Colectivos: una ordenanza obsoleta para un sistema en emergencia

    La normativa vigente en materia de transporte público está llena de anacronismos y artículos que no se cumplen. La Municipalidad construye una solución mientras la oposición cuestiona su lentitud.

    A fines de agosto la Municipalidad anunció un plan de trabajo tendiente a la elaboración de una nueva ordenanza para el transporte público por colectivos en Santa Fe, la cual será ingresada al Concejo junto a los pliegos de licitación del sistema, que se maneja por contrataciones precarias desde hace más de 20 años.

    La noticia fue bien recibida por todos los sectores, ya que la normativa vigente data de 2009, por lo cual contiene ciertos anacronismos, e incluso artículos que no se cumplen. A raíz de ello, desde la oposición advierten que la ciudad está en situación de “irregularidad jurídica” en la materia, y hablan de lentitud por parte del Ejecutivo para arribar a soluciones firmes.

    Emergencia de hecho

    El 24 de junio de 2021, el Concejo sancionó la ordenanza N° 12.774, que dispuso la emergencia en el transporte público por 180 días y el congelamiento del precio del boleto hasta el 30 de noviembre. Dicha ordenanza se prorrogó por otros 180 días, por lo cual rigió hasta junio de este año.

    Pero lo cierto es que, si bien cayó la normativa, el sistema sigue en emergencia. O cuanto menos, en crisis. Y uno de los principales motivos es la obsolescencia de la ordenanza que sí está en vigencia, la N°11.580, “de ordenamiento del transporte”, sancionada en 2009.

    Esa norma contiene una serie de anacronismos. Quizás el más grave de ellos es que reglamenta la “publicidad en el reverso del boleto”. Es decir: no contempla el sistema SUBE, que se implementa en Santa Fe desde 2015. Además, tiene un párrafo completo, agregado en 2014, acerca de la vinculación de los colectivos con el tren urbano, aquel proyecto de Mario Barletta que nunca prosperó.

    Por otra parte, la ordenanza consta de ciertos tramos de dudoso o nulo cumplimiento. Por caso, el artículo 11 sostiene que “el promedio de antigüedad de la totalidad del parque automotor de cada prestataria de línea no deberá exceder los seis años” y que “las unidades deberán contar con equipamiento de aire acondicionado que permita equilibrar la temperatura interior en cualquier época del año”.

    Asimismo, en sus anexos están detallados, de manera estática, los recorridos de los colectivos, que ya fueron modificados en estos 13 años incontables veces; inclusive aparecen líneas que ya no están en circulación.

    Y ni hablar de las frecuencias: en los horarios pico de los días hábiles, dice la normativa, no debe exceder los siete minutos entre el paso de una unidad y otra; y en horas diurnas regulares, los 12 minutos. Esto está muy alejado de las eternas esperas que sufren a diario los usuarios del transporte.

    Anuncios municipales

    El 30 de agosto pasado la Municipalidad anunció que se encontraba “trabajando en la nueva ordenanza para el sistema de colectivos”, la cual además, indicaron, “será la base para los pliegos licitatorios que se enviarán al Concejo antes de fin de año”. Cabe recordar que el envío de esos pliegos fue la principal promesa del intendente Emilio Jatón durante el discurso de apertura de sesiones ordinarias del Cuerpo deliberativo local, en marzo de este año.

    Ese trabajo que se viene llevando adelante se compone de tres ejes: una encuesta de movilidad, los datos proporcionados por el sistema SUBE y los informes de la Mesa de Movilidad integrada por las universidades locales.

    Con respecto al procesamiento de los datos de SUBE, la directora de Movilidad, Andrea Zorzón, explicó para Pausa que “permiten hacer análisis muy importante sobre el funcionamiento del sistema, no solo desde la mirada de la oferta sino también de los usuarios”. Así, “cada vez que una persona apoya la tarjeta se registra esa transacción, que se vincula con el GPS del sistema y permite establecer la ubicación desde donde se hizo esa transacción, es decir dónde comenzó el viaje. Eso nos permite ver el barrio de donde la persona parte y a su vez, si esa persona vuelve a registrar un viaje el mismo día, el sector desde donde vuelve. También nos permite ver las características de los usuarios: si son personas que tienen algún tipo de beneficio (Boleto Educativo Gratuito, AUH, Jubilados), y determinar los horarios pico, las líneas donde más transacciones se realizan, las combinaciones”. De esta forma, por ejemplo, se pueden construir “mapas de calor de dónde son las zonas con mayor cantidad de transacciones en toda la ciudad, o evaluar las paradas más concurridas”.

