediera desde la Segunda Guerra Mundial, Europa está en un conflicto bélico entre naciones. En un ataque muy veloz, Rusia invadió Ucrania en la madrugada local de hoy y ya se registran bombardeos en los alrededores de la región de Kiev (Kyiv), su capital, distante a unos 270 kilómetros de la frontera con el país agresor. Por la noche, el presidente ruso Vladimir Putin había anunciado por televisión la operación militar, asegurando que no buscaba la "ocupación", sino "una desmilitarización y una desnazificación" y la defensa de los rebeldes prorrusos del este del país, en las regiones de Donetsk y Lugansk sobre las que Rusia pronunció un reconocimiento de independencia hace dos días, en contra del Estado ucraniano.
El gobierno ucraniano anunció que se le darán armas a cualquier ciudadano que pueda presentar un pasaporte. Su titular, Volodymyr Zelensky, notificó a la población que se había intentado comunicar con el presidente Vladimir Putin, sin resultado. Luego arengó a sus compatriotas: "Si intentan tomar nuestro país, nuestra libertad, nuestras vidas, las vidas de nuestros hijos, nos vamos a defender". "Cuando ataquen, serán nuestras caras lo que van a ver, no nuestras espaldas", aleccionó.
Map of Ukraine locating cities where explosions and strikes occurred and regions where Russian forces entered, updated as of 1200 GMT #AFPgraphics @AFP pic.twitter.com/IivoGOgZG0
— AFP News Agency (@AFP) February 24, 2022
Rusia tiene desplegados en la región cerca de 200 mil efectivos militares. Los avances sobre Ucrania se dan por el sur, desde Crimea –región de Ucrania que fue anexada por Rusia en 2014– por el este –donde están Donetsk y Lugansk– y por el norte, cerca del punto tripartito con Bielorrusia, nación que expresó su apoyo a los invasores.
Los ataques más destructivos son por misiles y apuntan específicamente a diezmar la infraestructura militar de Ucrania, sobre todo las pistas de aviación. Según el Ministerio de Defensa ruso, ya se "neutralizaron" tanto las bases aéreas como las defensas antiaéreas ucranianas. El saldo sería la destrucción de 74 instalaciones de la infraestructura militar de Ucrania, entre ellas 11 aeródromos, tres puestos de mando, un puesto de operación de la Armada ucraniana y 18 estaciones de radar, reportó la cadena oficial rusa RT.
Desorden global
Junto con Argentina y Estados Unidos, en Ucrania está una de las principales zonas de producción agropecuaria del mundo. Un conflicto en Ucrania afecta directamente la formación de los precios de los alimentos a nivel global, sobre todo si se considera que se agrega a la sequía histórica que estamos soportando en nuestro país. Se suma en el panorama las sanciones europeas a la importación de hidrocarburos rusos, que desestabilizan los precios de la energía.
Aparte de los problemas globales de mercado, la acción de Rusia rompe la inercia que venía teniendo Estados Unidos y la OTAN en la zona. Tras la caída del bloque soviético, la OTAN avanzó sobre países que históricamente tuvieron fuerte influencia rusa, incluso antes de la instauración de la Unión Soviética, como Hungría, Polonia y República Checa, en 1999, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumania en 2004, Croacia, y Albania en 2009, Montenegro en 2017 y Macedonia del Norte en 2020. Ucrania también buscaba a ingresar a la OTAN y ya había dado pasos en ese sentido en sus órganos legislativos nacionales, obteniendo en 2018 su reconocimiento como "aspirante" por la alianza militar.
Reacción global
En su discurso de hoy a la madrugada, Putin advirtió: "A cualquiera que considere interferir desde afuera: si lo hacen, enfrentarán las mayores consecuencias de su historia. Todas las decisiones relevantes al respecto ya han sido tomadas. Espero que me escuchen".
El mensaje es una amenaza directa a los países de la OTAN, la alianza militar de Europa y Estados Unidos a la que Ucrania se postulaba para ingresar. En las últimas horas, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que "No hay tropas de combate de la OTAN en Ucrania. Queremos dejar en claro que no tenemos ningún plan o intención de desplegar tropas de la OTAN en Ucrania".
Varios países de la OTAN ya expresaron su rechazo a la invasión. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió duras sanciones económicas a Rusia y ponderó que "El presidente Putin ha elegido una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano". Su par inglés, Boris Johnson, directamente calificó a Putin como "dictador" y prometió sanciones económicas sobre Rusia y reflexionó: "tenemos que darle un fin colectivo a la dependencia del gas y el petróleo rusos, que por tanto tiempo le han dado a Putin su control sobre la política de Occidente". Justamente, hace dos días el canciller alemán Olaf Scholz anunció la suspensión de la autorización para el gasoducto Nord Stream 2. Alemania –toda Europa– tiene una dependencia energética sustantiva de Rusia.
Mientras tanto, la asistente del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, rechazó hablar de "invasión" a Ucrania e indicó que ese ese el "típico modo de encuadrar las cosas de Occidente". En el límite norte con Ucrania, Bielorrusia expresó su apoyo –mucho más que declarativo– a la acción militar de Rusia. India evitó condenar la invasión, "Estamos observando de cerca la situación cambiante. El foco de atención es la seguridad de los indios, especialmente de los estudiantes", señalaron en un comunicado.
