El presidente dijo que toda su estrategia está "condicionada" por la pandemia y por la crisis heredada del gobierno de Mauricio Macri, aunque destacó que el crecimiento registrado durante los últimos meses y el acuerdo con FMI permitirán "resolver el problema de la inflación sin aplicar ajustes ni tarifazos".
En un discurso de una hora media de extensión y que incluyó una fuerte crítica a la oposición y al sistema judicial argentino —comentario que provocó la retirada de varios legisladores de Cambiemos—, el presidente Alberto Fernández reconoció que "la inflación sigue siendo el gran problema del país" y llamó a todo el arco legislativo a "favorecer un diálgo que permita seguir transitando por el camino de la inclusión con justicia social".
Así, al inaugurar el 140º período de Sesiones Ordinarias en el Congreso, Fernández propuso cuatro metas concretas de crecimiento de cara al 2022: la generación de 200 mil puestos de trabajo de calidad en el sector privado, la creación de 10 mil nuevas empresas, la reduccón de la tasa inflacionaria "en forma paulatina y sostenida", y "alcanzar los 100 mil millones de dólares en materia de exportación de bienes y servicios".
Agregó que todas estas metas se lograrán "sin aplicar ajustes ni tarifazos" para el pueblo argentino, y que entre las medidas a tomar no se contemplan reformas laborales ni previsionales. "Es por ello que el gobierno tomó la decisión de segmentar las tarifas", señaló Alberto, y explicó la decisión de "que el 10 por ciento de los que tienen mayor capacidad económica dejen de recibir subsidios", en consonancia con lo establecido por la ley 27.443 aprobada en 2018 y luego vetada por el expresidente Mauricio Macri.
"Esta norma establecía que las tarifas solo podían incrementarse de acuerdo a un indicador que protegía el salario, y lo vamos a volver a utilizar porque nos parece una política clara que apunta a recomponer los ingresos", explicó Alberto Fernández. Sobre la quita de subsidios a los sectores más enriquecidos, señaló: "Quien lo crea injusto siempre podrá hacer su reclamo".
Fernández también se refirió al acuerdo logrado con el FMI, donde anticipó que el texto será girado para su aprobación durante la semana y que espera "que se de rápido tratamiento en el Congreso para darle mayor previsibilidad de gobierno a todas y todos los argentinos".
Fue allí donde hizo una fuerte crítica a la "estructura judicial" y a la actual oposición nucleada en Juntos por el Cambio, en un pasaje que incluyó comentarios de alto tono político como el referido a la "complicidad con el poder economico real que mantienen ciertos sectores judiciales y políticos".
"Este acuerdo no releva al Poder Judicial de seguir con las investigaciones sobre la legitimidad de la deuda tomada por Macri", completó Alberto Fernández, comentario que provocó la retirada de la sala de buena parte del mencionado arco opositor. "Hay que dar con los culpables de tanto desatino", retrucó el Presidente.
Luego planteó su vocación de proteger a "los millones de desposeídos que apenas sobreviven" y reiteró la necesidad de "transformar los planes sociales en empleo genuino". Alertó además sobre la necesidad de aplicar políticas basadas en la "sustentabilidad ambiental" y en la "equidad de género", y pidió el consenso necesario para "lograr este año una rápida revisión de la actual ley de alquileres".
"Es una época bisagra de la historia", cerró su discurso el Presidente en referencia al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Reiteró allí la postura argentina del "diálogo para llegar a una solución pacífica y negociada", y aprovechó para pedir el fin de la "usurpación británica" en Malvinas.
Por cumplirse 40 años de la pérdida de estas islas, anunció Alberto, "el 2022 será tomado como año de homenaje a los veteranos y caídos en esta guerra para visibilizar uno de los últimos resabios de colonialismo que existe en el mundo".