    Toda esta información, reiteró, “es muy importante”, pero a la vez “es estática”. Y aquí es donde entra el otro eje: la encuesta.

    “Para nosotros era fundamental para rediseñar el sistema, poder consultarle a la gente en qué se mueve, cómo se mueve y por qué elige moverse de esa manera, y cuáles son las dificultades que se presentan por las cuales no toma otros medios de transporte. Entonces, la idea es hacer una encuesta de ‘origen- destino’, pero también de otros conceptos. Para ver desde dónde y hacia dónde se está moviendo la gente en la ciudad de Santa Fe, pero también las localidades del Gran Santa Fe: Recreo, Monte Vera, Arroyo Leyes, Santo Tomé, Sauce Viejo; por lo que la encuesta se diseñó con todas esas localidades”, ahondó Zorzón. “Desde 2012 la ciudad no cuenta con un seguimiento de esta información con indicadores que permitan ir haciendo evaluaciones periódicas”, añadió.

    Para estas tareas, el Municipio cuenta con un equipo interdisciplinario conformado por estadistas, sociólogos, ingenieros y geógrafos.

    A la vez, la encuesta tiene tres componentes: las domiciliarias, las que se harán en puntos de interceptación y un relevamiento más cualitativo. Las primeras comenzaron el 20 de septiembre, con una muestra de 1.800 hogares. Incluyen preguntas vinculadas a la vivienda y la cantidad de medios de movilidad que tiene cada una, como también a los viajes hechos en las últimas 24 horas y la percepción de los santafesinos sobre cómo se encuentra la infraestructura de la ciudad y la calidad de los distintos servicios.

    En cuanto a la Mesa de Movilidad de las universidades, Zorzón enumeró “tres productos que elaboró el año pasado”: un diagnóstico de la situación del sistema de transporte, una matriz de costos y una evaluación de espacios de la ciudad que pueden ser articuladores de modos de transporte, es decir espacios de vinculación modal entre distintos tipos de desplazamiento, como bicicleta y colectivo.

    Luego, la intención es que la Mesa genere otros dos insumos: un estudio de flujos de tránsito y un análisis de fuentes de financiamiento del sistema de colectivos, “donde el componente de la tarifa va a ser importante”, pero no el único.

    Demasiado tiempo

    A comienzos de julio, concejales de Juntos por el Cambio presentaron un proyecto pidiendo información sobre el transporte público en Santa Fe. Si bien ese texto quedó en parte extemporáneo ante los anuncios hechos por el Ejecutivo local dos meses después, otros de sus argumentos aún resuenan como preguntas inquietantes a responder.

    El primero de ellos es en qué situación legal está el sistema. Para Carlos Pereira, Adriana “Chuchi” Molina e Inés Larriera, una vez que venció la emergencia y comenzó a regir nuevamente la vetusta ordenanza 11.580, no caben dudas: estamos ante una completa irregularidad jurídica, ya que la norma actual no se cumple en muchos de sus artículos.

    También cabe hacer lugar a la principal crítica de los ediles: “en un año entero de emergencia no se avanzó”, aseguran. Pausa consultó al respecto a Andrea Zorzón.

    —Pausa hizo una nota al por entonces subsecretario de Movilidad y Transporte Lucas Crivelli en noviembre de 2021. Y él en ese momento ya anticipó que se harían estudios del tipo que usted está planteando ¿Por qué pasó tanto tiempo hasta que arrancaron con todo esto?

    —Yo te puedo contar desde diciembre a la fecha, que es nuestra gestión. Y te puedo contar que la situación de la pandemia había golpeado fuertemente a los distintos sistemas y nos pusimos a trabajar en regularizar la situación de la mayoría en paralelo, mientras avanzábamos con la planificación de algunas cuestiones más macro. O sea, dividiendo lo que tiene que ver con la coyuntura diaria y la gestión de los sistemas, y lo relacionado a la planificación hacia adelante: la construcción del pliego, la tarea con las universidades diseñando este estudio. Y hemos definido la importancia y el presupuesto municipal destinado a esto. También trabajamos en el sistema público de bicicletas, y en el rediseño del sistema de estacionamiento medido.

    —Ok. ¿Ahora sí hay tiempos fijados?

    —La ordenanza de transporte público por colectivos va a mandarse al Concejo antes de fin de año.

    —¿Y el pliego?

    —También.

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