Volvieron las Qunitas, fabricadas por internos carcelarios

El gobierno nacional adjudicó hoy la fabricación de 14 mil kits de cuna-moisés por parte de internos del sistema penitenciario federal. Estas nuevas Qunitas serán destinadas en el marco del Plan 1000 días.

Con "la finalidad de reducir las muertes infantiles domiciliarias y contribuir tanto a la salud física y mental, como así también al pleno desarrollo del lactante" y "en el marco de la Estrategia Nacional de Sueño Seguro del Lactante en virtud del Plan 1000 días", el gobierno nacional destinó más de 277 millones de pesos al sistema penitenciario federal con el fin de la fabricar 14 mil kits de cuna-moisés, muy similares a las Qunitas.

La ministra de Salud, Carla Vizzotti, celebró hoy por Twitter el retorno de la política pública que fue cortada en seco durante la gestión de Mauricio Macri. "Un programa que protege a quienes más lo necesitan, que genera trabajo e inclusión, que amplía derechos de nuevo", dijo la ministra. El convenio es entre Salud y el Ente de Cooperación Técnica y Financiera del Servicio Penitenciario Federal: los internos van a fabricar los kits.

El proyecto está inspirado en el plan Qunita, que fue judicializado en su momento por la diputada Graciela Ocaña. La causa estuvo viva mientras estuvo vivo el juez Claudio Bonadío. Todos los acusados por sobreprecios fueron luego sobreseídos por inexistencia de delito: 18 procesados, entre otros el actual ministro de Seguridad Aníbal Fernández, el diputado Daniel Gollán y el ministro de Salud de Buenos Aires, Nicolás Kreplak. En 2017, Bonadío ordenó la destrucción de 60 mil kits Qunita que no habían sido entregados por supuesta falta de seguridad, algo que nunca se probó.

Similar a programas que se desarrollaron en Chile, Perú, Escocia o Inglaterra, el viejo Plan Qunita significó en su momento una reducción notable de la mortalidad neonatal y posneonatal, que cayó del 10,6 a 9,7 niñes cada mil nacidos, entre 2014 y 2015. Fue la primera vez que se llegó a un dígito en ese índice de mortalidad, con un descenso abrupto.

El viejo Plan Qunita funcionó sólo seis meses, en los cuales se distribuyeron 74.408 kits a 289 maternidades en todo el país, de los cuales 43.600 fueron entregados a las familias. Bonadío quemó una cantidad significativa de kits. El objetivo central de la Qunita era reducir el colecho, que se produce principalmente en hogares humildes, donde habitualmente el bebé duerme con los padres, lo que en ocasiones ha causado muertes por asfixia.

La asignación de las nuevas Qunitas se va a dar en el marco del Plan 1000 días, que específicamente prevé la "provisión pública y gratuita de insumos esenciales durante el embarazo y para la primera infancia", en pos de afianzar el “derecho a la protección en situaciones específicas de vulnerabilidad” para las “niñas y las niñas con necesidad de cuidados especiales en sus primeros años”. El monto de la inversión es de $277.200.000.

 

 

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